Durante la tarde del sábado 27 de abril, a horas de
haber vivido un acontecimiento histórico, con la Beatificación de los Mártires
Riojanos: Mons. Enrique Ángel Angelelli Carletti, Pbro. Gabriel Mongueville,
Fray Carlos de Dios Murias y el laico Wenceslao Pedernera, en la vecina
Diócesis de La Rioja, Catamarca dio inicio a las fiestas en honor a la
#VirgendelValle, con la Solemne Bajada de la Sagrada Imagen desde el Camarín
hasta el Presbiterio.
Los actos litúrgicos se enmarcan en el Año de la
Espiritualidad de los Discípulos
Misioneros, último del trienio de preparación
para el Jubileo por los cuatro siglos de la presencia de la Madre Morenita
entre nosotros, el Año y Congreso Mariano Nacional; y en el contexto del 128°
aniversario de la Coronación Pontificia de la Imagen de la Pura y Limpia
Concepción del Valle, conmemorados el 12 de abril.
La tradicional ceremonia fue presidida por el Obispo
Diocesano, Mons. Luis Urbanc, quien llevó en brazos la bendita Imagen,
acompañado por sacerdotes del clero diocesano. Se contó con la presencia del
Obispo de Añatuya, Mons. Melitón Chávez, de cuya diócesis es Patrona Nuestra
Madre del
Valle.
Una multitud de fieles desbordó la Catedral Basílica
y Santuario Mariano, para ser testigo de este emotivo momento en que la Madre de
Jesús se acerca a su pueblo para inundar de gracia los corazones. Vivas,
pañuelos flameando y rostros emocionados fueron los gestos de cientos devotos y
peregrinos.
Participaron las principales autoridades
provinciales y municipales, encabezadas por la Gobernadora, Dra. Lucía Corpacci,
y el Intendente de San Fernando del Valle de Catamarca Lic. Raúl Jalil,
respectivamente; legisladores provinciales y nacionales, autoridades judiciales
y de las Fuerzas de Seguridad.
En el momento de su reflexión, Mons. Urbanč expresó:
Queridos Devotos y Peregrinos:
Coronación. El pasado viernes 12 de abril
conmemoramos los 128 años de la coronación pontificia de esta sagrada imagen de
la ‘Pura y Limpia Concepción’, que para nosotros es la amada Virgen del Valle.
Y hoy comenzamos el homenaje que le rendimos con este septenario que culminará
el domingo 5 de mayo. Bienvenidos a esta sentida celebración de la Bajada de la
Virgen al lado de su Pueblo, de sus hijos, de sus pobres.
Pascua. Nos encontramos al final de la
octava de Pascua, la mayor fiesta de la fe cristiana, puesto que en ella
agradecemos a Dios Padre la gran merced que nos hizo por medio de la entrega
voluntaria, de muerte en cruz, de su Hijo en orden a la salvación de toda la
humanidad, confirmando la fecundidad de su obediente inmolación con el triunfo
de la Resurrección, acontecimiento único en toda la historia humana, que
fundamenta hoy, como ayer y para siempre, la razón y existencia de nuestra fe
cristiana, católica, eclesial y mariana.
Año Mariano. Para nosotros, como para toda la
patria, este septenario cobra particular importancia pues nos adentra en la
gran misión, casa por casa, que se irá realizando para
internalizar y preparar
convenientemente a toda la comunidad diocesana en vistas al Año Mariano
Nacional, que comenzará el próximo 8 de diciembre, el IV Congreso Mariano
Nacional, a celebrarse del 23 al 26 de abril del 2020 y nuestro jubileo por los
400 años del hallazgo de la bendita imagen de María Inmaculada. De modo que le
confiamos todo esto a nuestra querida Madre del Valle para que nos acompañe en
este arduo, pero querido y feliz camino de preparación.
Amor cristiano. El texto de la primera carta de
san Juan nos recuerda que Dios es Amor y que nosotros nos debemos amar los unos
a los otros como Jesús nos ama. Sólo así habremos tenido un verdadero
conocimiento de Dios. Para la Biblia ‘conocer’ es tener una experiencia
profunda que a uno le cambia la vida, el modo de pensar, de actuar y de sentir.
Por tanto, en este septenario le pidamos a la Virgen Santa que nos ayude a
lograr esa experiencia profunda de Dios, de su Amor, de su presencia, de su
Vida, de su Paternidad. De allí que el apóstol pueda afirmar que quien no ama
al prójimo no ha conocido ni conoce a Dios, porque Dios es Amor, es Perdón, es
Santidad.
Santidad. Por eso es que voy a compartir
con ustedes algunas enseñanzas que el Papa Francisco nos ha ofrecido en su
Exhortación apostólica ‘Gaudete et Exultate’, sobre el llamado a la santidad en
el mundo actual, a fin de que todos nos pongamos en la feliz tarea de
parecernos más a Dios que nos ha creado a imagen y semejanza suya, porque Dios
nos eligió para que fuésemos santos e irreprochables ante Él por el Amor (cf.
Ef 1,4; Flp 4,8-9). “Él nos quiere santos y deplora que nos conformemos con una
existencia mediocre, aguada o licuada” (G.etE. n°1). “Mi objetivo, nos dice, es
que puedan encarnar este llamado a la santidad en el contexto actual, con sus
riesgos, desafíos y oportunidades” (n°1). “Veo
la santidad en el pueblo
paciente, que lucha día a día” (n°7). “El llamado a la santidad es para todos:
consagrados, trabajadores, abuelos, padres, esposos, hijos, docentes,
gobernantes, políticos… Sé santo viviendo con alegría tu entrega diaria”
(n°14). “En la Iglesia, santa y compuesta de pecadores, encontrarás todo lo que
necesitas para crecer hacia la santidad” (n° 15). “Cada santo es una misión en
un momento de la historia” (n° 19). “No es sano amar el silencio y rehuir el
encuentro con el otro, desear el descanso y rechazar la actividad, buscar la
oración y menospreciar el servcio” (n° 26). “No tengas miedo a ser santo. No te
quitará fuerzas, vida o alegría” (n° 32). “No tengas temor de apuntar más alto
y dejarte guiar por el Espíritu Santo. ‘Existe una sola tristeza, la de no ser
santos’ -León Bloy-“ (n° 34). El Papa nos dice que atentan contra nuestro
camino de santificación el gnosticismo, que reduce la fe a un mero conocimiento
de verdades y ciertas prácticas religiosas, donde el amor fiel a Dios y al
prójimo no cuentan, y el pelagianismo que hace consistir la respuesta de fe a
un mero voluntarismo sin humildad, que sólo unos pocos pueden lograr (cf. nn.
38-60). Luego el Papa comenta 2 pasajes del evangelio de san Mateo: Las
Bienaventuranzas (5,1-11) y El Juicio Final, que lo llama el Gran Protocolo
(25,31-46). Quien asume estas pautas dadas por Jesús, seguro que avanza por el
camino de la santidad.
Cultura actual. En el n° 111 el Papa señala
“algunos riesgos y límites de nuestra cultura como ser la ansiedad nerviosa y
violenta que nos dispersa y debilita; la negatividad y la tristeza; la acedia
cómoda, consumista y egoísta; el individualismo; y tantas formas de falsa
espiritualidad sin encuentro con Dios que reinan en el mercado religioso
actual”. Para contrarrestar estos males nos propone “el aguante, la paciencia y
la mansedumbre” (n° 112); “la alegría y el sentido del humor” (n° 122); “la
audacia y el fervor” (n° 129); “unidos a la comunidad” (n° 140) y “en oración
constante” (n° 147).
Vida cristiana. Nos recuerda que “la vida
cristiana es un combate permanente contra una mentalidad mundana que nos
engaña, nos atonta y nos vuelve mediocres, sin compromiso y sin alegría. Es una
lucha contra la propia fragilidad y malas inclinaciones, pero sobre todo es una
lucha tenaz contra el diablo, que no es una representación, un mito, un
símbolo, una figura o una mera idea. El demonio no necesita poseernos, simplemente
con envenena con el odio, con la tristeza, con la envidia y con los vicios. Y
así, mientras bajamos la guardia, él aprovecha para destruir nuestra vida,
nuestras familias y nuestras comunidades” (nn. 158-161). Y, “para poder
discernir qué viene del mal espíritu y qué del bueno, es necesario pedir sin
cesar el don del Espíritu Santo” (n° 166). Hace falta pedirle al Espíritu Santo
que nos libere y que expulse ese miedo que nos lleva a impedirle su entrada en
algunos aspectos de la propia vida. El discernimiento no es un autoanálisis
ensimismado, una introspección egoísta, sino una verdadera salida de nosotros
mismos hacia el misterio de Dios, que nos ayuda a vivir la misión a la cual nos
ha llamado para el bien de los hermanos” (n° 175).
La Madre. Y al concluir nos invita a
dirigirnos a la Virgen María, “quien vivió como nadie las Bienaventuranzas. La
Santa entre los santos, la más bendita, la que nos enseña el camino de la
santidad y nos acompaña. La que no acepta que nos quedemos caídos y nos lleva
en sus brazos sin juzgarnos. Conversar con ella nos consuela, nos libera y nos
santifica. La Madre no necesita de mucha palabras, no le hace falta que nos
esforcemos demasiado para explicarle lo que nos pasa. Basta balbucear una y
otra vez: Dios te salve, María, llena de Gracia…” (n° 176).
Es a Ti, Virgen Madre, que
recurrimos en nuestras necesidades, tanto materiales como espirituales, a fin
de que en todo podamos agradar a nuestro Buen Padre Dios y honrarte con una
vida más semejante a la Tuya, ya que sabemos del esmero que pones en
prodigarnos amor, consuelo, ternura, bendiciones, fe, esperanza y paz para
nuestros lacerados corazones, que luchan por revestirse de los sentimientos de
tu amado Hijo Jesús. Ayúdanos, Madre preciosa, a ser más dóciles a la Gracia de
Dios, a fin de que fructifique la santidad en nuestras vidas, en nuestras
familias y en toda la sociedad. Amén.
Homenaje de los medios de comunicación
A las 21.00 rendirán su homenaje a la #VirgendelValle
los Medios Estatales, Privados y Eclesiales de Comunicación Social
(Televisivos, Gráficos, Digitales, Radios AM y FM, Escolares), Radio María,
Círculos y Asociaciones. Página Web Morenita del Valle, Comunicadores de María,
Mateando con la Vida y Pastoral Diocesana de la Comunicación.
La Misa será presidida por el Obispo Diocesano,
Mons. Luis Urbanc, en el altar mayor del Santuario Mariano.