Un día de fiesta vivieron
los pobladores de Yunka Suma y pueblos aledaños, el lunes 18 de agosto, con la
presencia del Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, quien consagró el altar y dedicó
el templo en honor a la Virgen del Valle, como parte de las actividades que
viene desarrollando con ocasión de la visita pastoral a la parroquia San
Francisco de Asís, en el departamento Andalgalá.
La pequeña capilla se
encuentra enclavada en una lomada rodeada por un bello paisaje de montañas, que
invita a la contemplación de las maravillas de la Creación. En ese marco y con
mucha emoción, se vivió este singular acontecimiento, que corona el esfuerzo y
el trabajo constante de los Sres. Mariano Valdez y Gerónimo Reartes, quienes junto a toda la comunidad
hicieron posible la concreción de este anhelo, gracias al aporte solidario del
Sr. Juan José Navarro, quien donó el terreno
para su construcción.
El atrio de la capilla fue
el escenario donde se desarrolló el acto de bienvenida, en el que una joven se
dirigió al Pastor Diocesano destacando “su gesto que junto al párroco salga al
encuentro de las comunidades para conocer sus realidades, para acompañarnos,
para guiarnos, para entusiasmarnos. Es un gesto de amor para recordarnos que la
gracia de la redención está en seguir a Cristo”.
Desde ese pedacito de suelo
argentino, los presentes rindieron homenaje a la Patria, entonando las estrofas
del Himno Nacional Argentino y rogando para que siempre reine
la paz, el
trabajo, la justicia y la libertad.
Tras el descubrimiento de una
placa recordatoria, Mons. Urbanc destacó “el esfuerzo que hicieron los hermanos
de esta comunidad para remozar el templo, y espero que esto sea un estímulo
para otros pueblos de ir mejorando sus templos y dedicándolos para el culto”.
Durante la Santa Misa se
llevó a cabo el solemne rito iniciado con la lectura del decreto que autoriza
la dedicación del templo y la consagración del altar. Luego, el Obispo bendijo el
agua, con la que roció al pueblo, las paredes y el altar para purificarlos. También
bendijo el ambón desde donde se proclamó la Palabra de Dios.
En su homilía, Mons. Urbanc dijo
que “es un día de alegría y de mucha gratitud a Dios por los pasos que se van
dando en las mejoras del templo, que hoy es dedicado con la unción de las
cruces que están adosadas a las columnas de la construcción, para que este
espacio físico sea sólo para el culto”.
Explicó que “el altar va a
ser ungido con el Santo Crisma para que sirva pura y exclusivamente para la
celebración de la Santa Misa”, y agregó que el mismo “representa a Jesucristo, quien
también es la víctima, que se ofrece sobre el altar y también el sacerdote que
inmola a esa víctima. El es la roca firme donde se construye la Iglesia”.
Tras las letanías de los
santos, el Pastor Diocesano procedió a ungir el altar y las paredes en las
cruces puestas para ello. Por la unción del Crisma, el altar se convierte en
símbolo de Cristo, que es y se llama por excelencia “el Ungido”. Luego, echó incienso en el brasero colocado sobre el
altar como signo de la oración de la Iglesia, que sube hasta el trono de Dios.
Finalmente se revistió el
altar y se encendió la luz de las velas. Cada uno de estos momentos fue vivido
con mucha emoción y atención por todos los presentes.
La ceremonia continuó con la
presentación de las ofrendas y la comunión bajo las especies del pan y del
vino, convertidas en el Cuerpo y la Sangre del Señor.
Una vez concluida la
ceremonia, las autoridades eclesiásticas y civiles, y los vecinos firmaron el
acta de lo acontecido, y besaron el altar consagrado.
Gesto
solidario muy valorado
Juan José Navarro,
propietario de la finca donde se construyó la capilla, llegó desde Tucumán, su
lugar de residencia, para participar de la ceremonia religiosa, y comentó sus
impresiones sobre este especial acontecimiento. Dijo que donó el terreno con la
intención de “colaborar para que la gente del lugar pudiera tener un lugar
donde poder rezar y acercarse a Dios”. Y destacó que “los vecinos han puesto
mucho esfuerzo. Con el aporte de cada uno, han trabajado, se han hecho bingos,
rifas, campeonatos de fútbol, un montón de cosas, y fueron poniendo ladrillo
por ladrillo para tener su lugar donde estar con Dios”.
Desde su mirada, la
presencia del Obispo en Yunka Suma “es un halago para la gente. Su venida, sin
lugar a dudas, es muy importante para ellos, una visita muy esperada. Es muy
importante que un Obispo pueda llegar a todos los feligreses para que lo
conozcan, para se sientan contenidos en la fe”.
Por su parte, algunos
habitantes coincidieron en expresar la “gran alegría de compartir este hermoso
día con el Obispo. Es una bendición de Dios y estamos muy agradecidos de que
nos haya venido a bendecir la iglesia que tenemos”.