En la capilla del Señor de
los Milagros, ubicada en la zona norte de la ciudad capital, se congregó una
gran cantidad de personas para rendirle homenaje y elevar peticiones y acciones
de gracias a San Cayetano.
La tradicional procesión se
llevó a cabo en horas de la tarde por las calles aledañas a la capilla en
Choya, con las imágenes de San Cayetano, de la Patrona parroquial, Santa Rosa
de Lima, la Virgen de la Dulce Espera y Nuestra Señora de Fátima.
En la oportunidad se contó
con la presencia del Párroco, Pbro Armengol Acevedo, y sus colaboradores, los
Pbros. Manuel Bulacio y Angel Nieva. También participaron numerosos niños del Colegio Juan Pablo II y los vecinos
de los barrios aledaños al templo situado en avenida Virgen del Valle Norte.
A la finalización de la
marcha procesional se celebró la Santa Misa en el atrio del templo.
Durante su homilía, el Padre
Armengol pidió al Santo del Pan y del Trabajo “que nos consiga nuestra unión
con Jesús, porque sin Jesús no hay salvación”, y luego comentó que “en una
oportunidad, Cayetano supo escribir a una persona que dirigía espiritualmente
que ‘es bueno que tengas como amigos a los Santos, pero lo más importante es
que lo tengas a Jesús. Los santos pueden dejarte solo pero Jesús, nunca’.
Entonces, lo primero para nosotros es nuestra relación con Jesucristo, por eso nos
llamamos cristianos. Él es nuestro Señor y Salvador. Esta relación con Jesucristo,
que San Cayetano la predicó y trató de inculcarla, se da de un modo especial
cuando recibimos al Señor en la Santa Comunión, porque en la Eucaristía está
Jesús. Por eso como compromiso de esa relación nuestra con el Señor tendrá que
ser que no pase cada semana sin recibirlo a Jesús en la Santa Comunión”.
Asimismo, manifestó que “otra
consigna de San Cayetano es trabajar por la paz. Él había estudiado el derecho
civil como el canónico por eso el Papa Julio II lo había llamado para que lo
ayude como secretario y en ese momento se produjo un altercado entre Venecia,
la Patria de Cayetano, y los Estados Pontificios al punto de un conflicto
armado. Y fue Cayetano, quien con sus palabras, logró que los ánimos se calmaran
y que se encontrara la paz. Estamos lamentablemente en un momento donde no hay
diálogo en nuestras familias, nos gritamos por todo, nos contestamos mal, nos
agredimos. Le pidamos que San Cayetano nos consiga la gracia de ser pacíficos”.
En otro tramo de su
predicación, el sacerdote expresó: “Muchos hemos venido a pedir trabajo, para
nosotros o por vecinos o parientes, y esto está bien que lo hagamos, pero creo no
tan solo tenemos que pedir sino también dar. ¿Y cómo podemos dar? Sencillamente
haciendo bien nuestro trabajo, sin trampas. Pongamos empeño sabiendo que esto
nos ayuda a perfeccionarnos, a sentirnos útiles y también porque la sociedad
necesita de ese trabajo. A ustedes, niños, les pregunto, ¿saben cuál es su
trabajo? Estudiar. Entonces estudien cada día un poco más y mejor así cuando vuelvan
a sus casas se sienten a comer sabiendo
que se han ganado la comida con el trabajo del estudio. También nosotros, los sacerdotes,
tenemos que hacer bien nuestro trabajo, lo mejor posible, para Dios y para la
salvación de los hombres”.
Al referirse a la palabra
proclamada, el P. Armengol dijo que “el Evangelio nos invita a tener una
actitud de atención con los pobres, enfermos, pero también cuidado y atención
con los
que viven con nosotros. Cuántos jóvenes y adultos se suicidaron y nos
estaban diciendo socorro, auxilio al lado nuestro. Pero nosotros estábamos en
otra cosa. Cuántas veces estamos sentados a la mesa comiendo y estamos ‘conectados’
pero con los de afuera. Son con nuestros padres, hermanos con los primeros que
tenemos que estar conectados. Aquí otra
consigna: tratar de estar atentos con los que están a nuestro lado, con los que
luchan con nosotros. Entonces nos vamos a dar cuenta cuándo se dan las ocasiones para cumplir las
obras de misericordia”.
Antes de finalizar la misa
el Padre Antonio Bulacio agradeció a todos los que, de una forma u otra,
colaboraron para organizar la Novena y Procesión, y el Padre Armengol invitó a
sumarse a las reuniones para organizar las diferentes actividades para celebrar
este año los 200 años de la creación del templo de la Capilla del Señor de los
Milagros.
Por último se realizó la
bendición de objetos de devoción.