“Vivamos
nuestra fe con valentía, defendiendo ese
tesoro en medio de las dificultades”
En la noche del miércoles 30
de noviembre, segundo día de la novena en honor a la Virgen del Valle,
rindieron su homenaje el Ámbito Estatal y Privado de la Salud.
La celebración fue presidida
por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc y contó con la presencia de
autoridades y trabajadores del Ministerio de Salud, Hospitales, Sanatorios,
Institutos, Círculo Médico, Colegios Auxiliares de la Medicina, Colegio Médico,
Farmacéutico, Odontológico, Kinesiólogos, Anestesistas, Psicólogos, Bioquímicos,
Enfermeros, SAME, OSEP, Pastoral de la Salud, Pastoral de las Adicciones,
Servicio Sacerdotal de Urgencia, quienes colmaron el Santuario mariano.
Las instituciones
peregrinaron en caravanas de vehículos con las balizas encendidas hasta
la
Catedral, llevando las imágenes de la Virgen del Valle que presiden el ingreso
y bendice cada uno en sus lugares de trabajo, las cuales fueron colocadas en el
Presbiterio para compartir la celebración.
En un tramo de su homilía,
Mons. Urbanc se refirió a San Andrés, quien, según la tradición, fundó la
Iglesia de Constantinopla, nombre antiguo de la actual ciudad de Estambul, en
Turquía. “En noviembre de 2014 el Papa Francisco, sucesor de San Pedro, se
reunió con el Patriarca de Constantinopla, Bartolomé, actual sucesor de san
Andrés y líder de la Iglesia Ortodoxa. Uno de los objetivos del viaje era el de
reforzar el camino de la unidad entre ortodoxos y católicos. Fue muy
significativo, en el marco del rezo de las vísperas de san Andrés, el gesto del
Papa Francisco pidiendo la
bendición a Bartolomé. El Patriarca, quien en varias
oportunidades llamó al Papa ‘hermano’, lo bendijo y lo besó”, expresó. Y
continuó afirmando que “en el camino hacia la unidad la sangre derramada por
los mártires y los sufrimientos diarios de tantos cristianos perseguidos están
realizando de un modo silencioso la unidad que Cristo pidió a sus discípulos:
católicos y ortodoxos todos mueren por declararse discípulos de Cristo. Los
mártires no hacen diferencia de la Iglesia a la que pertenecen, sino que todos
dan la vida por Jesús como único Señor”.
Ahondando en la vida del
apóstol, dijo que “después de cumplir su misión en el mundo, san Andrés murió
clavado a una cruz con forma de equis. Su hermano Pedro fue también
crucificado, pero boca abajo. Los dos hermanos comparten el tipo de muerte al
final de su vida terrenal, imitando así al Maestro; comparten también el
momento inicial del seguimiento de Jesús”. Luego concluyó con un detalle más
acerca de estos dos hermanos apóstoles. “Por un lado, el nombre de Andrés
proviene del griego ‘aner’ que significa varón, de lo que se desprende ‘viril’
u ‘hombre fuerte’. Pero en un sentido más amplio hace referencia a la valentía
y la fortaleza. Por otro lado, Simón es llamado por Jesús ‘Kefas’, en hebreo,
traducido al griego ‘Petros’, que significa Piedra (cf. Jn 1,42): roca firme
sobre la que afianzar la construcción de la Iglesia (cf. Mt 16,18). De este
modo, los nombres de ambos hermanos se refieren a dos virtudes muy apostólicas:
la valentía y la firmeza”.
Por ello invitó a que
“pidamos a los apóstoles san Andrés y
san Pedro que vivamos nuestra fe con gran valentía, defendiendo ese
tesoro en medio de las dificultades, que en nuestro tiempo son muchas; y, junto
a la valentía, la firmeza en nuestras convicciones cuando entren en conflicto
con modas, criterios y costumbres contrarias al Evangelio, que también hoy
abundan en nuestra sociedad cada vez más apática, materialista, independiente y
superficial frente a Dios”.
En el momento de las ofrendas,
los trabajadores y sus familias acercaron al altar las donaciones recolectadas
en sus oficinas y dependencias, entre las que se destacaron agua, alimentos no
perecederos y elementos de limpieza destinados a los hermanos peregrinos, que
ya comenzaron a arribar a nuestra ciudad, mientras las autoridades de los
centros de salud entregaron los dones de pan y vino. El Sr. Obispo recibió
todas las ofrendas, expresó su agradecimiento y les dio su bendición a cada uno
de los fieles.
Al finalizar la Eucaristía, el
Pastor Diocesano se trasladó hasta el atrio de la Catedral Basílica para impartir
su bendición sobre las ambulancias y medios de transporte utilizados para la
asistencia de los hermanos enfermos, rogando que la Madre del Valle siempre los
acompañe desde su partida y hasta su regreso. Luego marcó la señal de la cruz
con agua bendita sobre todos los vehículos ubicados en el Paseo de la Fe.