El miércoles 2 de noviembre, en
la conmemoración de todos los fieles difuntos, se puede ganar una indulgencia
plenaria para el alma de un ser querido, familiar o amigo, que se encuentra en
el purgatorio.
Sabemos que los santos interceden
ante Dios por nosotros y que nosotros podemos rogar al Señor por las almas del
purgatorio.
La Indulgentiarum Doctrina (Norma
15) nos enseña que un católico puede ganar indulgencia plenaria por un difunto
“en todas las iglesias, oratorios públicos o -por parte de quienes los empleen
legítimamente- semipúblicos” y siguiendo las condiciones habituales de
confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del
Sumo Pontífice.