“Como cristianos, queremos ofrecer nuestra contribución a la
superación de la crisis ecológica que la humanidad está viviendo”, dijo el Papa.
El Papa Francisco instituyó la
Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, que se celebrará el 1
de septiembre de cada año.
Con este motivo, el Obispo
de Catamarca, Mons. Luis Urbanc, envió a los párrocos de todo el territorio
diocesano una guía para el rezo del Santo Rosario durante ese día, de tal
manera que toda la Iglesia Universal se una en la súplica al Dios por la
intención del Sumo Pontífice.
En la introducción de esa
guía, el Pastor Diocesano destaca las expresiones del Santo Padre Francisco: “Quiero decirles que he decidido crear incluso en la Iglesia
Católica el Día Mundial de Oración para el Cuidado de la Creación, que, a
partir del año en curso, se celebrará el 1 de septiembre. Como cristianos,
queremos ofrecer nuestra contribución a la superación de la crisis ecológica
que la humanidad está viviendo. Para
esto debemos sacar de nuestras ricas motivaciones espirituales, la pasión por
el cuidado de la creación, que tienen su fundamento en Jesucristo, el Verbo de
Dios hecho hombre por nosotros; sabiendo que ‘la espiritualidad no está
desconectada del propio cuerpo, ni de la naturaleza, ni de las realidades de
este mundo, sino que se vive con ellas y en ellas, en comunión con todo lo que
nos rodea"(L.S. 216). La crisis ecológica nos llama, por
tanto, a una profunda conversión espiritual: los cristianos estamos llamados a
una "conversión ecológica que implica dejar brotar todas las
consecuencias del encuentro con Jesús en las relaciones con el mundo que nos
rodea"(L.S. 217). De hecho, ‘vivir la vocación de ser
guardianes de la obra de Dios es una parte esencial de una vida virtuosa, no es
algo opcional, ni un aspecto secundario del cristiano’ (ibid)”.
Asimismo, el Papa
expresa que “el Día Mundial de Oración para el Cuidado de la Creación ofrecerá
a creyentes y comunidades individuales la valiosa oportunidad de renovar la
adhesión personal a su vocación como mayordomos de la creación, para elevar a
Dios un agradecimiento por el maravilloso trabajo que Él nos ha confiado y para
implorar su ayuda para la protección de la creación y la misericordia por los
pecados cometidos contra el mundo en el que vivimos”.