Por
primera vez, el cambio de manto se hizo
en el Monasterio de las Dominicas
En vísperas del inicio de
las fiestas en honor a Nuestra Madre del Valle, el miércoles 28 de noviembre,
se llevó a cabo el cambio del manto que lucirá la Sagrada Imagen durante el
Novenario. Se llevó a cabo en la capilla del Monasterio Inmaculada del Valle,
de las Monjas Dominicas, ubicado camino a El Jumeal.
La ceremonia fue presidida
por el Rector del Santuario Mariano, Pbro. José Antonio Díaz, quien explicó
detalles de la vestidura elegida para estas fiestas que tiene como motivos los
ángeles para hacer referencia al Año de la Espiritualidad, que dará inicio el
próximo 8 de diciembre, en la clausura de las fiestas marianas.
Por primera vez, las monjas
se hicieron cargo de cambiar a la Imagen, en esta oportunidad, Sor María de la
Cruz y Sor Teresa.
También participaron de este
significativo momento, Guardianes de la Virgen, catequistas y personas que se
reúnen todos los días a rezar en el Camarín, dando continuidad a esta acción
que iniciaron con Rina del Valle
Quiroga, quien confeccionó los mantos.
Durante el desarrollo del
acto se rezó el Santo Rosario y se entonaron cantos de alabanza a la Madre
Morenita. También se rezó la Oración del Año Mariano Nacional, en adhesión al
Jubileo por los 400 años del hallazgo de la Sagrada Imagen.
ORACIÓN
María, Madre del Pueblo,
esperanza nuestra,
hermosa Virgen del
Valle,
ayúdanos a renovar
nuestra fe y nuestra alegría cristiana.
Tú que albergaste al
Hijo de Dios hecho carne,
enséñanos a hacer vida
el Evangelio,
para transformar la
historia de nuestra Patria.
Tú que nos diste el
ejemplo de tu hogar en Nazaret,
haz que en nuestras
familias recibamos y cuidemos la vida
y cultivemos la
concordia y el amor.
Tú que al pie de la cruz
te mantuviste firme,
y viviste el alegre
consuelo de la resurrección,
enséñanos a ser fuertes
en las dificultades
y a caminar como
resucitados.
Tú que eres signo de una
nueva humanidad,
impúlsanos a ser
promotores de amistad social
y a estar cerca de los
débiles y necesitados.
Tú que proclamaste las
maravillas del Señor,
consíguenos un nuevo
ardor misionero
para llevar a todos la
Buena Noticia.
Anímanos a salir sin
demora
al encuentro de los
hermanos,
para anunciar el amor de
Dios
reflejado en la entrega
total de Jesucristo.
Madre preciosa, recibe
todo el cariño de este pueblo argentino
que siempre experimentó
tu presencia amorosa
y tu valiosa
intercesión.
Gracias Madre.
Amén.