En la tarde del viernes 7 de
agosto, miles de fieles se dieron cita en la capilla de San Cayetano, ubicada
en Av. Fortunato Rodríguez y Tucumán, para participar de la tradicional
procesión junto a la imagen del Santo Patrono del Pan y del Trabajo.
Los actos litúrgicos fueron
presididos por el Rector del Santuario y Catedral Basílica de Nuestra Señora
del Valle, Pbro. José Antonio Díaz, y el Párroco de ese sector del sur de
Capital, Pbro. Juan Olmos.
Después de las 16.00, el tañer de
las campanas y los acordes de la Banda de Música de la Municipalidad de la
Capital anunciaron la salida de la imagen de San Cayetano, dando inicio a la
procesión. Meditando sobre la vocación de los fieles laicos en la Iglesia,
rogaron y agradecieron a Dios por todos los favores recibidos por la
intercesión del Santo. Los vecinos vistieron de fiestas las calles y prepararon
altares para aguardar su paso.
Luego de la procesión dio inicio
la Santa Misa, que fue presidida por el P. José Díaz y concelebrada por el
Párroco. El Rector del Santuario expresó que “es mucho lo que podemos
reflexionar a la luz de la vida de San Cayetano. Él fue un hombre rico que
renunció a sus bienes porque quería dedicarse al servicio de los pobres”.
Luego agregó que “San Cayetano
fue un hombre que ha tenido mucho poder, fue secretario privado del Papa en una
época en que la corrupción había ganado a la Iglesia en los sectores más
decisivos. Sin embargo, prefirió renunciar y volver al Evangelio porque se dio
cuenta que eso no era lo que Jesucristo quería. Algo que comúnmente no
conocemos es que San Cayetano tenía dos doctorados de la Universidad de Padua,
era un hombre destacadísimo que tenía muchísimas luces y llegó a tener mucho
poder y
prefirió volver a las raíces de la fe cristiana que corromperse”.
En otro tramo de su predicación
dijo “que todos venimos a pedir paz, pan y trabajo, estos valores no son un don
de un padre que regala todo, Dios no malcría a nadie. Hoy como pueblo argentino
estamos malacostumbrándonos, hemos perdido la cultura del trabajo, la
laboriosidad. Estamos en este año que la Diócesis ha dedicado a los laicos, la
inmensa mayoría de los cristianos son laicos, tienen en sus manos la familia,
el poder está en manos de los laicos, los que nos gobiernan son laicos, la educación,
la economía, las empresas están en manos de laicos, la Iglesia necesita que el
laicado comience a asumir el protagonismo que debe tener para transformar y construir
el Reino de Dios allí donde nos encontramos”.