El sábado 27 de junio, la
localidad de Alijilán, en el departamento Santa Rosa, se vistió de fiesta para
celebrar los 100 años de la capilla de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, oportunidad
en que el Obispo Diocesano Mons. Luis Urbanc, realizó el rito de dedicación del
templo refaccionado y la consagración del altar y bendición del ambón, como cierre
de las fiestas patronales.
La jornada comenzó con la
recepción de autoridades y peregrinos con sus imágenes en horas de la mañana.
Desde las 9.00, arribaron al templo las banderas de ceremonia, agrupaciones
gauchas y academias de danza junto al pueblo en general, para participar de la
procesión en honor a la Santa Patrona.
La marcha procesional fue
presidida por el Obispo Diocesano, quien estuvo acompañado por el Párroco de
Santa Rosa, Pbro. Domingo Chaves, y contó con la presencia de la Señora Gobernadora,
Dra. Lucía Corpacci, y autoridades municipales. La venerada imagen de Santa
Rosa de Lima fue escoltada por la Escuela de Cadetes de la Policía Provincial y
la Policía Departamental. Las calles se llenaron de vivas y oraciones a la
Madre del Perpetuo Socorro.
Al regresar al templo
centenario, se celebró la Santa Misa, a cuyo inicio se dio lectura al decreto de
dedicación del templo, la consagración del altar y la bendición del ambón.
Antes de comenzar la Liturgia de la Palabra, Mons. Urbanc bendijo el agua y
aspergió el templo y a los fieles. También bendijo el ambón desde donde se
proclama la Palabra de Dios.
Durante la homilía, el
Obispo destacó los trabajos realizados para la puesta en valor del centenario
edificio y agradeció a todas las personas que participaron en su refacción. Expresó
su reconocimiento por la contribución a esta obra que expresa la pertenencia al
Pueblo de Dios, que es el templo vivo en el que cada uno de los fieles es un
altar espiritual. También se refirió al importante rol que cumple la Iglesia en
la comunidad.
Por último, exhortó a los
fieles a acudir con fiel perseverancia a esta casa que Dios, que se construyó hace
ya varios años con el fin de dispensar con abundancia su Palabra, su pan y su
gracia a todos aquellos que se acerquen a este venerable ámbito para ser
iluminados, fortalecidos y renovados por Jesús y sus misterios.
Tras las letanías de los Santos,
el Pastor Diocesano procedió a ungir el altar y las paredes en las cruces
puestas para ello. Por la unción del Santo Crisma, el altar se convierte en
símbolo de Cristo, que es y se llama por excelencia “el Ungido”. Luego, echó incienso en el brasero colocado sobre el
altar como signo de la oración de la Iglesia, que sube hasta el trono de Dios.
Finalmente, se revistió el altar y se encendió la luz de las velas. Cada uno de
estos momentos fue vivido con mucha emoción y atención por todos los presentes.
La ceremonia continuó con la
presentación de las ofrendas y la celebración de la Eucaristía, que es la parte
principal de todo el rito, ya que es la misma Eucaristía la que santifica los
corazones de quienes la reciben y consagra el altar y el lugar de la
celebración.
Una vez concluida la
ceremonia, las autoridades eclesiásticas y civiles, y los vecinos firmaron el
acta de lo acontecido, y besaron el altar consagrado.
Seguidamente, se desarrolló
el desfile cívico militar presidido por el intendente de Los Altos, Rafael
Olveira.