Durante la mañana del lunes
3 de diciembre, tributaron honores a la Virgen del Valle las fuerzas de seguridad:
Secretaría de Seguridad de la Provincia, Gendarmería Nacional, Ejército
Argentino, Policía Federal, Policía de la Provincia, Policías Retirados, Mutual
de Policías Retirados, Servicio Penitenciario, Escuela de Cadetes, Empresas de
Seguridad Privada; miembros de la Pastoral Penitenciaria y Acampada Policial.
La Catedral Basílica se vio colmada
por los alumbrantes, banderas de ceremonia y
autoridades de cada fuerza de
seguridad, entre ellas el Secretario de Seguridad de la provincia, Dr. Marcos
Denett. Participó la Banda de Música de la Policía de la Provincia, que tuvo a
su cargo la interpretación de los cantos litúrgicos.
La Misa fue presidida por el
Pbro. Humberto Carrizo, Capellán Mayor de la Policía Provincia, cuyo decreto de
nombramiento se leyó durante esta ceremonia, y concelebrada por los Capellanes de
la Policía, Gendarmería y Servicio Penitenciario Provincial.
En su predicación, el Padre Reinaldo
Oviedo afirmó que “como hijos sabemos que necesitamos mucho de la Madre, por eso
venimos en este día a estar con Ella, que intercede para que el Señor derrame
su gracia sobre cada uno de nosotros”.
Refiriéndose al texto de Evangelio
que relata el pedido del centurión a Jesús para que sane a su sirviente enfermo,
afirmó que “Jesús quedó admirado de la fe del centurión y dijo a los que los
que lo seguían: ‘Les aseguro que no he encontrado a nadie
en Israel que tenga
tanta fe’”, agregando que “nosotros estamos llamados a acrecentar el don de la fe
que hemos recibido el día de nuestro bautismo, para que el Señor se alegre también
de encontrar en nuestros corazones mucha fe, mucho amor, mucha devoción, mucho
amor a la Patria”.
Pidió “al Señor por el
personal que tenemos a cargo o por las cosas que tenemos que hacer”, y señaló
que “vivimos en tiempos difíciles, el trabajo de la seguridad es delicado, pero
con Dios todo se puede, Él irá marcando e iluminando el camino, para que se
pueda servir del mejor modo”.
Por último, recxordó que “nos
encontramos en este día en la casa de la Virgen, nos vamos preparando para los
400 años de su hallazgo, en el año 2020. Ella ya estaba en Catamarca antes que
todas las cosas; 400 años de protección, de amor, de cuidado, solamente como
Ella lo puede hacer, con tantos peregrinos que año tras año llegan para agradecer,
para venerarla. Que Ella nos ayude a cada uno de nosotros, sus hijos para que
siempre podamos buscar el bien, hacer el bien y ofrecer siempre el bien a los
hermanos”.
En el momento de preparar la
mesa eucarística, las distintas dependencias de las fuerzas de seguridad
acercaron elementos que se utilizarán para la atención de los peregrinos.