En la cálida tarde del
domingo 19 de abril, devotos y peregrinos se reunieron para participar de la
Solemne Procesión con la Imagen de Nuestra Señora del Valle, en el cierre de
las fiestas patronales de este año dedicado a los fieles laicos y sobre cuya temática
se reflexionó durante los días de Septenario.
La tradicional ceremonia dio
inicio a las 17.30 con la salida de la Imagen centenaria en brazos del Obispo
Diocesano, Mons. Luis Urbanc, acompañado por el clero diocesano, desde el
presbiterio hasta el atrio del templo catedralicio, para recibir el emocionado
saludo de las delegaciones de peregrinos, misachicos, instituciones civiles y
eclesiales, que pasaron frente a la Madre Morena. Entre cantos y vivas se
desplazaron por Sarmiento continuando por República hacia el oeste.
A las 18.00, el Señor Obispo
colocó la Sagrada Imagen en la urna preparada con flores blancas, para dar
inicio a la Solemne Procesión, y se encolumnó junto a los sacerdotes del clero
catamarqueño, religiosas y seminaristas para caminar junto a la Madre del
Valle.
Desde Casa de Gobierno, se
sumaron a la marcha procesional la Gobernadora de Catamarca, Dra. Lucía
Corpacci; el Intendente de San Fernando del Valle de Catamarca, Lic. Raúl
Jalil, junto a miembros de sus respectivos gabinetes, autoridades legislativas,
judiciales y de las fuerzas de seguridad.
En el recorrido se rezó el
Santo Rosario, poniendo como intención general a los fieles laicos, quienes son
la opción preferencial de este año en la Iglesia de Catamarca, dentro de la
Misión Diocesana Permanente, camino a los 400 años del hallazgo de la venerada
imagen, que se cumplirán en el 2020.
Las plegarias y los cantos
acompañados por aplausos se hicieron sentir a lo largo del trayecto, que
comprendió calle República hasta el Paseo General Navarro o Plaza de la
Coronación (La Alameda), calle San Martín, Rivadavia y República hasta el Paseo
de la Fe. Mientras avanzaba la peregrinación, los vecinos apostados en techos
de las viviendas saludaban el paso de la Madre.
Gratitud, peticiones, alabanzas
y esperanzas fueron depositados en la Virgen Morenita, que luego de girar
alrededor de la plaza 25 de Mayo, fue recibida con los acordes de la Banda de
Música de Policía de la Provincia, pañuelos flameando y la emoción reflejada en
los rostros de los devotos y peregrinos.
De regreso frente a su
Santuario, fue colocada nuevamente en el trono, mientras era vivada por la
multitud que no cesaba de darle gracias por su maternal protección.
Mensaje
del Obispo
Seguidamente, el Obispo
Diocesano expresó su mensaje final a todos los presentes:
Adiós
y gratitud. Ha llegado el momento de decirnos hasta
pronto. A cada uno nos deja un saborcito a tristeza el tener que separarnos
físicamente, no obstante seguiremos vinculados en el afecto, la fe y en cada
Eucaristía, puesto que Ésta es una, como el Señor Jesús es uno solo.
Muchas gracias, hermanos,
por haber venido a participar de estos loores a la Madre del Cielo, en el 124°
aniversario de su coronación pontificia. Que Ella los acompañe en el regreso a
sus hogares y saluden a cuantos encuentren en el camino y al llegar a destino.
Sepan bien que siempre los esperamos, pues sin ustedes la fiesta no sería tal.
Para el próximo encuentro traigan a alguien para que se encuentre con la
querida Madre de este Valle de Catamarca.
Ahora nos dirijamos a Ella
para expresarle nuestro postrer saludo y agradecimiento por todo cuanto nos ha
permitido vivir en este septenario.
Protección.
Como
pastor de esta Diócesis te pido, Madre querida, que nos sigas protegiendo, que
apartes de nosotros todo mal para el alma y para el cuerpo. Que nos libres de
los fenómenos climáticos que tanto nos vienen haciendo sufrir en diversos
puntos de nuestra Patria. Que nos ayudes a luchar contra el flagelo de la droga
y otras adicciones. Que desaparezcan los mercaderes de la muerte, ya sea por la
trata de personas, como por la venta de estupefacientes, ya sea por la
comercialización de químicos contra la vida, como por la promoción de normas o
costumbres anti-vida.
Por
los niños y adolescentes. Que nuestros niños adolescentes y
jóvenes sean bien cuidados y acompañados, que todos valoren y accedan a una
educación integral e inclusiva que contemple los valores trascendentales de la
vida humana y que sus padres y la sociedad toda les provea una buena alimentación
y formación...
Adultos
coherentes. Que nuestros adultos sean coherentes con la fe que
dicen profesar, que se empeñen por conocerla y testimoniarla con coherencia
ante sus hijos y nietos, que sean responsables con las funciones asumidas en
bien de la comunidad, que obren con excelencia en todas sus tareas, que tengan
un corazón misericordioso, manso y paciente, que siempre estén animados por la
caridad en todo lo que hagan o dejen de hacer, que se ocupen de los más
necesitados y de los excluidos.
Respeto
a los ancianos. Que nuestros ancianos sean reconocidos,
respetados y tratados con cariño y paciencia, que sean valorados por sus
familiares y por la sociedad toda, que tengan la atención sanitaria acorde a
las posibilidades científicas, médicas y tecnológicas propias de nuestro
tiempo, que puedan recibir con frecuencia las ayudas de nuestra santa religión
por medio de los sacramentos y una solícita atención pastoral, que jamás
perciban que estorban o que sobran.
Por
la Patria en este año electoral. También pongo en tu corazón
de Madre a nuestra Patria que se encuentra en un año electoral. Tú sabes de las
mezquindades y torpezas del corazón humano; por eso, te suplico que estés muy
cerca de todos aquellos que ya sirven al bien público o que se disponen a
hacerlo, para que inspiren sus intenciones, planes y modos de obrar en el
ejemplo de tu amado Hijo Jesús y en el tuyo; de manera que podamos construir
nuestra nación sobre sólidos cimientos, capaces de enfrentar los arteros
embates del demonio que sólo busca el caos, la destrucción, el enfrentamiento y
la muerte.
Dar
razones de esperanza. En fin, querida Madre del Valle,
consíguenos de parte de tu amado Hijo Jesús, un vivo horror al pecado y un
firme deseo de ser cada día más coherentes con la gracia recibida en el
Bautismo, de modo que de verdad cada uno sea un auténtico discípulo-misionero
de Jesucristo, que sabe dar razones de su esperanza a quien se lo pida, para
que todos tengan Vida Plena en Él y así reine la paz, el amor, la verdad, la
justicia, la evangélica libertad, la fraternidad, la prosperidad, la alegría y
la unidad en el mundo. Y que en todas las familias cristianas se promuevan y se
cuiden las vocaciones a la vida sacerdotal, consagrada y misionera, sobre la
base de santos esposos que celebran diariamente el sacramento del matrimonio y
que viven en plenitud la caridad cristiana con todos. ¡Así sea!
Homenaje
a la Patria y bendición final
Posteriormente, se entonaron
las estrofas del Himno Nacional Argentino en homenaje a la Patria bicentenaria
y luego se procedió al arriamiento de la Bandera.
Antes de la bendición final,
todos se consagraron a la Santísima Virgen del Valle.
El Rector del Santuario
Mariano, Pbro. José Antonio Díaz, anunció la bendición final y la indulgencia
plenaria concedida en nombre del Romano Pontífice a quienes hayan participado
de estas fiestas, y hayan recibido los sacramentos de la Reconciliación y la
Eucaristía.
Bajo una lluvia de pétalos y
fuegos artificiales surcando el cielo catamarqueño, la Sagrada Imagen ingresó a
su Santuario en brazos del Señor Obispo y escoltada por la Guardia de Honor de
la Policía de la Provincia, mientras era saludada con los pañuelos en alto,
lágrimas de emoción y alabanzas hechas canción.