“Hoy existe una demanda creciente de espiritualidad entre nuestros
contemporáneos”
Como
cierre del primer día de las Fiestas de la Inmaculada Concepción, los
comunicadores sociales, representantes de medios de comunicación y miembros de
la Pastoral de Comunicación Social rindieron su homenaje a la Virgen del Valle,
durante la Misa presidida por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, y
concelebrada por sacerdotes del clero capitalino.
La
celebración dio inicio con el ingreso de voluntarios Comunicadores de María, grupo
que sirve en el Santuario, Radio María y página web Morenita del Valle, programa
Mateando con la Vida, representantes de la
seccional Catamarca del Sindicato
Argentino de Televisión, Telecomunicaciones, Servicios Audiovisuales,
Interactivos y de Datos (Satsaid) y de medios locales, quienes participaron de
los distintos momentos de la liturgia, guiando la celebración, proclamando la
Palabra, elevando súplicas en la Oración de los fieles y acercando las ofrendas
al altar.
En
el inicio de su homilía, Mons. Urbanc saludó a los alumbrantes y peregrinos y
luego expresó que “hoy en día existe una demanda creciente de espiritualidad
entre
nuestros contemporáneos”, y que “la tarea de la comunicación es un
espacio privilegiado para esta espiritualidad, ya que les permite vivir en
contacto exclusivo con la actualidad profana y religiosa, y por ello, ser más
sensibles a lo que acontece, pudiendo proporcionar abundante material para la
vida espiritual de las personas y grupos receptores de los medios de
comunicación, pero también y sobre todo, para la de los profesionales de la
comunicación creyentes”.
“Entre
las señales de nuestro tiempo, podemos constatar que aumenta la
demanda de
coherencia entre las convicciones y las prácticas, entre la fe y la vida. Por
cierto que, esta exigencia los incluye sobremanera a ustedes, que son los
buscadores de verdad y justicia, y que para ustedes debe ser, ante todo, la
búsqueda de lo verdadero y lo justo en sus propias vidas”, dijo dirigiéndose a
los comunicadores, para quienes “la espiritualidad es la manera de conciliar la
profesión y las convicciones. Para su realización y felicidad personal
necesitan interrelacionar la fe con la vida de manera fecunda. Se trata de una
escuela de vida interior, en la que se aprende a
escuchar y a conjugar lo real
de la vida de la gente, que constituye la materia prima de su profesión, con la
luz de la Palabra de Dios que ilumina la fe de ustedes”.
“La
relación entre la fe cristiana y el ejercicio de la profesión de comunicación,
se ejerce necesariamente en dos direcciones: Por un lado, la fe ilumina y da
sentido al trabajo que hacen, ya que su vida espiritual radica en escuchar lo
que Dios les dice a través de su Palabra, de la enseñanza de la Iglesia y de
los hechos de la vida de los hombres. Por otro lado, la experiencia profesional
le va dando consistencia a la fe que profesan”, indicó.
Y
agregó que “en la elaboración de esta espiritualidad de la comunicación hace
falta volver a inculturar el Evangelio en la sociedad contemporánea fuertemente
influenciada por los medios de comunicación. Esto desafía a cada profesional
cristiano a estar siempre atento por esta comunión. Lo hará, por una parte,
cuestionándose el modo como realiza su trabajo, y por otra, compartiendo la
preocupación con sus colegas creyentes y con los responsables de las comunidades
cristianas de todos los estamentos”.
“Esta
tarea formativa es necesario hacerla de manera individual y colectiva entre
profesionales que comparten la misma fe, escuchando la Palabra de Dios, la
Tradición de toda la Iglesia y el Magisterio de los pastores”, afirmó, finalizando
con la gratitud a María, “Virgen Fiel, porque una vez más podemos estar más
cerca de Ti y Tú más cerca de nuestras afligidas vidas, para consolarnos,
acogernos y reavivar nuestra esperanza”.
En
el momento de las ofrendas, se acercaron al altar, junto con los dones de pan y
vino, ofrendas de alimentos no perecederos y elementos de limpieza que serán
destinados a la atención de los hermanos peregrinos.
Antes
de recibir la bendición final, todos juntos cantaron a la Madre del Valle y
rezaron la Oración del Año Mariano.