“Encontramos a un pastor, a un
amigo que acompaña, que consuela, que fortalece, que orienta, que corrige”,
expresaron.
El jueves 7 de agosto,
culminó la visita pastoral del Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, a la
parroquia San Jorge, creada el 27 de abril del año 2008, con sede en la zona
sur de la ciudad capital. Acompañado por el párroco, Pbro. Raúl Contreras, y los
seminaristas Javier y Winker, de Perú, que misionan en la zona, durante siete
días, recorrió las distintas comunidades que componen la jurisdicción
parroquial: San Jorge (sede parroquial), San Martín de Porres, Nuestra Señora
de la Medalla Milagrosa y Jesús de la Buena Esperanza.
Durante la última jornada,
el Pastor Diocesano visitó los hogares de los barrios Madre Teresa de Calcuta,
Luis Franco y Viviendas Sociales, y compartió el almuerzo en familia en el
barrio 80 Viviendas.
Por la tarde presidió la Santa
Misa en el salón comunitario Jesús de la Buena Esperanza, donde se congregaron
los fieles de las diferentes comunidades, quienes resaltaron el espíritu
misionero del Obispo y la importancia de haber tenido su presencia en los
lugares que recorrió.
Las palabras de despedida
estuvieron a cargo de la Sra. Rufina Rosa Romero de Cezar, quien agradeció la
posibilidad que tuvieron los habitantes de esa porción de la Iglesia que
peregrina
en Catamarca de ver, escuchar y recibir el testimonio y la entrega de Mons. Urbanc.
“Momento de despedida,
tiempo de balances desde la gratitud que sabe agradecer y desde la humildad de
quien sabe pedir perdón. Aquí, donde tanta gente te aguardaba, para compartir y
caminar junto a ti, encontramos a un pastor, a un amigo que acompaña, que consuela,
que fortalece, que orienta, que corrige. Que nos enseña el espíritu de vivir la
comunión, la participación y de trabajar juntos”, expresó Rufina.
En la oportunidad, representantes de comisiones
eclesiales le hicieron entrega de presentes al Señor Obispo, quien agradeció
las atenciones que recibió durante su estadía en la parroquia.
El Padre Contreras agradeció a Mons. Urbanc su testimonio
de misionero incansable, “que contagia, es enriquecedor y muy valioso”, dijo,
destacando la visita como “algo novedoso para la gante, que no se hizo antes. Y
eso es muy edificante para todos”.