La 109° Asamblea Plenaria de
la Conferencia Episcopal Argentina comenzó en la tarde del lunes 20 de abril
reuniendo a más de un centenar de obispos de todo el país. Las deliberaciones
se iniciaron con la presentación de Mons. Enrique Eguía Seguí, Obispo Auxiliar
de Buenos Aires, de las Orientaciones Pastorales para el Trienio 2015-2017
aprobadas en marzo pasado por la Comisión Permanente del Episcopado. Luego se
abrió el intercambio pastoral donde los obispos plantearon libremente un
abanico de temas y situaciones de las diócesis y la Iglesia en Argentina.
La jornada concluyó con la
misa inaugural presidida por Mons. José María Arancedo. Durante la homilía, el
arzobispo de Santa Fe y Presidente de la CEA, recordó que “la fe es el primer
testimonio en nuestro servicio pastoral, y un don que siempre debemos agradecer
y cuidar” y agregó que ella no es algo intimista sino la “fuente de una palabra
que da sentido a la vida del hombre en el mundo, y es también palabra de juicio
hacia todo aquello que compromete su dignidad. En este sentido la Doctrina
Social de la Iglesia es docencia y denuncia, no un agregado circunstancial al
evangelio sino parte integrante del mismo. Decir que toda la actividad del
hombre es iluminada por el evangelio, es expresión de una auténtica fe en
Jesucristo”.
Convocatoria
del Papa Francisco
Luego, Arancedo hizo alusión
a la convocatoria del Papa Francisco a celebrar un Año Santo de la Misericordia.
Recordó que el Santo Padre “define a la misericordia como la viga maestra que
sostiene la vida de la Iglesia. Esto nos compromete a ahondar en la “vía de la
misericordia”. El pretender siempre y solamente justicia nos puede hacer
olvidar, agrega, que ella es el primer paso necesario e indispensable; pero la
Iglesia necesita ir más lejos para alcanzar una meta más alta y más
significativa. Desde el Evangelio hablamos del perdón y la reconciliación como
expresión de ese amor misericordioso del Padre que conocimos en Jesucristo.
Cuando la justicia se orienta a la reconciliación se abre al camino hacia la
concordia, la fraternidad y la amistad social, tan necesarias en la vida y el
futuro de toda comunidad”.
“Frente a tantas situaciones
de precariedad y sufrimiento nos manifiesta el deseo de que todo el pueblo
cristiano reflexione en este Jubileo sobre las obras de misericordia corporales
y espirituales. El Año Santo es un tiempo oportuno para despertar la conciencia
a veces aletargada ante el drama de la pobreza, del pobre, del que sufre. Es un
desafío para entrar más de lleno en el corazón social del Evangelio, donde los
pobres son los privilegiados de la misericordia divina, los preferidos del
Señor. Tenemos que vivir esta verdad del Evangelio con la libertad y la
exigencia de una palabra, que nace en el amor de Dios y busca el bien integral
del hombre”, concluyó Arancedo.
La jornada del martes 21 de
abril comenzó con la celebración de la Misa presidida por el recientemente
creado cardenal -en febrero último- por el Papa Francisco, Luis Villalba. Lo
acompañaron Mons. Eduardo Mirás, arzobispo emérito de Rosario y Mons. Domingo
Castagna, arzobispo emérito de Corrientes.
La sesión de la mañana se
inició con la presentación de Cáritas Digital, un proyecto conjunto de la
Pastoral Digital con Cáritas Argentina, que busca “dar visibilidad, difusión y
participación activa a la comunidad acerca de las acciones desarrolladas desde
Cáritas Diocesanas en las diferentes regiones del país para promover y fomentar
el espíritu solidario y el compromiso con quienes más lo necesitan”.
La plataforma se ofrece
además como un espacio para organizar la ayuda relacionada al manejo de
emergencias de manera centralizada, facilitar información instantánea acerca de
diferentes lugares y necesidades para que las personas puedan dirigir sus
donaciones (Bienes y Servicios) y animar el espíritu solidario de la comunidad
a través de compartir testimonios de voluntarios.
La mañana continuó con la
presentación, por parte de la Comisión Episcopal de Ministerios, de una
encuesta realizada entre los seminarios del país para evaluar el proceso de
formación de los candidatos al sacerdocio. Se presentó el marco general de la
misma y se entregó a los obispos los resultados preliminares. Luego se trabajó
por regiones pastorales para intercambiar opiniones sobre la realidad de la
formación sacerdotal.