“Hay que defender la vida
siempre, toda vida humana es digna, no hay ninguna vida que se pueda desechar”,
dijo Mons. Urbanc.
El miércoles 24 de junio,
culminaron las festividades en honor a San Juan Bautista Niño en la parroquia
con sede en la ciudad de Tinogasta. Los actos litúrgicos fueron presididos por
el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, quien hizo un fuerte llamado a defender
la vida desde su concepción y a desterrar la droga en nuestra sociedad.
La clausura de las fiestas
patronales reunió a una gran cantidad de fieles y peregrinos del departamento
Tinogasta y localidades de otros departamentos del Oeste catamarqueño, como
también de la vecina provincia de La Rioja.
Por la mañana se concretó el
traslado de la imagen de San Juan Bautista Niño hasta el hospital que lleva su
nombre, donde se celebró la Santa Misa y el Sacramento de la Unción de los
Enfermos.
En horas de la tarde, en la
intersección de avenidas Julio Niñoles y Córdoba, se produjo el encuentro de
San Juan y San Pedro, y el recibimiento del Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanč,
y la recepción de las autoridades civiles, encabezadas por el Intendente de
Tinogasta, Dn. Hugo Avila, militares y educativas; peregrinos con sus
respectivos Patronos; abanderados y escoltas; alumnado y personal docente del
colegio parroquial.
Desde este punto se dio
inicio a la procesión hasta la sede parroquial, donde el Obispo Diocesano
presidió la Santa Misa, concelebrada por el Párroco Esteban Chaile.
Previamente, se escucharon
las palabras de bienvenida a cargo de la Prof. Valeria Rodríguez y de la alumna
María del Carmen Godoy, de la escuela de educación especial Nº 3 Amor y
Esperanza.
Seguidamente, se leyeron los
decretos declarando al Señor Obispo Huésped de Honor por parte del Ejecutivo
Municipal y del Concejo Deliberante local, que también declaró de Interés Religioso
y Cultural las festividades en honor al Santo Patrono San Juan Bautista Niño en
la jurisdicción municipal de Tinogasta.
Durante su homilía, Mons.
Urbanc se refirió a San Juan Bautista, venerado en esta parroquia como Niño, expresando
que “es muy importante que ustedes tengan como Patrono de la parroquia al Santo
como niño, teniendo la Palabra de Dios y a quien es la Palabra de Dios como un
corderito, todo eso es providencial. El niño nos habla de pureza, de la
presencia y ternura de Dios, el niño nos habla de la paz, del cariño, el cuidado
y el respeto”. Y agregó que en esta presencia del Santo Niño “hay un doble
mensaje: el de la misión de Juan como precursor de Jesús, y el de su condición
de niño, para que nos preguntemos qué hacemos por nuestros niños”. En orden a
ello dijo que “hay que cuidar la vida, porque la vida es Dios mismo, que se
hace presente de un modo único e irrepetible. Y eso nos enseña esta imagen de
San Juan como niño. Qué lindo sería que nuestros niños sean como él, que desde
pequeños estén aferrados a Jesús, que conozcan la Palabra de Dios desde pequeños”.
Sobre
la droga: “No podemos seguir mirando para otro lado”
En otro tramo de su
predicación, el Pastor Diocesano advirtió sobre “dos cosas muy fuertes como el
flagelo de la droga, que es el desafío que tenemos hoy”, porque “está matando a
nuestros chicos, hay gente que está negociando con la vida de los niños, de los
adolescentes y los jóvenes. Y esto hay que combatirlo, con fuerza y con decisión,
y no permitir que ese mal eche raíces en nuestra sociedad”, enfatizó, destacando
la responsabilidad que tienen los padres: “Es culpa de un padre y una madre que
se borran y exponen a los hijos, porque chicos no queridos, no contenidos, no
atendidos, son las primeras presas, porque el que no es amado busca evadirse.
Porque la principal necesidad del hombre es ser amado, y el que no se siente
amado no desea vivir”.
En este plano afirmó que esta
problemática incumbe a todos: “Es problema de las familias, de las autoridades,
de los sacerdotes, de las escuelas, de los policías, es un problema de todos, y
entre todos lo tenemos que parar. No podemos seguir mirando para otro lado.
Tiene que haber una toma de posición frente a este desafío, que está matando
nuestros sueños, matando las ilusiones de nuestros niños”.
Mons. Urbanc se refirió
también a otras problemáticas como el suicidio y el aborto. “Nos apenan mucho
los suicidios que hubo en este departamento, y la culpa la tienen los grandes,
no los chicos. Lamentablemente, no han sido educados”, expresó. “El otro
atentado gravísimo contra la vida es matar a los niños en el vientre materno”,
dijo, haciendo referencia al protocolo dispuesto por las autoridades de salud nacionales
para la interrupción del embarazo.
“Como San Juan Bautista, que
levantó la voz contra el poderoso Rey Herodes, hoy nosotros tenemos que proclamar
la verdad sobre la vida, la defensa de la vida y el cuidado de la vida desde el
momento de la concepción hasta que parte naturalmente de este mundo. Hay que
defender la vida siempre, toda vida humana es digna, no hay ninguna vida que se
pueda derrochar, que se pueda desechar”, sentenció Mons. Urbanc.
Luego de los actos
litúrgicos, se llevó a cabo un acto cultural a cargo de academias de danzas del
medio.