Durante la tarde del 30 de
marzo, la comunidad católica de Catamarca rememoró el Viernes Santo con la
Celebración de la Pasión en los templos de todo el territorio diocesano, y el
rezo del Vía Crucis, que muchos casos fue
representado en las calles o paisajes naturales.
Siguiendo una antiquísima
tradición, en este día no se celebra la Misa, en su lugar se realizó la
Liturgia de la Pasión del Señor y se veneró la Cruz.
En la Catedral Basílica y
Santuario de Nuestra Señora del Valle, la ceremonia fue presidida
por el Rector
del Santuario Mariano, Pbro. José Antonio Díaz, y concelebrada por los
Capellanes, Pbros. Juan Orquera y Lucas Segura, quienes vistieron ornamentos
rojos, en recuerdo de la sangre derramada por Jesucristo en la cruz.
Durante la celebración se
escuchó el relato completo de la Pasión y hubo peticiones, hechas de manera
solemne por la Iglesia, el Papa, los sacerdotes, fieles, gobernantes, por los
no católicos, los judíos y los ateos.
Un momento muy significativo
fue la veneración de la Cruz, que fue llevada por el Padre Díaz desde el
ingreso al templo, desplazándose por la nave central. Ya en el
Presbiterio, los
sacerdotes besaron la Cruz y después lo hicieron todos los fieles.
Luego, se colocó el mantel
en el Altar y el celebrante invitó a los fieles a rezar el Padre Nuestro como
de costumbre. Y se procedió a distribuir la Comunión con las Sagradas Formas
reservadas en el Monumento el día anterior, o sea, el Jueves Santo.
También se cantó a María, y
se invitó a los fieles a esperar junto a Ella la llegada de la Resurrección del
Señor en la Vigilia Pascual del sábado a la noche.
Colecta
para Tierra Santa
En esta celebración se realizó
la colecta destinada a financiar el mantenimiento de los Santos Lugares en
Israel y Palestina, donde
vivió terrenalmente Nuestro Señor Jesucristo. Los
encargados de mantener estos lugares son los Franciscanos Custodios de Tierra
Santa.
Vía
Crucis
Por la noche, una gran
cantidad de fieles se dio cita en la Catedral Basílica para participar del Vía
Crucis viviente, que partió desde el Paseo de la Fe y recorrió las calles que
bordean la plaza 25 de Mayo, conmemorando de esta manera la Pasión y Muerte de
Nuestro Señor Jesucristo.
Durante el trayecto se
representaron las estaciones del Camino de la Cruz, abarcando el Paseo de la
Fe, las calles Sarmiento, San Martín, Rivadavia, Esquiú y Sarmiento, para
culminar en el atrio del Santuario Mariano.
Fue una expresión de piedad
popular en torno al misterio de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo,
que los jóvenes ayudaron a rememorar.