“No
se arrepientan de gastar la juventud en ser buenos, en abrir el corazón al
Señor, en vivir de otra manera”
En un clima de mucha alegría y con acento inclusivo,
durante la noche del miércoles 1 de mayo, los jóvenes rindieron su homenaje a
la #VirgendelValle, participando de la Misa presidida por el Obispo Diocesano,
Mons. Luis Urbanc, y concelebrada, entre otros sacerdotes, por el Vicario General
de la Diócesis, Pbro. Julio Quiroga del Pino; el responsable de la Pastoral Vocacional,
Pbro. Julio Ávalos; el asesor de la Pastoral Juvenil Diocesana, Pbro. Facundo
Brizuela; el Párroco de San Pío X, Pbro. Sergio Chumbita, comunidad que peregrinó
hasta el Santuario Mariano con la imagen del Santo Patrono, para dar gracias
por los 25 años de la creación de la parroquia.
Se unieron a esta acción de gracias jóvenes de Jesús
María, que misionan con las Hermanas del Huerto en la Gruta de Choya; y
asociaciones que trabajan con chicos
especiales, cuyos miembros tradujeron en lenguaje
de señas la celebración eucarística.
Tras reflexionar a la luz de las enseñanzas de San
Juan Pablo II sobre el trabajo, Mons. Urbanc llamó a los jóvenes a familiarizarse
con el trabajo, “puesto que Jesucristo, aun siendo Dios no se eximió de
trabajar para ganarse el sustento diario y para emular a su Padre Dios que
sigue trabajando para mantener la creación y así significar y santificar toda
tarea humana. Y, más allá de que sigue siendo verdad que el trabajo dignifica
al hombre, es más cierto que, es el hombre el que santifica el trabajo, pues la
dignidad la poseemos nosotros como creaturas e hijos de Dios”.
Al referirse a la realidad juvenil, el Obispo parafraseó
al Papa Francisco, tomando la Exhortación apostólica Cristus Vivit, surgida “luego
del último sínodo que abordó el tema de los jóvenes, pero escuchando muy de
cerca a jóvenes de todos los continentes que de él participaron”. En torno a
ello expresó: “Cristo vive, comienza afirmando el Papa. ‘Él es nuestra
esperanza y la juventud más hermosa de este mundo. Todo lo que toca se hace
joven, se hace nuevo, se llena de vida. Por lo tanto, las primeras palabras que
quiero dirigir a cada joven cristiano son: ¡Él vive y te quiere vivo!’. ‘No se
arrepientan de gastar la propia juventud en ser buenos, en abrir el corazón al
Señor, en vivir de otra manera’”.
En otro tramo dijo: “Cerca de Jesús podrán beber de
la verdadera fuente, que mantiene vivos sus sueños, sus planes, sus grandes
ideales, y que los lanza al anuncio de una vida digna de ser vivida. El Señor
los llama a encender estrellas en la noche de otros jóvenes”.
Siguiendo al Sumo Pontífice afirmó que “éste aborda
proféticamente el fenómeno del mundo digital del que ustedes son ‘nativos’, ya
que ha creado ‘una nueva forma de comunicación, facilitando la circulación de
información independiente… y, en muchos países, las redes sociales son ya un lugar indispensable
para llegar e implicar a los jóvenes’, pero es también un territorio de
soledad, manipulación, explotación y violencia, hasta el caso extremo de la red
oscura. Los medios digitales pueden exponerlos al riesgo de adicción,
aislamiento, pérdida progresiva de contacto con la realidad concreta…’”.
“’Y, aunque el mundo digital pueda exponerlos a
muchos riesgos, sepan ser creativos y
brillantes como el Venerable Carlo
Acutis, que supo utilizar las nuevas técnicas de comunicación para transmitir
el Evangelio’”, expresó, agregando que “‘ser joven no sólo significa buscar
placeres pasajeros y éxito superficial. Para que alcancen su meta en el camino
de la vida, la juventud debe ser un tiempo de donación generosa, de ofrenda
sincera’”.
Finalmente, encomendó a María “a los jóvenes de
nuestra patria para que los cuides y orientes con lazos de amor hacia tu Hijo
Jesucristo, a fin de que encuentren en Él la razón por la cual vivir y lidiar
con sus debilidades, y así vayan forjando una nueva cultura de amor, respeto,
cercanía, solidaridad, pureza, alegría, paz, creatividad, compromiso,
honestidad, servicio, laboriosidad, perdón, verdad y justicia. No los sueltes
de tu mano, y haz que siempre sientan tu ternura maternal”.
En el momento de las ofrendas, los alumbrantes
acercaron elementos que serán utilizados para el servicio a los peregrinos que
llegan a honrar a Nuestra Madre del Valle.
Antes de finalizar la celebración, el Padre Brizuela
invitó a los jóvenes a trabajar junto a los hermanos con algún tipo de
discapacidad, para integrarlos a las distintas actividades, tales como retiros
espirituales, espacios de formación y recreación. Una tarea que deberán asumir
conjuntamente con la Pastoral Vocacional.
TEXTO COMPLETO DE LA HOMILÍA
Queridos devotos y peregrinos:
En este cuarto día del septenario rinden su homenaje
los jóvenes, por eso están presentes miembros de la pastoral juvenil,
vocacional y representantes de movimientos e instituciones juveniles.
Bienvenidos queridos jóvenes, que la Madre Celestial
los cobije bajo su manto y les consiga las gracias que necesitan para forjar y
afianzar su fe.
Lo que se nos propuso reflexionar en esta jornada es
‘la espiritualidad del trabajo humano’, ya que es el día internacional de los
trabajadores.
Por tanto, compartiré con ustedes algunas sabias
enseñanzas de san Juan Pablo II, tomadas de la encíclica Laborem Excercens
(14-9-1981).
“La Iglesia
asume como un deber propio la formación de una espiritualidad del trabajo, que
ayude a todos los hombres a acercarse a través de él a Dios, Creador y
Redentor, a participar en sus planes salvíficos respecto al hombre y al mundo,
y a profundizar en sus vidas la amistad con Cristo, asumiendo mediante la fe
una viva participación en su triple misión de Sacerdote, Profeta y Rey” (L.E.
n° 24).
“En el trabajo humano el cristiano descubre una
pequeña parte de la cruz de Cristo y la acepta con el mismo espíritu de
redención, con el cual Cristo ha aceptado su cruz por nosotros. En el trabajo,
merced a la luz que penetra dentro de nosotros por la resurrección de Cristo,
encontramos siempre un tenue resplandor de la vida nueva, del nuevo bien, casi
como un anuncio de los ‘nuevos cielos y otra tierra nueva’ (Cf. 2 Pe 3,13, Ap
21,1),
los cuales precisamente mediante la fatiga del trabajo son participados
por el hombre y por el mundo. A través del cansancio y jamás sin él. Esto
confirma, por una parte, lo indispensable de la cruz en la espiritualidad del
trabajo humano; pero, por otra parte, se descubre en esta cruz y fatiga, un
bien nuevo que comienza con el mismo trabajo: con el trabajo entendido en
profundidad y bajo todos sus aspectos, y jamás sin él” (L.E. n° 27).
Por tanto, queridos jóvenes, familiarícense con el
trabajo, puesto que Jesucristo, aun siendo Dios no se eximió de trabajar para
ganarse el sustento diario y para emular a su Padre Dios que sigue trabajando
para mantener la creación y así significar y santificar toda tarea humana. Y,
más allá de que sigue siendo verdad que el trabajo dignifica al hombre, es más
cierto que, es el hombre el que santifica el trabajo, pues la dignidad la
poseemos nosotros como creaturas e hijos de Dios.
Pero ahora me quiero referir a ustedes, que
transitan esta etapa de la vida humana, a la que llamamos juventud. Para ello
iré parafraseando la Exhortación apostólica ‘Cristus Vivit’ que nos ofrece el
Papa Francisco luego del último sínodo que abordó el tema de los jóvenes, pero
escuchando muy de cerca a jóvenes de todos los continentes que de él
participaron.
“Cristo vive, comienza afirmando el Papa. Él es
nuestra esperanza y la juventud más hermosa de este mundo. Todo lo que toca se
hace joven, se hace nuevo, se llena de vida. Por lo tanto, las primeras
palabras que quiero dirigir a cada joven cristiano son: ¡Él vive y te quiere
vivo!”. “No se arrepientan de gastar la propia juventud en ser buenos, en abrir
el corazón al Señor, en vivir de otra manera” (n° 17).
“No piensen que Jesús era un adolescente solitario o
un joven que pensaba en sí mismo. Su relación con la gente era la de un joven
que compartía la vida de una familia bien integrada en el pueblo”, “nadie lo
consideraba extraño o separado de los demás” (n° 28). “Gracias a la confianza
de sus padres, se mueve libremente y aprende a caminar con todos los demás” (n°
29). “Estos aspectos de la vida de Jesús deben ser muy tenidos en cuenta por la
pastoral juvenil, cuidando de no aislar a los jóvenes de la familia y del
mundo, o de convertirlos en una minoría seleccionada y preservada de todo
contagio… Lo que necesitan es que se los
fortalezca, acompañe y lance hacia
el encuentro con los demás, el servicio generoso y la misión” (n° 30).
“Cerca de Jesús podrán beber de la verdadera fuente,
que mantiene vivos sus sueños, sus planes, sus grandes ideales, y que los lanza
al anuncio de una vida digna de ser vivida” (n° 32). “El Señor los llama a
encender estrellas en la noche de otros jóvenes” (n° 33).
El Papa exhorta a todo el pueblo de Dios a que
“Pidamos al Señor que libere a la Iglesia de los que quieren envejecerla, que
la quieren anclada en el pasado, que la quieren lenta e inmóvil. Pero también
le pidamos que la libere de otra tentación: la de creer que es joven porque se
rinde a todo lo que el mundo le ofrece, creer que se renueva porque esconde su
mensaje y se mezcla con los demás. No. Ella es joven cuando es ella misma,
cuando recibe cada día la fuerza siempre nueva de la Palabra de Dios, de la
Eucaristía, de la presencia de Cristo y de la fuerza de su Espíritu” (n° 35).
“Es verdad que los miembros de la Iglesia no tenemos que ser ‘bichos raros’,
pero tenemos que atrevernos a ser distintos, a mostrar otros sueños que este
mundo no ofrece, a testimoniar la belleza de la generosidad, del servicio, de
la pureza, de la fortaleza, del perdón, de la fidelidad a la propia vocación,
de la oración, de la lucha por la justicia y el bien común, del amor a los
pobres, de la amistad social” (n° 36). “Por eso los invito a mirar a la joven
María de Nazaret que con su ‘sí’ se puso del lado de los que quieren
comprometerse y arriesgarse, los que quieren apostarlo todo, sin otra garantía
que la certeza de saber que son portadores de una promesa. Para María las
dificultades no eran motivo para decir no” (n° 44).
El Papa aborda proféticamente el fenómeno del mundo
digital del que ustedes son ‘nativos’, ya que ha creado “una nueva forma de
comunicación, facilitando la circulación de información independiente… y, en
muchos países, las redes sociales son ya
un lugar indispensable para llegar e implicar a los jóvenes” (n° 87), pero es
también un territorio de soledad, manipulación, explotación y violencia, hasta
el caso extremo de la red oscura. Los medios digitales pueden exponerlos al
riesgo de adicción, aislamiento, pérdida progresiva de contacto con la realidad
concreta, a nuevas formas de violencia, al ciberacoso, a la pornografía y a
explotar a las personas con fines sexuales o a través de los juegos de azar”
(n° 88). “Sería ingenuo ignorar que en el mundo digital existen intereses
económicos gigantescos, capaces de crear mecanismos de manipulación de las
conciencias y del proceso democrático, para lo cual facilitan la difusión de
información y noticias falsas, fomentando el prejuicio y el odio” (n° 89).
“Y, aunque el mundo digital pueda exponerlos a
muchos riesgos, sepan ser creativos y brillantes como el Venerable Carlo
Acutis, que supo utilizar las nuevas técnicas de comunicación para transmitir
el Evangelio” (n° 105), afirmando que ‘todos nacen como originales, pero muchos
mueren como fotocopias’. No dejen que esto les suceda” (n° 106). “No dejen que
les roben la esperanza y la alegría, no dejen que los narcoticen y usen como
esclavos de sus intereses. Busquen ser santos” (n° 107). “Ser joven no sólo
significa buscar placeres pasajeros y éxito superficial. Para que alcancen su
meta en el camino de la vida, la juventud debe ser un tiempo de donación
generosa, de ofrenda sincera” (n° 108). “Si eres joven, pero te sientes débil,
cansado o decepcionado, pide a Jesús que te renueve” (n° 109). “Pero recordando
siempre que es muy difícil luchar contra las trampas y tentaciones del diablo y
del mundo egoísta si están aislados, sin familia, sin comunidad, sin Iglesia”
(n° 110).
En fin, queridos jóvenes, con estas citas del Papa
Francisco intento motivarlos a que lean con detenimiento y junto a otros la
Exhortación apostólica, que les será de mucha utilidad para tener razones
sólidas para encarar la vida en serio y saborearla.
Y a Ti, Madre de los frágiles, te encomiendo los
jóvenes de nuestra patria para que los cuides y orientes con lazos de amor
hacia tu Hijo Jesucristo, a fin de que encuentren en Él la razón por la cual
vivir y lidiar con sus debilidades y así vayan forjando una nueva cultura de
amor, respeto, cercanía, solidaridad, pureza, alegría, paz, creatividad,
compromiso, honestidad, servicio, laboriosidad, perdón, verdad y justicia. No
los sueltes de tu mano, y haz que siempre sientan tu ternura maternal. Amén.
¡¡¡María, Madre de los jóvenes y trabajadores, ruega
por ellos!!!