“Estaba
muerto y he vuelto a la vida”
La Pastoral de las
Adicciones, parroquia Santa Rosa de Lima, Grupo Virgen del Valle invitan a la
comunidad de Catamarca a ser testigos del testimonio de jóvenes que superaron
el dolor de la droga en sus vidas, a través de la labor que lleva adelante la Comunidad
Cenáculo.
La propuesta se llevará a
cabo el sábado 13 de abril, en la ciudad capital y Valle Viejo, según el
siguiente cronograma:
Barrios
del sector Sur- Este
En el Oratorio Divino Niño
Jesús del barrio Villa Eumelia, a las 16.00.
Barrios
del sector Sur-Oeste
En la escuela N° 195
Revolución de Mayo, a las 17.00.
Barrios
del sector Norte
En las instalaciones del
CIC, calle Virgen del Valle Norte, a las 11.00.
En
Valle Viejo
Club Marco Avellaneda, San
Isidro, al lado del templo parroquial, a las 10.00.
Departamento
del Oeste
Martes 9, en Pomán.
Miércoles 10, Andalgalá.
Jueves 11, en Belén.
Viernes 12, en Tinogasta.
Para mayor información
comunicarse al teléfono celular 3834 478914.
Esta actividad se realiza en
el marco de las fiestas marianas y en el Año Diocesano de la Juventud, porque
en este tiempo pascual “no podemos callar, es necesario gritar a todo el mundo
la alegría de que Cristo vence”.
La
Comunidad del Cenáculo
Su historia
Después
de años de espera y de oración, en los cuales sentía en el corazón la urgencia
de dedicar su vida a los jóvenes solos y marginados de nuestro tiempo, con la
ayuda de otra hermana religiosa (Sor Aurelia) y una profesora (Nives), Sor
Elvira inicia sobre la colina de Saluzzo, en una casona abandonada y
semidestruida desde hacía algún tiempo, y cedida en uso gratuito por el
intendente de la ciudad, la primera Fraternidad del Cenáculo.
Sin
seguridades materiales, con mucho sacrificio y mucha oración, con la única
certeza de la fidelidad de Dios, comienza esta aventura que sólo Él conoce
plenamente.
Enseguida
llaman a la puerta los primeros jóvenes, personas laceradas, desesperadas,
drogadas, en los márgenes de la sociedad, quienes buscan un refugio, un reparo,
un lugar para renacer.
Con
ellos, llegan también los primeros apoyos: la Providencia comienza a hacerse
presente como signo tangible de que "Dios está con nosotros".
Los
chicos acogidos, mientras reconstruyen su vida trabajando duramente, ladrillo
tras ladrillo, reordenan también la casa; el trabajo y la oración dan ritmo a
las jornadas de aquellos primeros años de duros sacrificios.
Quiénes somos
De
la intuición del Espíritu Santo, a través de una mujer consagrada, Sor Elvira
Petrozzi, nació en julio de 1983 la Comunidad Cenáculo como respuesta de la
ternura de Dios Padre, al grito de desesperación de muchos jóvenes cansados,
desilusionados, desesperados, adictos a las drogas y personas en general, que
buscaban la alegría y el sentido verdadero de la vida.
Actualmente
colaboran con la Comunidad, voluntarios, consagrados y familias que viven y
operan a tiempo completo y en total gratuidad al servicio de esta obra.
La
“Casa Madre” de la Comunidad se encuentra sobre la colina de Saluzzo, una
ciudad en la provincia de Cúneo (Piemonte), en el noroeste de Italia. Desde ese
año, han nacido numerosas Fraternidades del Cenáculo: actualmente son 56 en
Italia y en el resto del mundo.
En
los lugares donde la Providencia nos guía, deseamos ser una pequeña luz en las
tinieblas, un signo de esperanza, un testimonio vivo de que la muerte no tiene
la última palabra.
A
aquellos que llaman a las puertas de la Comunidad, se les propone un estilo de
vida simple, familiar, el descubrimiento del trabajo vivido como un Don de
Dios, de la amistad verdadera y de la fe en la Palabra de Dios, hecha carne en
Jesucristo, muerto y resucitado por nosotros.
Creemos
que la vida cristiana, en su plenitud, es la respuesta verdadera a cada
inquietud del hombre, y que nadie más de Aquel que lo ha creado, Dios Padre,
está en grado de reconstruir los corazones confundidos y perdidos en una vida
sin sentido.
Nuestra
fuerza quiere ser el Amor, aquel Amor que nace de la cruz de Cristo y que da
vida a los muertos, libertad a los prisioneros y vista a los ciegos. Somos
nosotros los primeros en sorprendernos de aquello que el Señor está obrando
delante de nuestros ojos y en agradecerle porque nos hace espectadores cotidianos
de su Resurrección, como resultado de la cual cada día vemos la vida sonreír en
los rostros de quienes habían perdido toda esperanza.
La casa en Argentina
El
8 de diciembre de 2005 -día en que celebramos la Inmaculada Concepción de
María- la Comunidad Cenáculo abrió su primera casa en la Argentina: Fraternidad
"Nuestra Señora de Luján" en Pilar, con la presencia de su fundadora
Sor Elvira.
El
8 de diciembre de 2012 fue abierta la casa en Mercedes, provincia de Buenos
Aires.
El
paso de la resurrección del infierno de las drogas a una vida nueva se afirma
en la oración y el trabajo, por ello no es de sorprenderse que un gran número
de jóvenes se sanen aquí.
Nuestro estilo de vida
A
aquellos que acogemos les proponemos un estilo de vida simple, familiar, disciplinado, basado en el re-descubrimiento
de la oración y del trabajo (“ora et labora”), de la amistad verdadera, del
sacrificio y de la fe en Jesús.
La
espiritualidad de la Comunidad es profundamente eucarística y mariana. Se
alternan en la jornada momentos de oración (Rosario, Adoración Eucarística,
Liturgia de las Horas), de trabajo, compartiendo la vida delante de la Palabra
de Dios y de los hermanos, de juegos, de fiesta.
Creemos
que la vida cristiana en su simplicidad y plenitud sea la respuesta verdadera a
toda inquietud del corazón y que el encuentro con Dios hace renacer al hombre a
la esperanza.
Quiénes pueden entrar a
Cenáculo
La
Comunidad recibe a todos aquellos que desean reencontrar la alegría y el
sentido de la vida a través de un camino simple y verdadero.
La
primera condición para entrar a la Comunidad, es sentir la necesidad de Dios y
de nuestros hermanos, es sentirnos pobres y pecadores.
La
mayor parte de los jóvenes que se han dirigido a nosotros pidiendo ayuda,
provienen de situaciones difíciles, de tristeza profunda, frecuentemente de la
adicción a las drogas. Otros solicitando el poder vivir la total dedicación de
su vida en superación de sí mismos y en servicio a los demás, viendo en nuestro
estilo de vida un camino que los ayuda a comprender la voluntad de Dios.
En
fin, las motivaciones por las cuales se llega a la Comunidad pueden ser
diferentes, pero la propuesta clara de renacimiento es una: el encuentro con
Jesús resucitado a través de una vida compartida, de oración, trabajo,
sacrificio y amistad verdadera.
A quienes deseen entrar
A
los chicos y chicas que quieren entrar
se les pide participar en algunos coloquios preliminares durante los cuales
ellos llegan a conocer la realidad y el estilo de vida de la Comunidad, y donde
verificamos su grado de voluntad para querer cambiar, conociendo sus problemas
reales y evaluando si estamos en grado de poderlos ayudar.
Después
de algunos coloquios se invita a los chicos a transcurrir algunas jornadas
completas, de la mañana a la noche, en una de nuestras Fraternidades y
finalmente, si desea ingresar a la Comunidad, se los recibe.
La
recepción es gratuita, no se paga ninguna renta fija y cada familia colabora
según sus propias posibilidades.
No acogemos a personas
con problemas físicos o con problemas mentales graves (esquizofrenia, etc.). La
experiencia de estos años nos ha enseñado que nuestro estilo de vida exigente y
muy regulado no les ayuda a resolver sus problemas, y desafortunadamente, no
nos encontramos en la posibilidad de proveer la constante asistencia médica
especializada que necesitan.