“Recurramos
a los dones del Espíritu Santo para que
nuestro obrar sea siempre misericordioso”
El martes 29 de noviembre, representantes
de medios de comunicación social, voluntarios de Radio María y Comunicadores de
María del Santuario, e integrantes del Equipo de Pastoral de Comunicación
Social y del programa católico Mateando con la Vida, tributaron su homenaje a
la Madre del Valle en el primer día del novenario.
Como ocurre en cada
festividad mariana, los participantes ingresaron procesionalmente al templo catedralicio,
guiaron la Santa Misa, proclamaron la Palabra de Dios, elevaron las súplicas al
Padre en la Oración de los Fieles y acercaron al altar las ofrendas
particulares, como también el pan y el vino para preparar la mesa eucarística.
La misa fue presidida por el
Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, y concelebrada por el Vicario General de
la Diócesis, Pbro. Julio Quiroga del Pino, el Rector del Santuario Mariano,
Pbro. José Antonio Díaz, entre otros sacerdotes del clero catamarqueño.
Durante
su homilía, Mons. Urbanc manifestó que “nos hemos propuesto en esta novena
rezar por los frutos de lo que será la tarea del primer año del trienio de
preparación a la celebración por los 400 años del hallazgo de la sagrada imagen
de la Inmaculada Concepción, a la que, desde tiempo inmemorial, llamamos
tiernamente Virgen del Valle: ‘el Itinerario formativo de los Discípulos –
Misioneros’, bajo el lema ‘Yo soy el
Camino, la Verdad y la Vida’”.
En
otro tramo de su predicación, el Pastor Diocesano centró su reflexión en la
misericordia, indicando que “el Papa Francisco dio por concluido, con solemne
rito, el Año de la Misericordia, pero nos dijo que tenemos que seguir
ejercitando la compasión para con todos”. Por ello, llamó a que “no juzguemos
por apariencias, ni sentenciemos de oídas, sino recurramos a los dones que el
Espíritu Santo ha infundido en nuestros corazones con el sacramento de la
Confirmación: sabiduría,
entendimiento, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y
temor del Señor, para que nuestro obrar sea siempre misericordioso e impregnado
de la ternura que se irradia de nuestra Madre bendita del Valle”.