“Vengo
como hijo de Dios a compartir la vida con ustedes, que también son hijos e
hijas de Dios”.
El viernes 15 de agosto, en
la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María, el Obispo Diocesano, Mons.
Luis Urbanc, comenzó su quinta y última visita pastoral del año, en este caso a
la parroquia San Francisco de Asís, con sede en la ciudad de Andalgalá,
distante a 270 kilómetros de la ciudad capital. El recorrido por las distintas
comunidades diseminadas a lo largo del departamento del Oeste catamarqueño se
extenderá hasta el sábado 30 de agosto.
El arribo de Mons. Urbanc se
concretó en horas de la tarde bajo un clima agradable, que acompañó toda la
jornada. En el portal de ingreso a la cabecera departamental fue recibido por el
párroco, Pbro. Moisés Pachado, y desde allí se trasladó hasta el centro,
escoltado por la policía y una caravana vehicular.
Los pobladores se
congregaron en la plaza 9 de Julio y recibieron afectuosamente al Señor Obispo,
mientras se desplazaba hasta la intersección de calles San Martín y Núñez del
Prado, donde se levantó un escenario con el altar para la celebración de la
Santa Misa. En este punto se desarrolló el acto protocolar, que contó con la
presencia de las principales autoridades municipales, encabezadas por el
intendente, Prof. Alejandro Páez, el presidente del Concejo Deliberante, Dn.
José Luis Cativa, concejales, autoridades policiales y educativas,
representantes de instituciones locales y comunidad en general.
Luego del ingreso de las
banderas de ceremonia de las escuelas del medio, se entonaron las estrofas del
Himno Nacional Argentino, y se escucharon las palabras de bienvenida.
En primer término, el jefe
comunal expresó su deseo de “que su visita a este departamento sirva para
iluminar nuestros corazones, para que como comunidad comencemos un camino
mejor
en donde podamos compartir, mirarnos nuevamente a los ojos, y que aquellas cosas
que nos separan como comunidad queden de lado”. Además, dijo que “hoy, en que
vemos tantas cosas atroces que están
sucediendo en el mundo, nuestro Papa Francisco ora por la paz, que nuestro
pueblo no quede aislado de esa premisa básica, orar por la paz del mundo, orar
por nuestra paz”. Asimismo, pidió “a San Francisco de Asís, Patrono de la
Naturaleza, que nos cuide como pueblo de Dios” y “que estos quince días los disfrute
muchísimo, como el pueblo de Andalgalá lo va a disfrutar y compartir con usted”.
Por su parte, la Sra. María
Cristina Barrionuevo, manifestó el deseo de “que estos días de visita bendiga
con su presencia a nuestro querido Andalgalá. Queremos que sea siempre el Padre
y la cabeza de esta parroquia bendita que lleva el nombre de San Francisco. Que
su
visita pastoral sea un momento de gracia, que al escuchar sus palabras
llenas del Evangelio de Jesús renovemos el camino de discípulos del Señor, que
nos impulsen a pensar en nuestros hermanos, a comunicarnos, a ser servidores de
los demás, a compartir, a poner de manifiesto el amor fraterno”.
Seguidamente se leyó el
decreto, a través de cual el Obispo fue declarado Visitante Ilustre de la
jurisdicción de la Municipalidad de Andalgalá, Ad-Referéndum del Concejo
Deliberante local.
Con la despedida de las
banderas de ceremonia se cerró el acto protocolar, dando inicio inmediatamente a
la celebración de la Santa Misa.
Celebración
eucarística
En el altar preparado con
las imágenes de la Virgen del Valle y San Francisco de Asís, se llevó a cabo la
Santa Misa, presidida por el Obispo Diocesano y concelebrada por el párroco de
la zona.
En el inicio de su homilía,
Mons. Urbanc agradeció a quienes se dieron cita para recibirlo, como también
las palabras de bienvenida expresadas, y destacó la presencia de los niños y
adolescentes, en este año dedicado a ellos de manera particular en toda la
diócesis local.
Al dirigirse a la comunidad,
manifestó: “Vengo como hijo de Dios a compartir la vida con ustedes, que
también son hijos e hijas de Dios. Ese es un regalo que Dios nos ha hecho y
tenemos que agradecerlo, comprometiéndonos a mostrarlo con nuestra vida.
Tenemos que hacer honor de esa condición viviendo de acuerdo con las enseñanzas
y los ejemplos de nuestro Señor Jesucristo”. Y agregó: “Vengo a fortalecer,
despertar, iluminar las virtudes de la fe, la esperanza y el amor, para que
ustedes las practiquen, las pongan en ejercicio y puedan construir esa
comunidad viva, fraterna, comprensiva, solidaria”.
El Pastor Diocesano especificó
que “no vengo como especialista en política, ni en economía, ni en educación, sino
a hablar de Dios, porque Dios tiene que estar presente en la vida de la
sociedad, en la vida de nuestras familias, en la vida de cada uno, en nuestra
vida como Iglesia. Dios tiene que estar en el centro, porque si El está en el
centro nos une, hace que sepamos queremos, y si alguna vez nos ofendemos nos
perdonamos y seguimos caminando, porque hay que llegar a la cima de la montaña,
y no se llega solo. Tenemos que apuntalarnos, animarnos”.
“Lo
revolucionario del cristianismo es perdonar”
En otro tramo de su
predicación, el Obispo puso énfasis en que “tenemos que llegar a la expresión
máxima del amor, que es el perdón. Lo revolucionario del cristianismo es que
perdonamos al enemigo, al que nos ha hecho daño. Eso es lo revolucionario,
perdonar, y perdonar de corazón, siempre. Si no perdono no me acerco, no le
permito al otro que se me acerque y
habrá siempre un abismo entre nosotros. Los pecados dividen, los pecados
destruyen, los pecados matan, y nosotros tenemos que eliminar eso si queremos
participar dignamente del banquete del amor que es la eucaristía. Eso es lo que
le va a dar vida a la comunidad, lo que va a unir, lo que va a dar futuro a
nuestros niños, a nuestros adolescentes, eso va a permitir que florezca entre
nosotros la paz, la justicia, la verdad, el amor, la alegría, la unión, el
perdón. Sin perdón no hay progreso, no hay sociedad, no hay Patria”.
“El
humilde es el que hace de su persona trono de Dios”
Tomando como ejemplo a la
Virgen María, dijo que “el humilde es aquel que se vacía de sí mismo y deja que
Dios entre totalmente en su vida. El humilde es el que hace de su persona trono
de Dios, y Dios reina desde ese trono que es mi persona, mi vida. El humilde
está siempre cerca de los otros, sabe que necesita de todas las personas, que
necesita en primer lugar de Dios, y de todos los que lo rodean, de los que
piensan distinto a él o de los que piensan igual que él. El humilde no descarta
a nadie de su corazón”.
Por último, imploró al
Patrono San Francisco de Asís lo que él pidió al Señor: ‘Haz de mi un
instrumento de tu paz, donde haya odio ponga amor, donde haya discordia ponga
la unión, donde haya desesperanza, ponga la esperanza’. “Ustedes conocen esa
oración que la
deberíamos repetir todos los días para poder ser instrumentos de
la paz de Dios en el mundo que nos toca vivir”, expresó.
Cáliz
y patena para la parroquia
Durante la celebración
eucarística, el Obispo obsequió a la parroquia un cáliz y una patena como
recuerdo de su visita pastoral, que fueron bendecidos con el mismo Cuerpo y
Sangre de Jesús, en el momento de la consagración.
Antes de la bendición final,
el párroco Pachado agradeció la presencia de Mons. Urbanc, quien permanecerá
durante quince días en la jurisdicción parroquial, y también a todos los
presentes y de manera particular a quienes colaboraron en la preparación de los
actos.
Las actividades continuaron
con una merienda comunitaria y homenaje cultural.
Sábado
16
8:00- Oración de los Laudes
con los Catequistas de la sede.
9:30- Dialogo con los padres
y niños de la catequesis de la sede (Reconciliación y Comunión).
10:30- Confesiones de los
niños de la catequesis.
11:00- Misa de niños en la
canchita parroquial.
12.30- Almuerzo a la canasta
con todos los presentes.
15:30 a 18:00- Visita a la
comunidad de Choya.
18:30 a 20:30- Visita a las
familias de la comunidad de La Aguada.
21:30- Cena.