Durante la noche del domingo
13 de noviembre, el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, cerró la Puerta Santa de
la Misericordia en la Catedral Basílica y Santuario de Nuestra Señora del
Valle, como parte de la clausura del Año Jubilar de la Misericordia, propuesto
por el Papa Francisco, que tendrá lugar el domingo 20 de noviembre.
En el inicio de la
ceremonia, los fieles se congregaron en la plaza 25 de Mayo acompañados por el
Señor Obispo desde donde caminaron y atravesaron juntos la Puerta Santa. El
Pastor Diocesano realizó la acción de gracias por el Año Jubilar y la oración
de clausura, para que los tesoros de misericordia del Cielo continúen derramándose
en la Iglesia. Luego procedió a cerrar la Puerta y se desplazó en procesión
hasta el altar mayor desde donde presidió la Santa Misa.
Ante el templo colmado de
fieles, el Obispo expresó que “cerramos la Puerta de la Misericordia, pero no
se acaba la misericordia, debemos tener entrañas de misericordia como nuestro
Padre Dios toda la vida”.
Destacó que “en este Año de
la Misericordia, los argentinos hemos tenido dos grandes regalos preciosos, la
beatificación de Mama Antula, que ha recorrido toda Argentina, llevando
adelante los ejercicios espirituales; y la canonización de San José Gabriel del
Rosario Brochero, un gran sacerdote de la sierra cordobesa. Un regalo hermoso,
un sacerdote y una laica consagrada. Han sido dos personas que han sabido vivir
de la
misericordia de Dios y ser predicadores de la misericordia”.
“Esta clausura la hacemos
también en el fin del año litúrgico, que termina el próximo domingo con la
Fiesta de Cristo Rey, y cuando algo termina es importante hacer una evaluación”,
dijo el Pastor Diocesano, agregando que “tenemos que hacer un examen de
conciencia, para poder crecer en la fe y corregir nuestros errores”.