“La
mujer es santuario de vida que
debe mirarse en María”
En la mañana del 8 de marzo,
el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, presidió la Santa Misa de acción de
gracias por el Día Internacional de la Mujer, a los pies de la Virgen del
Valle, que contó con la participación de personal femenino de las fuerzas de
seguridad, acompañado por autoridades y compañeros de tarea, además de miembros
de centros vecinales y fieles en general.
La Eucaristía se realizó por
una iniciativa del Servicio Penitenciario Provincial, a la que se sumaron Policía
Provincial, Policía Federal y Gendarmería. Fue concelebrada en el altar mayor
de la Catedral Basílica y Santuario de Nuestra Señora del Valle, por los Capellanes
de la Policía Provincial, Gendarmería Nacional y Servicio Penitenciario
Provincial, Pbros. Juan Orquera, Reinaldo Oviedo y Dardo Olivera, respectivamente.
En el inicio de su homilía,
Mons. Urbanc expresó: “Nos hemos congregado a los pies de la
Virgen para
agradecer el don de la mujer, criatura de Dios como el varón, sobre todo
agradecer el genio femenino, porque Dios decidió incorporar de un modo estrecho
al proyecto salvífico a la mujer, eligiendo a María, para que en sus purísimas
entrañas se encarnara su propio Hijo. Para ello le pidió permiso y Ella dijo: ‘Sí’”.
El Obispo destacó la iniciativa
surgida en el ámbito del Servicio Penitenciario, a la que adhirieron todas las
fuerzas del orden. “Es un hermoso gesto, que ojalá que se repita, y que se suma
a las dos peregrinaciones realizadas a la Gruta de Choya, que han organizado desde
el Servicio Penitenciario. Son hermosas iniciativas que vale la pena que
prosperen en el tiempo, porque significan un
pararse, reflexionar en algo,
tomar conciencia de nuestra condición de cristianos, de hijos e hijas de Dios”.
Asimismo, subrayó que hoy
deseó saludar a las mujeres “como santuarios de la vida, porque Dios formó a la
mujer para que dentro de ella fuera tomando cuerpo una nueva vida humana, según
sus designios. Y lo estamos haciendo en este Santuario en honor a la Virgen,
quien es por excelencia santuario de quien es la Vida, que Dios. Una
prerrogativa única que tuvo Ella, ser el santuario del Dios con nosotros, del
Emmanuel. Y tiene una particular fuerza que destaque este título, porque hay
unas sombras sobre nuestra Patria, porque algunos quieren apagar este don
precioso que es la
vida. Pero no hay ningún poder, autoridad, ni la misma madre,
que pueda apagar la vida, porque la vida siempre es superior a cada uno de
nosotros. Nosotros participamos de ese don de la vida que nos lo regala Dios.
Por eso qué hermoso que Dios ha decidido en su plan elegir a una de sus
criaturas, precisamente a la mujer, para ser santuario de la vida”.
El Pastor Diocesano enfatizó
que “la mujer tiene que estar acompañada por el varón. Lo más triste es cuántas
veces estos santuarios de la vida están abandonados. Y si la vida es tan
importante, toda una sociedad tiene que estar acompañando el don de la vida. Esto
tiene que partir siempre de la gratitud, si cada uno se mira a sí mismo se da
cuenta que existe, que vive, que piensa, que tiene sentimientos, que tiene
afectos, si esto lo valoro, cómo no lo voy a valorar para otros, para aquellos
que se están asomando a
esta aventura de vivir, de existir. También lo tenemos que
cuidar, no podemos ser egoístas”, dijo, agregando que “el egoísmo es una de las
primeras consecuencias del pecado, me miro a mí mismo y no me importan los
otros. Uno tiene que aprender a ser un auténtico discípulo de Jesús, tiene
siempre que pensar en el otro, especialmente en los más débiles”.
Una
misión sublime
“Queridas mujeres, Dios les
ha dado una misión sublime. El mundo las necesita bien mujeres. Por eso tenemos
este modelo, y en Catamarca de un modo especial, que es la Virgen María. En Ella
deben contemplarse. Ella debe ser el espejo en el que se miren, tener siempre
ese modelo y aspirar a ser semejantes a Ella, en la fe, en el amor, en el espíritu
de servicio, en la humildad de Ella. El mundo va a cambiar en un giro
copernicano
si nuestras mujeres se asemejan a María”, manifestó el Obispo.
Llamó a que “pongan lo suyo,
la ternura, la bondad, la cercanía, el cuidado, la dulzura”, “en un mundo donde
hay mucha torpeza y odio, ustedes tienen que ser lo contrario, poner la ternura”,
manifestó.
También mencionó a “las
mujeres que en distintos puntos de la ciudad también se juegan y quieren
aportar lo propio del genio femenino en la sociedad, en nuestros barrios, y de
esta manera ir realizando su aporte a la comunidad”.
Mano
derecha de Dios
Puso énfasis en la necesidad
de la educación de la mujer y que ésta “tiene que ir tomando conciencia que es
la mano derecha de Dios en el mundo, este Dios que es Vida, y valorarse por eso,
porque lo más hermoso es ser santuario de vida”. Por eso exhortó a que “se
miren solamente en Dios, en el espejo de María, y vamos a poder transformar
estas cosas perniciosas que encontramos en nuestra sociedad”.
“Pedimos desde este Santuario
que derrame muchas bendiciones sobre todas las mujeres de nuestra provincia, de
nuestra Patria, del mundo entero, especialmente que María esté cerca de
aquellas que sufren en este día. Que ellas sean reconfortadas, que se descubran
amadas por el Señor, y que puedan ser también testimonio de este amor de Dios
en el mundo”, concluyó.
Al finalizar la ceremonia
religiosa, Mons. Urbanc saludó a los fieles, especialmente a las mujeres, en la
puerta de la Catedral Basílica.