Camino a la Beatificación

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02 mayo 2019

Mons. Urbanc en el homenaje de los jóvenes


“No se arrepientan de gastar la juventud en ser buenos, en abrir el corazón al Señor, en vivir de otra manera”      

En un clima de mucha alegría y con acento inclusivo, durante la noche del miércoles 1 de mayo, los jóvenes rindieron su homenaje a la #VirgendelValle, participando de la Misa presidida por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, y concelebrada, entre otros sacerdotes, por el Vicario General de la Diócesis, Pbro. Julio Quiroga del Pino; el responsable de la Pastoral Vocacional, Pbro. Julio Ávalos; el asesor de la Pastoral Juvenil Diocesana, Pbro. Facundo Brizuela; el Párroco de San Pío X, Pbro. Sergio Chumbita, comunidad que peregrinó hasta el Santuario Mariano con la imagen del Santo Patrono, para dar gracias por los 25 años de la creación de la parroquia.
Se unieron a esta acción de gracias jóvenes de Jesús María, que misionan con las Hermanas del Huerto en la Gruta de Choya; y asociaciones que trabajan con chicos
especiales, cuyos miembros tradujeron en lenguaje de señas la celebración eucarística.
Tras reflexionar a la luz de las enseñanzas de San Juan Pablo II sobre el trabajo, Mons. Urbanc llamó a los jóvenes a familiarizarse con el trabajo, “puesto que Jesucristo, aun siendo Dios no se eximió de trabajar para ganarse el sustento diario y para emular a su Padre Dios que sigue trabajando para mantener la creación y así significar y santificar toda tarea humana. Y, más allá de que sigue siendo verdad que el trabajo dignifica al hombre, es más cierto que, es el hombre el que santifica el trabajo, pues la dignidad la poseemos nosotros como creaturas e hijos de Dios”.
Al referirse a la realidad juvenil, el Obispo parafraseó al Papa Francisco, tomando la Exhortación apostólica Cristus Vivit, surgida “luego del último sínodo que abordó el tema de los jóvenes, pero escuchando muy de cerca a jóvenes de todos los continentes que de él participaron”. En torno a ello expresó: “Cristo vive, comienza afirmando el Papa. ‘Él es nuestra esperanza y la juventud más hermosa de este mundo. Todo lo que toca se hace joven, se hace nuevo, se llena de vida. Por lo tanto, las primeras palabras que quiero dirigir a cada joven cristiano son: ¡Él vive y te quiere vivo!’. ‘No se arrepientan de gastar la propia juventud en ser buenos, en abrir el corazón al Señor, en vivir de otra manera’”.
En otro tramo dijo: “Cerca de Jesús podrán beber de la verdadera fuente, que mantiene vivos sus sueños, sus planes, sus grandes ideales, y que los lanza al anuncio de una vida digna de ser vivida. El Señor los llama a encender estrellas en la noche de otros jóvenes”.

Siguiendo al Sumo Pontífice afirmó que “éste aborda proféticamente el fenómeno del mundo digital del que ustedes son ‘nativos’, ya que ha creado ‘una nueva forma de comunicación, facilitando la circulación de información independiente… y, en muchos países, las  redes sociales son ya un lugar indispensable para llegar e implicar a los jóvenes’, pero es también un territorio de soledad, manipulación, explotación y violencia, hasta el caso extremo de la red oscura. Los medios digitales pueden exponerlos al riesgo de adicción, aislamiento, pérdida progresiva de contacto con la realidad concreta…’”.
“’Y, aunque el mundo digital pueda exponerlos a muchos riesgos, sepan ser creativos y
brillantes como el Venerable Carlo Acutis, que supo utilizar las nuevas técnicas de comunicación para transmitir el Evangelio’”, expresó, agregando que “‘ser joven no sólo significa buscar placeres pasajeros y éxito superficial. Para que alcancen su meta en el camino de la vida, la juventud debe ser un tiempo de donación generosa, de ofrenda sincera’”.
Finalmente, encomendó a María “a los jóvenes de nuestra patria para que los cuides y orientes con lazos de amor hacia tu Hijo Jesucristo, a fin de que encuentren en Él la razón por la cual vivir y lidiar con sus debilidades, y así vayan forjando una nueva cultura de amor, respeto, cercanía, solidaridad, pureza, alegría, paz, creatividad, compromiso, honestidad, servicio, laboriosidad, perdón, verdad y justicia. No los sueltes de tu mano, y haz que siempre sientan tu ternura maternal”.
En el momento de las ofrendas, los alumbrantes acercaron elementos que serán utilizados para el servicio a los peregrinos que llegan a honrar a Nuestra Madre del Valle.
Antes de finalizar la celebración, el Padre Brizuela invitó a los jóvenes a trabajar junto a los hermanos con algún tipo de discapacidad, para integrarlos a las distintas actividades, tales como retiros espirituales, espacios de formación y recreación. Una tarea que deberán asumir conjuntamente con la Pastoral Vocacional.

TEXTO COMPLETO DE LA HOMILÍA

Queridos devotos y peregrinos:
En este cuarto día del septenario rinden su homenaje los jóvenes, por eso están presentes miembros de la pastoral juvenil, vocacional y representantes de movimientos e instituciones juveniles.
Bienvenidos queridos jóvenes, que la Madre Celestial los cobije bajo su manto y les consiga las gracias que necesitan para forjar y afianzar su fe.
Lo que se nos propuso reflexionar en esta jornada es ‘la espiritualidad del trabajo humano’, ya que es el día internacional de los trabajadores.
Por tanto, compartiré con ustedes algunas sabias enseñanzas de san Juan Pablo II, tomadas de la encíclica Laborem Excercens (14-9-1981).
 “La Iglesia asume como un deber propio la formación de una espiritualidad del trabajo, que ayude a todos los hombres a acercarse a través de él a Dios, Creador y Redentor, a participar en sus planes salvíficos respecto al hombre y al mundo, y a profundizar en sus vidas la amistad con Cristo, asumiendo mediante la fe una viva participación en su triple misión de Sacerdote, Profeta y Rey” (L.E. n° 24).
“En el trabajo humano el cristiano descubre una pequeña parte de la cruz de Cristo y la acepta con el mismo espíritu de redención, con el cual Cristo ha aceptado su cruz por nosotros. En el trabajo, merced a la luz que penetra dentro de nosotros por la resurrección de Cristo, encontramos siempre un tenue resplandor de la vida nueva, del nuevo bien, casi como un anuncio de los ‘nuevos cielos y otra tierra nueva’ (Cf. 2 Pe 3,13, Ap 21,1),
los cuales precisamente mediante la fatiga del trabajo son participados por el hombre y por el mundo. A través del cansancio y jamás sin él. Esto confirma, por una parte, lo indispensable de la cruz en la espiritualidad del trabajo humano; pero, por otra parte, se descubre en esta cruz y fatiga, un bien nuevo que comienza con el mismo trabajo: con el trabajo entendido en profundidad y bajo todos sus aspectos, y jamás sin él” (L.E. n° 27).
Por tanto, queridos jóvenes, familiarícense con el trabajo, puesto que Jesucristo, aun siendo Dios no se eximió de trabajar para ganarse el sustento diario y para emular a su Padre Dios que sigue trabajando para mantener la creación y así significar y santificar toda tarea humana. Y, más allá de que sigue siendo verdad que el trabajo dignifica al hombre, es más cierto que, es el hombre el que santifica el trabajo, pues la dignidad la poseemos nosotros como creaturas e hijos de Dios.
Pero ahora me quiero referir a ustedes, que transitan esta etapa de la vida humana, a la que llamamos juventud. Para ello iré parafraseando la Exhortación apostólica ‘Cristus Vivit’ que nos ofrece el Papa Francisco luego del último sínodo que abordó el tema de los jóvenes, pero escuchando muy de cerca a jóvenes de todos los continentes que de él participaron.
“Cristo vive, comienza afirmando el Papa. Él es nuestra esperanza y la juventud más hermosa de este mundo. Todo lo que toca se hace joven, se hace nuevo, se llena de vida. Por lo tanto, las primeras palabras que quiero dirigir a cada joven cristiano son: ¡Él vive y te quiere vivo!”. “No se arrepientan de gastar la propia juventud en ser buenos, en abrir el corazón al Señor, en vivir de otra manera” (n° 17).
“No piensen que Jesús era un adolescente solitario o un joven que pensaba en sí mismo. Su relación con la gente era la de un joven que compartía la vida de una familia bien integrada en el pueblo”, “nadie lo consideraba extraño o separado de los demás” (n° 28). “Gracias a la confianza de sus padres, se mueve libremente y aprende a caminar con todos los demás” (n° 29). “Estos aspectos de la vida de Jesús deben ser muy tenidos en cuenta por la pastoral juvenil, cuidando de no aislar a los jóvenes de la familia y del mundo, o de convertirlos en una minoría seleccionada y preservada de todo contagio… Lo que necesitan es que se los  fortalezca, acompañe y lance  hacia el encuentro con los demás, el servicio generoso y la misión” (n° 30).
“Cerca de Jesús podrán beber de la verdadera fuente, que mantiene vivos sus sueños, sus planes, sus grandes ideales, y que los lanza al anuncio de una vida digna de ser vivida” (n° 32). “El Señor los llama a encender estrellas en la noche de otros jóvenes” (n° 33).
El Papa exhorta a todo el pueblo de Dios a que “Pidamos al Señor que libere a la Iglesia de los que quieren envejecerla, que la quieren anclada en el pasado, que la quieren lenta e inmóvil. Pero también le pidamos que la libere de otra tentación: la de creer que es joven porque se rinde a todo lo que el mundo le ofrece, creer que se renueva porque esconde su mensaje y se mezcla con los demás. No. Ella es joven cuando es ella misma, cuando recibe cada día la fuerza siempre nueva de la Palabra de Dios, de la Eucaristía, de la presencia de Cristo y de la fuerza de su Espíritu” (n° 35). “Es verdad que los miembros de la Iglesia no tenemos que ser ‘bichos raros’, pero tenemos que atrevernos a ser distintos, a mostrar otros sueños que este mundo no ofrece, a testimoniar la belleza de la generosidad, del servicio, de la pureza, de la fortaleza, del perdón, de la fidelidad a la propia vocación, de la oración, de la lucha por la justicia y el bien común, del amor a los pobres, de la amistad social” (n° 36). “Por eso los invito a mirar a la joven María de Nazaret que con su ‘sí’ se puso del lado de los que quieren comprometerse y arriesgarse, los que quieren apostarlo todo, sin otra garantía que la certeza de saber que son portadores de una promesa. Para María las dificultades no eran motivo para decir no” (n° 44).
El Papa aborda proféticamente el fenómeno del mundo digital del que ustedes son ‘nativos’, ya que ha creado “una nueva forma de comunicación, facilitando la circulación de información independiente… y, en muchos países, las  redes sociales son ya un lugar indispensable para llegar e implicar a los jóvenes” (n° 87), pero es también un territorio de soledad, manipulación, explotación y violencia, hasta el caso extremo de la red oscura. Los medios digitales pueden exponerlos al riesgo de adicción, aislamiento, pérdida progresiva de contacto con la realidad concreta, a nuevas formas de violencia, al ciberacoso, a la pornografía y a explotar a las personas con fines sexuales o a través de los juegos de azar” (n° 88). “Sería ingenuo ignorar que en el mundo digital existen intereses económicos gigantescos, capaces de crear mecanismos de manipulación de las conciencias y del proceso democrático, para lo cual facilitan la difusión de información y noticias falsas, fomentando el prejuicio y el odio” (n° 89).
“Y, aunque el mundo digital pueda exponerlos a muchos riesgos, sepan ser creativos y brillantes como el Venerable Carlo Acutis, que supo utilizar las nuevas técnicas de comunicación para transmitir el Evangelio” (n° 105), afirmando que ‘todos nacen como originales, pero muchos mueren como fotocopias’. No dejen que esto les suceda” (n° 106). “No dejen que les roben la esperanza y la alegría, no dejen que los narcoticen y usen como esclavos de sus intereses. Busquen ser santos” (n° 107). “Ser joven no sólo significa buscar placeres pasajeros y éxito superficial. Para que alcancen su meta en el camino de la vida, la juventud debe ser un tiempo de donación generosa, de ofrenda sincera” (n° 108). “Si eres joven, pero te sientes débil, cansado o decepcionado, pide a Jesús que te renueve” (n° 109). “Pero recordando siempre que es muy difícil luchar contra las trampas y tentaciones del diablo y del mundo egoísta si están aislados, sin familia, sin comunidad, sin Iglesia” (n° 110).
En fin, queridos jóvenes, con estas citas del Papa Francisco intento motivarlos a que lean con detenimiento y junto a otros la Exhortación apostólica, que les será de mucha utilidad para tener razones sólidas para encarar la vida en serio y saborearla.
Y a Ti, Madre de los frágiles, te encomiendo los jóvenes de nuestra patria para que los cuides y orientes con lazos de amor hacia tu Hijo Jesucristo, a fin de que encuentren en Él la razón por la cual vivir y lidiar con sus debilidades y así vayan forjando una nueva cultura de amor, respeto, cercanía, solidaridad, pureza, alegría, paz, creatividad, compromiso, honestidad, servicio, laboriosidad, perdón, verdad y justicia. No los sueltes de tu mano, y haz que siempre sientan tu ternura maternal. Amén.
¡¡¡María, Madre de los jóvenes y trabajadores, ruega por ellos!!!