En
el marco de las fiestas patronales, el sábado 10 de noviembre, se llevó a cabo
la dedicación del templo del Señor de la Salud, la consagración del altar fijo,
y la bendición del ambón, de la pila bautismal, de la sacristía y del salón
anexo, en la localidad de Chaquiago, departamento Andalgalá.
La
ceremonia fue presidida por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, y concelebrada
por el párroco, Pbro. Moisés Pachado; y el Vicario Parroquial, Pbro. Martín
Melo.
Participaron
las autoridades municipales, encabezadas por el intendente de Andagalá, Prof.
Alejandro Páez, delegaciones escolares, miembros de instituciones eclesiales, fieles
de la comunidad anfitriona y de otras de la jurisdicción parroquial.
Antes
de la celebración litúrgica se realizó un breve acto protocolar, en el que se
dio a
conocer un informe técnico de la reconstrucción del templo y la rendición
de cuentas, y se escucharon las palabras alusivas a cargo de la señora María
del Valle Perea Dorado, quien habló en nombre de toda la comunidad. También se
descubrió una placa recordatoria y se realizó el tradicional corte de cintas.
La
celebración eucarística inició con la lectura del decreto por el que se
autoriza la dedicación del templo y la consagración del altar y las bendiciones
de la sacristía y y del salón de catequesis. En el mismo
instrumento episcopal
se detalla el origen del culto, que data de alrededor del año 1930, en la casa
de la familia Aguilar Sánchez, la cual trajo desde Córdoba una pequeña imagen
del Cristo crucificado. La devoción fue creciendo en el curso de los años, al
impulso de los numerosos favores recibidos por los fieles, especialmente los
referidos a la salud del cuerpo y del alma. Con el correr del tiempo surgió la
necesidad de construir un templo, con el aporte generoso de los vecinos, luego
de ser constituida la comisión respectiva.
El
rito continuó con la bendición de la pila bautismal y del agua con la que se
roció a los presentes, las paredes y el altar; y del ambón desde donde se
proclamó la Palabra de Dios.
En
su homilía, Mons. Urbanc agradeció a quienes
trabajaron para la recuperación
del edificio que estaba muy deteriorado, y explicó que dedicar el templo significa
que se destina pura y exclusivamente para el culto, por ello debe ser cuidado
con esmero y dedicación.
Tras
el rezo de las Letanías, el Obispo ungió con el Crisma el altar y las cruces colocadas
en las paredes, completando el rito con la incensación del altar y de la
Iglesia, y la preparación del altar por parte de los fieles del lugar.
Luego
de la celebración eucarística, el
Obispo procedió a la bendición de la
sacristía y del salón anexo al templo, destinado a la catequesis.
Todos
los presentes firmaron el acta que refleja lo vivido en esta ceremonia
histórica.
Como
cierre de esta fiesta, los parroquianos compartieron un brindis fraterno.