El martes 26 de marzo, a las
20.00, en la Catedral Basílica de Nuestra Señora del Valle, se oficiará la Misa
Crismal, presidida por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, y todos los
sacerdotes y diáconos de la diócesis. Esta es una de las principales
manifestaciones de la plenitud sacerdotal del obispo, y signo de la unión
estrecha de los presbíteros con él.
En dicha misa se consagra el
Santo Crisma y se bendicen los óleos de los catecúmenos y de los enfermos. Esta
solemne liturgia se ha convertido en ocasión para reunir a todo el presbiterio
alrededor de su obispo y hacer de la celebración una fiesta del sacerdocio.
El rito de esta misa, que
debe ser siempre concelebrada, incluye la renovación de las promesas
sacerdotales, tras la homilía. Luego se presentan ante el Obispo los santos óleos,
que posteriormente son consagrados para la celebración de los sacramentos
durante el año. Es decir que con esos óleos serán ungidos los nuevos bautizados
y se signará a los que reciben el sacramento de la Confirmación. También son
ungidos los obispos y los sacerdotes en el día de su ordenación sacramental.
La palabra crisma proviene
de latín chrisma, que significa unción. Así se llama al aceite y bálsamo
mezclados que el Obispo consagra en esta misa, que en Catamarca se realiza el
Martes Santo, por razones de conveniencia pastoral, aunque su día propio es el
Jueves Santo por la mañana.