Del domingo 12 al lunes 13
de julio, la localidad de La Dorada recibió la visita de jóvenes misioneros que,
animados por el lema “Caminando juntos como discípulos y misioneros” unido al
lema del Año Diocesano de los Laicos “Vayan también ustedes a mi viña”;
llegaron a esta tranquila localidad del interior departamental ubicada a unos
45 kilómetros de la ciudad de Recreo.
Guiados por las religiosas
de la Congregación del Verbo Encarnado (Fundación Francesa), con la ayuda de los colaboradores
y el desafío de entregar y dispuestos a recibir, los más de 35 jóvenes visitaron
las casas, compartieron la lectura del Evangelio, rezaron y charlaron con los
pobladores, quienes amablemente les abrieron sus puertas. Allí, con la gente
tomaron contacto con una realidad muy diferente a la que ellos viven
diariamente, ver las carencias en muchos casos, pero también la firmeza de las
personas en su fe y la necesidad de una palabra de aliento, de ánimo y sobre
todo
escuchar de las cosas de Dios.
También experimentaron el
dolor de familias que perdieron algún ser querido, y también conocieron
situaciones de personas casi abandonadas o postradas, y que aún en esas
situaciones, con una fe firme, siguen adelante.
Fue una gran experiencia,
como grupo de jóvenes, poder hacer esta misión y viajar desde lejos dejando a sus
familiares, pero animados y confiados en que Jesús los ayudaba y los enviaba a
esta misión.
Fueron días intensos llenos
de alegría, con un poco de frío, pero se hicieron cálidos por la acogida de la
gente. Esto se notó en la
misa del pasado lunes, donde se realizó un bautismo y
participaron muchos fieles que fueron visitados en sus hogares.
Junto a las Religiosas del
Verbo Encarnado, Hna. Marta Ines Zucco (argentina), Mayra Felipa Pérez Pérez (guatemalteca)
y Griselda Cecilia Jaramillo Torrez (mexicana), y con la colaboración de un
matrimonio y coordinadores, se puedo concretar esta gran misión, y tanto los
jóvenes como los adultos pudieron vivir días intensos.
Para los integrantes del
grupo Jóvenes Misioneros de la Fe de la Parroquia San Roque, con sede en la
ciudad de Recreo, departamento La Paz, también fue una gran experiencia poder
compartir, conocer y crecer, de igual modo los jóvenes rosarinos regresaron muy
contentos de hacer amistades y de poder servir siendo misioneros y dando lo
mucho o poco que podían que tenían.
“Fueron días de en los que
Dios pasó por la vida de los jóvenes”, expresó la Hna. Griselda; en tanto que
la Hna. Mayra dijo que “es una juventud en la que hay que seguir apostando”.
Por su parte, el Párroco,
Pbro. Gustavo Flores, agradeció a las religiosas y jóvenes por esta misión,
manifestando que “estos días fueron de gran movimiento y revolución, acá, en la
parroquia, en La Dorada, como así también en sus corazones”.