En el primer día de
la Novena en honor a la Madre Morena, durante la misa central de las 21.00
rindieron su homenaje los medios de comunicación social. La ceremonia
eucarística fue presidida por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, y
concelebrada por el Vicario General de la Diócesis, Pbro. Julio Quiroga del
Pino, el Rector del Santuario y Catedral Basílica, Pbro. José Antonio Díaz, y el
asesor de la Pastoral Social, Pbro. Héctor Salas.
Participaron de este
tributo a la Virgen trabajadores de diarios escritos y digitales, radios y
canales de televisión, quienes guiaron, leyeron las lecturas, elevaron las
peticiones al Padre y acercaron las ofrendas con elementos que serán destinados
a los hermanos más necesitados, junto al pan y el vino para la mesa eucarística.
En el inicio de su
homilía, Mons. Urbanc dio la bienvenida a los alumbrantes y rogó “que la Madre
celestial los colme de paz, esperanza, fe y amor”, agregando que “damos inicio
a nuestra novena reunidos en torno a la Mesa de la Palabra y de la Eucaristía,
para agradecer al Señor tantos beneficios recibidos y para suplicar de su
inagotable bondad las gracias que necesitamos para continuar nuestra
peregrinación hacia la morada eterna, impregnando cada día las realidades
temporales con los criterios divinos a fin de que nos ayuden a lograr la plena
comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, principio y fin de la
existencia humana”.
Tomando la lectura
del libro del Apocalipsis, el Obispo dijo que en la misma “se nos narra el
destino de Roma, la capital del Imperio, debido a su vida licenciosa e inmoral.
‘Quien siembra vientos, cosecha tempestades’. Es muy sugerente la sentencia
divina: ‘Esto sucederá porque tus comerciantes llegaron a dominar la tierra y
tú, con tus brujerías, sedujiste a todas las naciones’. ¿Quiénes son los
comerciantes? Todos los que niegan, parcializan o ridiculizan la Verdad sobre
Dios, el hombre y la naturaleza. En nuestro mundo globalizado estamos plagados
de estos mercaderes, que han encontrado en los medios de comunicación una
eficaz herramienta para diseminar sus falacias y encantamientos. Han ido
imponiendo el pensamiento único de una vida fundada en el placer, el menor
esfuerzo, la fruición inmediata y la divinización del yo, demonizando todo
proyecto a largo plazo. Éstos seducen arteramente, con sus hechizos
materialistas e inmanentistas, a gran número de seres humanos para someterlos a
todo tipo de vejámenes culturales, religiosos, científicos, económicos y
políticos, dejándoles un profundo vacío existencial”.
Peregrinar con alegre esperanza
En otro tramo de su
homilía expresó: “Estimados hermanos, la fe que hemos recibido en el bautismo
nos ha dado una familia, que es la Iglesia, sacramento de la comunión
trinitaria. Esta fe nos da aquellas certezas que necesitamos para peregrinar
con alegre esperanza por esta vida terrenal. El amor del Padre, la sangre
redentora del Hijo y la santidad del Espíritu Santo son la amalgama de nuestra
vida eclesial. Apoyados en esta plenitud de vida que se nos comunica por la
Gracia Santificante podemos sortear todo tipo de obstáculos y vencer las
tentaciones, que lejos de alejarnos del Señor de la Vida y de la Historia,
deben robustecernos en el camino emprendido. Quien nos acompaña es la Virgen
María, de la que jamás se oyó decir que haya desoído a los que hubieren acudido
a su protección”.
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