“Que ningún catamarqueño se
excluya de este tiempo de gracia que Dios nos concede”, expresó el Obispo
Diocesano en el cierre de la multitudinaria procesión. Y dijo que en su próximo
encuentro con el Papa Francisco, lo invitará a que presida la Misa de Clausura
del IV Congreso Mariano Nacional, que se realizará en Catamarca en 2020.
Una inmensa manifestación
pública de devoción mariana se vivió en la tarde del domingo 5 de mayo, en el
cierre de las fiestas en honor a Nuestra Madre del Valle. Esto sucedió cuando
falta poco menos de un año para la realización del IV Congreso Mariano Nacional,
que tendrá como anfitriona a esta Iglesia particular, en el contexto del
Jubileo por las cuatro centurias de la presencia de María entre nosotros, y Año
Mariano Nacional 2020.
El cielo prácticamente
despejado, con una que otra nube hacia el oeste, daba cuenta de un clima muy
especial que dio marco a esta multitudinaria muestra de fe en tormo a la Madre
Morena.
La Solemne Procesión fue
presidida por el Obispo Diocesano de Catamarca, Mons. Luis
Urbanč, con la participación
de sacerdotes del clero catamarqueño y de otras jurisdicciones eclesiásticas de
Argentina.
Miles de devotos y peregrinos venidos
de distintos puntos del país y del interior catamarqueño se ubicaron en los alrededores
del Santuario Mariano, para recibir a la Sagrada Imagen, que fue colocada en el
sitial ubicado sobre el escenario levantado en el Paseo de la Fe, desde donde recibió
el saludo de las delegaciones de peregrinos e instituciones del medio, que se
desplazaron con los tradicionales misachicos, pañuelos, globos y banderas,
trajes típicos, muñecos representando a la Virgen y a Jesús, en fin, toda la
creatividad para homenajear a la Reina del Valle.
También participaron
seminaristas, familias y grupos de jóvenes, todos fervorosos hijos de la Madre
Morena. La colorida marcha mostraba los rostros esperanzados de quienes invocan
a la Virgen diciéndole: “Lo que nadie puede, Tú lo puedes Madre”. Así volcaban
su gratitud, peticiones y alabanzas.
Entre los miles y miles de
devotos, caminaban también los jóvenes que padecen adicciones, quienes, bajo la
guía de los recordados sacerdotes Raúl Contreras y Antonio Bulacio, comenzaron
un tiempo de recuperación acompañados por laicos comprometidos en esta área
pastoral. Asimismo, desfilaban integrantes de los
pueblos originarios y otros
grupos de peregrinos que expresaban su amor a la Madre haciendo sonar instrumentos
autóctonos. Además, rindieron su tributo, hermanos especiales, llenos de amor
por la Madre. Podía distinguirse también a la Agrupación 7 de Abril de Veteranos
de Malvinas, entre muchas otras delegaciones que pasaron frente a la Venerada Imagen.
Alrededor de las 18.45, Mons. Luis
Urbanč trasladó a la Imagen cuatro veces centenaria desde el trono hasta la urna
procesional.
Las campanas alzaron vuelo y
comenzó el recorrido de la Madre por las calles céntricas de San Fernando del
Valle. Mientras tanto, la Cruz procesional ya se encontraba por calle San
Martín.
Se sumaron entonces a la Solemne
Procesión autoridades provinciales y municipales, encabezadas por la Gobernadora
de la Provincia, Dra. Lucía Corpacci, y el Intendente de la Capital, Lic. Raúl
Jalil, miembros de sus respectivos gabinetes, autoridades legislativas,
judiciales y de las fuerzas de seguridad, e invitados especiales. Detrás de la
Virgen comenzaron a caminar, junto al Obispo Diocesano, los sacerdotes y religiosos
y religiosas.
Fue en ese momento que comenzó
el rezo de los misterios gozosos del Santo Rosario.
Las meditaciones, en este
propicio tiempo pascual, giraron alrededor de la Resurrección de Cristo y la
misión evangelizadora de todos los bautizados.
Oficiales del Ejército
Argentino portaron las andas de la urna donde era trasladada la Madre Morena y
posteriormente lo hicieron integrantes de la Brigada contra Incendios
Forestales; y así, distintas agrupaciones fueron sucediéndose en esta hermosa y
delicada misión, complementada por un cordón policial que iba protegiendo a la Imagen.
A su paso, los pañuelos echaban vuelo expresando el saludo emocionado de los
hijos, entre cantos y rezos cargados de amor filial.
Alrededor de las 19.15, la
Sagrada Imagen llegó a La Alameda, histórico lugar donde fue coronada el 12 de
abril de 1891, acontecimiento que se celebra de un modo especial en estas
fiestas. Miles de devotos apostados en este paseo público, aplaudieron
emocionados el paso bendito de la Madre del Valle.
Frente a la Escuela Industrial,
el director de ese establecimiento educativo, el reconocido cantante y
compositor Rafael Toledo, saludó a la Virgen acompañado de devotos que se congregaron
en ese punto del recorrido.
Cuando la amada Imagen pasaba
por el Sindicato de Luz y Fuerzas, en la primera
cuadra de avenida Ocampo,
estallaron fuegos artificiales y gran cantidad de papelitos volaron por el
aire, mientras los calurosos aplausos de los trabajadores nucleados en ese
gremio saludaban emocionados a su Protectora.
La Procesión avanzó mientras
se rezaba con especial énfasis la Oración por la Patria, en estos momentos
difíciles que atraviesa el país.
Luego de bordear la plaza
principal, la Sagrada Imagen llegó al Paseo de la Fe, donde fue recibida con campanadas,
cánticos y pañuelos al aire.
Un momento especial se vivió
con la presentación de la canción “Madre del pueblo, Esperanza nuestra”, que
identificará el Año y IV Congreso Mariano Nacional, cuya autora es la Hna. María
Valeria González, de la Congregación de las Hermanas Esclavas del Sagrado
Corazón de Jesús, de la Diócesis de La Rioja, interpretada por el grupo de
canto del Colegio Sagrado Corazón de Jesús de la vecina provincia. La canción
surgió de un concurso abierto a todo el país, del cual resultaron ganadores y
en esta ocasión recibieron el premio correspondiente.
Hacia
el 2020
En el cierre de la Procesión,
Mons. Urbanč, en nombre de todos los presentes, le pidió a la Virgen del Valle:
“Concédenos, como Iglesia que peregrina
en Catamarca, disponernos con todas nuestras fuerzas, haberes y talentos a
preparar nuestros hogares para recibir a los diez mil congresistas que podrán
inscribirse, a partir del mes de junio en sus respectivas diócesis, para
participar en abril del 2020 del IV Congreso Mariano Nacional. Que ningún
catamarqueño se excluya de este tiempo de gracia que Dios nos concede para
renovarnos como Provincia y como Comunidad Diocesana. Pero no sólo estarán los
congresistas, sino muchísimos peregrinos que vendrán a celebrar los 129 años de
tu coronación como Reina y, por qué no, a saludar al Papa Francisco, a quien
invitaré para que nos presida la Misa de clausura. Es por ello, que te pido,
Madre querida, que interpongas tus buenos oficios para que esto se dé, y
renueve nuestro amor a la Iglesia, que es el Cuerpo Místico de Cristo y su
amada Esposa.”
Previamente, el Obispo
Diocesano había recordado las palabras del Papa Francisco: “Desde el otro lado del mar los animo a que se preparen con contagiosa
alegría y entusiasmo a esa fiesta de fe y fraternidad, para que todos los
argentinos nos animemos a ser una gran familia ‘en salida’, de manera que no
haya nadie que se sienta sobrante o
descartado, que a nadie le sobre y a nadie
le falte, que los niños y los ancianos sean los dos cauces del gran río de la
vida humana; que entre todos cuidemos la ‘casa común’; que todos nos animemos a
navegar ‘mar adentro’ como discípulos-misioneros; que pasemos de ser meros
habitantes a ciudadanos que hacen de la vida social una ‘casa y escuela de
comunión’; que jamás dejemos de conmovernos ante cualquier ser humano que
sufre, sabiendo descubrir allí el Rostro del Cristo sufriente que nos interpela
a socorrer, sin más, sin demora y por amor”.
Seguidamente se otorgó una
indulgencia plenaria en la forma acostumbrada por la Iglesia.
Como homenaje a la Patria se
entonaron las estrofas del Himno Nacional Argentino, el Himno a Catamarca;
procediéndose luego al arriamiento de la Bandera en el mástil ubicado en la
plaza principal.
Entre papelitos y globos llegó
el momento de la despedida, cuando los fuegos artificiales surcaban el cielo de
la noche dominical; los corazones latieron con más fuerza y los pañuelos y
banderas se elevaron para darle el adiós a la Reina del Valle, que en diciembre
escribirá una nueva página de la historia de amor con sus hijos.
TEXTO
COMPLETO DEL MENSAJE FINAL
Queridos
devotos y peregrinos:
En nombre de todos ustedes, a
quienes agradezco su presencia, el testimonio de fe cristiana e incondicional y
filial amor a la Virgen del Valle durante el septenario, quiero dirigirme a la
Celestial Reina para expresarle gratitud y algunas súplicas.
Amada
Madre de los que gemimos y lloramos en este valle de lágrimas te agradecemos
por estar siempre allí donde más te necesitamos: en nuestros hogares,
hospitales, clínicas, geriátricos, asilos, escuelas, caminos, cultivos,
llanuras, montañas, fábricas, oficinas, clubes, asociaciones, negocios,
empresas, plazas, calles, barrios, pueblos, ciudades, municipios, parroquias,
albergues, hoteles, servicios penitenciarios, etc.
Gracias
porque nos convocas a un año, que comenzará el ocho de diciembre, enteramente
dedicado a Ti, en el que celebraremos el IV Congreso Mariano Nacional, del 23
al 26 de abril de 2020 y también un Congreso Teológico, en setiembre de 2020.
Tú sabes que tu hijo dilecto, el Papa Francisco, se une a esta alegría de todos,
diciéndonos: “Desde el otro lado del mar los animo a que se preparen con
contagiosa alegría y entusiasmo a esa fiesta de fe y fraternidad, para que
todos los argentinos nos animemos a ser una gran familia ‘en salida’, de manera
que no haya nadie que se sienta sobrante o descartado, que a nadie le sobre y a
nadie le falte, que los niños y los ancianos sean los dos cauces del gran río
de la vida humana; que entre todos cuidemos la ‘casa común’; que todos nos
animemos a navegar ‘mar adentro’ como discípulos-misioneros; que pasemos de ser
meros habitantes a ciudadanos que hacen de la vida social una ‘casa y escuela
de comunión’; que jamás dejemos de conmovernos ante cualquier ser humano que
sufre, sabiendo descubrir allí el Rostro del Cristo sufriente que nos interpela
a socorrer, sin más, sin demora y por amor”.
Gracias,
Madre Bendita, por llevarnos siempre a Jesús Resucitado, ya que en Él tenemos
puesta nuestra esperanza como la tuviste Tú. Gracias por ayudarnos a ser
Iglesia, a ser comunidad, a ser familia, a ser pueblo que camina al encuentro
del Padre Celestial, bajo la guía del Espíritu Santo. Danos ánimo y fortaleza
para que no nos cansemos de vivir como resucitados, testimoniando la caridad de
Jesucristo en los diversos ambientes donde vivimos y compartimos la vida con
hermanos conocidos o desconocidos, paisanos o extranjeros, pudientes o
carenciados, afines o diversos, etc.
Te
suplico, Madre paciente, que nos sigas alentando a ser constructores de amistad
social, generando vínculos profundos y sinceros entre todos los argentinos,
para ir cerrando la grieta que hace tiempo nos viene distanciando y
enfrentando. Hay muchos que están desanimados y descreídos de todo. Anímanos,
únenos, e infúndenos la confianza que necesitamos poner en Dios y en las capacidades
y recursos que tenemos para cambiar el rumbo de nuestra historia, ya que
necesitamos dejar a las futuras generaciones una patria habitable, acogedora,
educadora e inclusiva.
Te
ruego que intercedas ante tu Hijo Jesús para que pronto podamos ver glorificado
con la aureola de los santos al venerable siervo de Dios, fray Mamerto Esquiú,
uno de tus preclaros devotos y cantor de tus maravillas.
Vuelve
hacia nosotros tu mirada tierna y misericordiosa para cuidar el regreso de
tantos peregrinos que vinieron a honrarte desde diversos y distantes puntos de
la patria. Concédeles que se vean satisfechos sus ruegos, y que puedan
experimentar que jamás ha sido desoída por Ti suplica alguna que te hayan
dirigido en medio de las aflicciones y necesidades de la vida. A todos
otórgales fortaleza en la fe, alegría en la esperanza y crecido amor a Dios y a
sus semejantes, en especial, los más débiles, enfermos y ancianos.
Concédenos,
como Iglesia que peregrina en Catamarca, disponernos con todas nuestras
fuerzas, haberes y talentos a preparar nuestros hogares para recibir a los diez
mil congresistas que podrán inscribirse, a partir del mes de junio en sus
respectivas diócesis, para participar en abril del 2020 del IV Congreso Mariano
Nacional. Que ningún catamarqueño se excluya de este tiempo de gracia que Dios
nos concede para renovarnos como Provincia y como Comunidad Diocesana. Pero no
sólo estarán los congresistas, sino muchísimos peregrinos que vendrán a
celebrar los 129 años de tu coronación como Reina y, por qué no, a saludar al
Papa Francisco, a quien invitaré para que nos presida la Misa de clausura. Es
por ello, que te pido, Madre querida, que interpongas tus buenos oficios para
que esto se dé, y renueve nuestro amor a la Iglesia, que es el Cuerpo Místico de
Cristo y su amada Esposa.
Madre
preciosa, recibe todo el cariño de este pueblo argentino que siempre
experimentó tu presencia amorosa y tu valiosa intercesión. Gracias Madre
bendita Valle. Amén
¡¡¡Viva
la Virgen del Valle!!! ¡¡¡Vivan sus devotos y peregrinos!!!