Trabajo:
clave para el desarrollo humano integral
Mar del Plata
28, 29 y 30 de Junio
Una vez más, nos encontramos
en la Semana Social aquí en Mar del Plata, viniendo desde de distintos rincones
de la Patria y de diversas experiencias sociales y eclesiales, para reafirmar
que el valor del trabajo es clave para cualquier proyecto de ecología integral,
para el desarrollo de toda persona; de una economía de comunión, y de la
promoción y dignidad de todos y muy especialmente de los más pobres.
Nos han conmovido algunas
afirmaciones surgidas de paneles y expositores, de las mesas de trabajo y sus
participantes: “el grado de desigualdad social en que estamos sumergidos
es muy
grande y peligrosísimo para nuestro país”. Escuchamos la necesidad de
direccionar la economía hacia un modelo que abandone la especulación y estimule
la cadena de valor y la producción, con cambios en el sistema impositivo para
salir del esquema “confiscatorio que padecemos”; tener presente que “son los
trabajadores quienes crean la riqueza y no la riqueza quien crea trabajadores”;
la necesidad de “hacer un pacto para cambiar la economía actual y dar un alma a
la
economía del mañana”; en el
desafío laboral y social de la tecno-economía el nuevo paradigma debe servir a
la promoción humana y la dignidad del trabajo antes que a la reproducción de
nuevas formas de descarte de los trabajadores.
Todas ellas ponen de
manifiesto que “la cuestión del trabajo” es urgente y no solo para alcanzar el
salario mínimo vital y móvil, que ya en sí mismo es un asunto de justicia, sino
además porque el trabajo de todas y de todos es fundamental para estructurar la
vida y el desarrollo integral de cada persona, de la familia, y de la Patria.
Hemos comprendido que no
alcanza relacionar al trabajo sólo con el capital, sino también y
fundamentalmente con la persona, su dignidad y su desarrollo y esto no debería
ser un objetivo declamado sino una realidad deseada, buscada y vivida por todos
y para todos.
Además, creemos que el
cuidado del trabajo y la vida digna en la Casa Común Latinoamericana, tal como
lo señala el Papa Francisco en Laudato Si, es un llamado inminente a custodiar
el hábitat como un legado a preservar de la acción predatoria llevada adelante
por el capitalismo de base extractivista, que contamina las aguas, que
promueve la tala
indiscriminada de árboles sin reparar en las consecuencias climáticas, que
degrada los suelos y pone la vida en peligro mediante el uso excesivo de
agrotóxicos.
En este sentido, nos unimos
fraternalmente a los esfuerzos que está haciendo la Iglesia Particular de
Neuquén que, junto a su obispo, en estos días han emprendido una fuerte defensa
de los bienes de la tierra, especialmente del agua.
Queremos también decir, que
nos ha dado mucha esperanza escuchar a los jóvenes que, en su espacio propio,
han reflexionado de modo muy propositivo sobre la ecología integral, la preocupación
solidaria por los más vulnerables, descartados y descartadas y reconocemos en
ellos que no son sólo el futuro, ya son el presente y tienen palabras que
debemos escuchar y una enorme generosidad para transformar la realidad. Sólo
necesitan que les demos más espacio real tanto en los lugares de reflexión como
así también en aquellos donde se decide, planifica y actúa.
Por todo esto y como
pastores a los que se nos confió la tarea de animar la pastoral social del
Episcopado Argentino es que humildemente les pedimos a todos los actores
sociales: al Estado, los empresarios, los sindicalistas, los movimientos
populares, la dirigencia política, las universidades y organismos de ciencia y
técnica, etc. que nos comprometamos en un dialogo responsable y creativo ,
pensando fundamentalmente en el Bien Común de la Patria, donde no dejemos de
poner los mejores esfuerzos personales e institucionales para revertir esta
difícil situación social de presente y de futuro en la que nos encontramos.
Todos estamos llamados,
todos somos necesarios para construir una Patria de hermanas y hermanos, nadie
puede quedar afuera de la mesa de la vida.
¡No nos dejemos robar la
alegría del trabajo!
San Cayetano, ruega por
nosotros!
Y que María de Luján
sostenga a nuestro pueblo argentino, peregrino y solidario, que tanto se confía
a ella y a Su Hijo nuestro Señor Jesús.
Comisión Episcopal de
Pastoral Social
Conferencia Episcopal
Argentina