El
miércoles 21 de noviembre, la Diócesis de Catamarca celebró sus dos años
adorando a Jesús en la Eucaristía con una misa presidida por el Obispo
Diocesano, Mons. Luis Urbanč, y concelebrada por los Pbros. José Díaz y Eugenio
Pachado, Rector y Capellán del Santuario y Catedral Basílica de Nuestra Señora
del Valle, respectivamente.
Ante
un templo catedralicio colmado de fieles, el Obispo hizo alusión a que la adoración
implica un culto referido únicamente a Dios, y en esto llamó la atención que en
la actualidad se adora más al dinero, al placer y a los bienes materiales. “Es
adorar la presencia de Cristo, Dios y Hombre verdadero, en la Eucaristía.
Nuestro Señor Jesucristo, antes de sufrir la Pasión, estando con sus discípulos
tomó un poco de pan y les dijo: ‘Tomen y coman, esto es mi cuerpo’. Luego tomó
vino y les dijo: ‘Tomen y coman, esto es mi sangre’, concluyendo con el mandato
‘háganlo en conmemoración mía’, y así nació el sacerdocio ministerial”.
“La
Iglesia cree y confirma que en el Sacramento de la Eucaristía, en la
consagración del pan y del vino, se encuentra verdadera, real y
substancialmente nuestro Señor Jesucristo, verdadero Dios y Verdadero Hombre”,
enfatizó.
Luego
de la celebración eucarística, Mons. Urbanč colocó la Sagrada Eucaristía en la
custodia para peregrinar hasta el templo del Buen Pastor, ubicado en calle
Maipú entre San Martín y Chacabuco, donde se adora perpetuamente la Hostia
Divina.
La
salida desde la Catedral Basílica fue acompañada por los acordes de la Banda de
Música de la Policía de la Provincia. Todos los fieles presentes marcharon con alegría
rezando, cantando y meditando sobre el misterio de la presencia real de Cristo
en las formas del pan y del vino, dando testimonio de fe católica alrededor de
la plaza 25 de Mayo, siguiendo por calle República hasta la capilla ubicada en Maipú.
Se hicieron
presentes delegaciones de las parroquias de la ciudad capital que participan
con grupos de adoración eucarística con estandartes, banderas y antorchas para
acompañar el paso del Santísimo Sacramento por las calles del casco céntrico.
En la
llegada de la columna procesional a la capilla del Buen Pastor, resonó la
marcha interpretada por la Banda de Música de Municipalidad de la Capital, que
realzó el acontecimiento.
Una
vez en el templo, todos los participantes se postraron en adoración reverente
ante Jesús Sacramentado, y Mons. Urbanč dio la bendición final con la custodia
en alto.
Posteriormente,
bendijo especialmente a las embarazadas, a los enfermos, y a quienes
diariamente se acercan a acompañar al Señor y a rogar por las necesidades de
sus hermanos.
El
Pbro. Eugenio Pachado, asesor de la Unión Eucarística Reparadora (UNER),
responsable de esta obra, agradeció a todos los que hicieron posible que esta
manifestación pública de fe pueda concretarse y los instó a seguir trabajando
en oración y comunión.
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