Camino a la Beatificación

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12 noviembre 2018

El Obispo consagró el altar y dedicó el templo de Chaquiago


En el marco de las fiestas patronales, el sábado 10 de noviembre, se llevó a cabo la dedicación del templo del Señor de la Salud, la consagración del altar fijo, y la bendición del ambón, de la pila bautismal, de la sacristía y del salón anexo, en la localidad de Chaquiago, departamento Andalgalá.
La ceremonia fue presidida por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, y concelebrada por el párroco, Pbro. Moisés Pachado; y el Vicario Parroquial, Pbro. Martín Melo.

Participaron las autoridades municipales, encabezadas por el intendente de Andagalá, Prof. Alejandro Páez, delegaciones escolares, miembros de instituciones eclesiales, fieles de la comunidad anfitriona y de otras de la jurisdicción parroquial.
Antes de la celebración litúrgica se realizó un breve acto protocolar, en el que se dio a
conocer un informe técnico de la reconstrucción del templo y la rendición de cuentas, y se escucharon las palabras alusivas a cargo de la señora María del Valle Perea Dorado, quien habló en nombre de toda la comunidad. También se descubrió una placa recordatoria y se realizó el tradicional corte de cintas.
La celebración eucarística inició con la lectura del decreto por el que se autoriza la dedicación del templo y la consagración del altar y las bendiciones de la sacristía y y del salón de catequesis. En el mismo
instrumento episcopal se detalla el origen del culto, que data de alrededor del año 1930, en la casa de la familia Aguilar Sánchez, la cual trajo desde Córdoba una pequeña imagen del Cristo crucificado. La devoción fue creciendo en el curso de los años, al impulso de los numerosos favores recibidos por los fieles, especialmente los referidos a la salud del cuerpo y del alma. Con el correr del tiempo surgió la necesidad de construir un templo, con el aporte generoso de los vecinos, luego de ser constituida la comisión respectiva.
El rito continuó con la bendición de la pila bautismal y del agua con la que se roció a los presentes, las paredes y el altar; y del ambón desde donde se proclamó la Palabra de Dios.
En su homilía, Mons. Urbanc agradeció a quienes
trabajaron para la recuperación del edificio que estaba muy deteriorado, y explicó que dedicar el templo significa que se destina pura y exclusivamente para el culto, por ello debe ser cuidado con esmero y dedicación.
Tras el rezo de las Letanías, el Obispo ungió con el Crisma el altar y las cruces colocadas en las paredes, completando el rito con la incensación del altar y de la Iglesia, y la preparación del altar por parte de los fieles del lugar.
Luego de la celebración eucarística, el
Obispo procedió a la bendición de la sacristía y del salón anexo al templo, destinado a la catequesis.
Todos los presentes firmaron el acta que refleja lo vivido en esta ceremonia histórica.
Como cierre de esta fiesta, los parroquianos compartieron un brindis fraterno.