“Que
la Virgen ayude a los que gobiernan a que sepan
discernir lo que favorezca el bien común”
Durante la noche del lunes 3
de diciembre, quinto día de la novena en honor a Nuestra Madre del Valle,
rindieron su homenaje el Poder Ejecutivo Provincial y Ejecutivos Municipales.
En la oportunidad, el Obispo
Diocesano, Mons. Luis Urbanc, encomendó a la Virgen a la Señora Gobernadora,
Dra. Lucía Lucía Corpacci, quien hoy está cumpliendo un año más de vida, y explicó
que no pudo participar de la Misa por su visita a comunidades del interior
provincial. En la mañana de ayer compartió con el Pastor Diocesano las fiestas
patronales de Santa Bárbara en Farallón Negro, departamento Belén.
De la celebración de anoche
participaron miembros del Gabinete provincial, entre ellos el Ministro de
Educación, Lic. Daniel Gutiérrez, y la Secretaria de Turismo, Mlga. Natalia
Ponferrada; el Intendente de Fray Mamerto
Esquiú, Dr. Guillermo Ferreyra; el
Secretario de Gobierno de la Municipalidad de la Capital, Dr. Hernán Martel,
entre otras autoridades.
En el inicio de su homilía,
Mons. Urbanc dio la bienvenida a los alumbrantes, deseándoles “que la Madre de
Dios les conceda las gracias que necesitan para desempeñar con generosidad,
honestidad, responsabilidad, eficiencia y competencia su tarea en favor del
bien común de todos”.
Al hacer memoria en este día
de san Francisco Javier, Patrono de las Misiones, se propuso ahondar en la
dimensión misionera de la espiritualidad cristiana. Al
respecto, dijo que “los
Apóstoles oyeron la llamada de Jesús y le respondieron de manera inmediata y
con una entrega total. Comprendieron que fueron llamados a compartir su vida
con Él; y se quedaron a vivir con Él. Aprendieron lo que Jesús les enseñaba con
su vida y con sus palabras. En la medida en que conocían y amaban a Jesús,
lograban unirse y comprenderse entre ellos. Fue una magnífica experiencia de
amistad y de ayuda fraterna la que vivieron con Jesús”.
“A través de la historia,
muchísimas personas y comunidades cristianas, en la
Iglesia han vivido ese
mismo estilo de vida y han cumplido su misión. Por eso se han llamado
‘cristianos’. Nos convendrá, pues, conocer e imitar las ‘figuras misioneras’ de
todos los tiempos. En ellas nos sigue interpelando Jesús a dar nuestra propia respuesta
misionera con una generosidad completa”, indicó.
En otro tramo de su
predicación, el Obispo afirmó que “la espiritualidad misionera consiste en
centrar y orientar la vida a la misión, siendo dóciles al Espíritu Santo; vivir
la vida cristiana con su esencial dimensión misionera universal; vivir según el
estilo ‘misionero’ de Cristo, Buen Pastor; asumir la
misión como fuente, camino
y medio propio para la santificación personal y comunitaria. Nos santificamos
en la misión, y por la misión conseguimos las tres cosas que caracterizan la
santidad cristiana: unirnos más a Dios, perfeccionar nuestra caridad y tener
una vida más ‘cristiana’”.
“Por tanto, la
espiritualidad auténticamente cristiana es misionera. Ella es la base de
nuestra comunión con Jesús y con las demás personas; es la fuente y motor de
nuestro servicio misionero. Pensamos, sentimos, vivimos y servimos como
misioneros, al estilo del Buen Pastor, bajo la guía del Espíritu Santo, que es
el protagonista de la misión”, expresó.
Dirigiéndose a los
alumbrantes, afirmó: “Queridos hermanos que ejercen la autoridad en el
orden
civil, también ustedes deben interrogarse acerca de la dimensión misionera de
sus vidas como discípulos de Jesús, en quien creen, para dar testimonio, sin
componendas, en sus diversas responsabilidades de los valores cristianos de los
que son depositarios desde el día del bautismo, sabiendo que de ello se les
pedirá cuenta el día que les toque presentarse ante el Eterno Juez, donde no
hay posibilidad de arreglos, justificaciones, ni acomodos. Acudan ya y siempre
a la Virgen María para que les ayude a no claudicar jamás en la lucha por ser
fieles al Señor y único Salvador, Jesucristo”.
También indicó que “como
políticos y funcionarios públicos cristianos tienen la misión de
favorecer que
lo escuchado en la primera lectura de Isaías sea accesible a toda la
ciudadanía, a saber: ‘Todas las naciones afluirán hacia Jerusalén y acudirán
pueblos numerosos, que dirán; ¡Vengan, subamos al monte del Señor, a la Casa
del Dios de Jacob! Él nos instruirá en sus caminos y andaremos por sus sendas».
Porque de Sión saldrá la Ley y de Jerusalén, la Palabra del Señor. El será juez
entre las naciones y árbitro de pueblos numerosos Con sus espadas forjarán
arados y podaderas con sus lanzas. No levantará la espada una nación contra
otra ni se adiestrarán más para la guerra. ¡Ven, casa de Jacob, y caminemos a la
luz del Señor!’”.
Finalmente, pidió: “Querida
Madre de los que gobiernan, ayúdalos a vivir sin complejos la fe que recibieron
de sus mayores, ilumínalos con la luz de la Verdad, que es Jesucristo,
inspírales la necesidad de invocar al Espíritu Santo para que sepan discernir
lo que favorezca el Bien Común y despiértales el interés por la oración, la
lectura de la Palabra de Dios y la vida en Gracia”.
En el momento de las
ofrendas se acercaron al altar elementos que serán destinados a la atención de
los peregrinos.
Antes de la bendición final,
todos juntos rezaron la Oración del Año Mariano Nacional frente a la bendita
Imagen y entonaron canciones de alabanza.