Camino a la Beatificación

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11 mayo 2019

Catamarca celebró a Esquiú, hijo dilecto de la Virgen, camino al Año Jubilar


Durante la soleada mañana del sábado 11 de mayo, Piedra Blanca se vistió de fiesta para conmemorar el 193° aniversario del natalicio del hijo dilecto de estas tierras, Fray Mamerto Esquiú, en este tiempo especial de preparación para vivir el Jubileo por los 400 años de la presencia de la Virgen del Valle entre nosotros.
Los actos litúrgicos comenzaron a hora temprana en el histórico templo de San José, donde se realizó la exposición y adoración de Jesús presente en la Sagrada Eucaristía, presidida por el párroco de la zona, Pbro. Juan Néstor Olmos, con el acompañamiento del coro Cantus Nova, dirigido por el Prof. Ariel Escobal.
Participaron de este momento eucarístico las autoridades provinciales y municipales, encabezadas por la Gobernadora, Dra. Lucía Corpacci, y el Intendente de Fray Mamerto Esquiú, Dr. Guillermo  Ferreyra, legislativas locales, provinciales y municipales, y de las fuerzas de seguridad, entre otras.
Luego de las oraciones pidiendo por la pronta beatificación del hijo dilecto de estas tierras chacareras, las Imágenes de los Santos Patronos de las distintas comunidades, que conforman la jurisdicción
parroquial, se encolumnaron detrás de la Custodia con el Santísimo Sacramento, marcando la apertura de la procesión por las calles del pueblo, cantando y rezando, mientras los vecinos se sumaban a esta manifestación pública de fe con los frentes de sus hogares adornados y las expresión de devoción a Jesús Sacramentado.
A su arribo al templete que resguarda la Casa Natal, se ofició la Santa Misa, presidida por el Vicario General de la Diócesis, Pbro. Julio Quiroga del Pino, y concelebrada por el párroco anfitrión, Pbro. Juan Olmos, y los sacerdotes del clero diocesano, Oscar Tapia y Gustavo Molas, y franciscano, Fray Eligio Bazán y Fray Pablo Reartes.

Teniendo en cuenta que 2019 es el último año de preparación para “el Gran Jubileo de los 400 años en que la Virgen del Valle empezó a crear y protagonizar nuestra sociedad”, el Padre Molas se refirió a “aquel ciudadano y hombre religioso de fe en su relación con la Virgen del Valle”, dijo.
En su sustanciosa predicación, el sacerdote puso el acento en la identidad mariana de nuestro pueblo, enfatizando que “los catamarqueños estamos modelados por la Virgen porque Ella le dio el nombre al Valle. Estas tierras del Valle Central hasta el límite con La Rioja pertenecen como ‘propiedad privada’ a la Virgen del Valle, ella protagoniza con la misma fuerza de vida el peregrinar del hombre sobre la tierra y ella es la que estuvo desde el primer momento y seguirá estando por su propia voluntad en la creación y en el crecimiento de esta población bendita. Catamarca y los catamarqueños pertenecemos a la Virgen”.
“Catamarca es la historia de la Virgen y la Virgen es la historia de Catamarca”, aseveró, acentuando el carácter de la Virgen como fundadora de este Valle, a la vez que destacó la presencia de los hijos de San Francisco desde los inicios de la ciudad. “Los padres franciscanos, tiempo atrás, eran uno de los grandes promotores de la devoción a la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María y la llevaban a donde iban, y cuando son trasladados acá traen una imagen que está en el convento de San Francisco, fue la primera Imagen de la Inmaculada Concepción”.
“Catamarca arrancó con los franciscanos, con la Inmaculada, y desde entonces tienen toda una historia, de la cual hoy nos interesa Fray Mamerto de la Ascensión Esquiú, quien nace aquí, donde empezó la Virgen su tarea, y va a vivir a Catamarca, donde la Virgen desarrolló su tarea”, manifestó.

Asimismo, señaló que “cuando otra vez tuvimos uno de las graves crisis en el momento en que tenía que formarse la Nación… cuando logran sacar un esbozo de Constitución Nacional para que fuera aplicable, desde el Santuario de la Virgen, Fray Mamerto de la Ascensión Esquiú da el discurso de unificación. ‘Obedeced, señores’, les dice, no importa si es liberal, si no lo es, pero hay una ley, y esa pacificación arranca con un fraile franciscano en el Santuario de la Virgen, acá está el púlpito donde él predicó”.
También comentó que la imagen de la Virgen de Lourdes que custodia la Catedral Basílica y Santuario Mariano desde arriba fue colocada por pedido de Esquiú al Vicario Facundo Segura, quien estaba a cargo de los trabajos de construcción. Manifestó que esto sucedió luego de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción y la posterior aparición de la Virgen a Bernardita en Lourdes.
“Por eso está ahí, el Padre Esquiú, cuyas reliquias están tanto en San Francisco como en la Catedral, fue quien le dio la idea al Vicario Segura de que pongan la Virgen de Lourdes arriba de la Catedral”, afirmó el sacerdote, agregando que “es allí donde el gran franciscano pudo ver con alegría la imagen de la inmaculada Concepción que es la misma advocación de la Virgen del Valle, aunque se parezca más a Guadalupe”.
Luego manifestó que “hoy estamos acá, celebrando el centésimo, nonagésimo tercer aniversario del natalicio de Fray Mamerto, nació aquí, respiró aquí, se educó aquí”, y por eso este lugar quiere convertirse “en un centro religioso, con la celebración de la Misa y el rezo del Rosario, y no sólo un espacio destinado al turismo”.
En este sentido, resaltó que “el lugar donde el futuro beato jugó, comió, bebió, caminó, es
una reliquia sagrada”, porque “todo lo que toca un santo se convierte en reliquia, en recuerdo sagrado”, explicó, apuntando que “todas las virtudes las aprendió acá, después viene el convento, el catecismo, Roma, todos los estudios y Belén, pero acá aprendió el abecedario de la santidad”.
“Hay muchos hijos dilectos de la Virgen, hoy veneramos a uno, el más notorio por hombre, por político, por religioso, por santo. Y el país necesita este tipo de santos, un santo político”, acentuó.
Finalizando su predicación, el Padre Molas dijo que “la cualidad máxima de Fray Mamerto es que supo escuchar a la Virgen, porque es muy difícil lo que se le había pedido en el Sermón, y no fue a exhibir su elocuencia y sus conocimientos, la Virgen lo puso ahí y como hombre de la Virgen empezó el proceso de pacificación de la Nación”.

Además, el Padre Molas hizo un llamado a todos a “buscar primero la santidad personal y así habremos hecho algo que es la identidad absoluta de esta sociedad, lo mariano, y así preparados, ojalá que el año que viene tengamos un Año Jubilar digno”, celebrando “400 años de paciencia, de amor maternal”.
Concluidos los actos litúrgicos, se desarrolló el desfile en homenaje a Esquiú, como parte de las actividades organizadas por el municipio local.