En la Santa Misa del Jueves
Santo, Mons. Luis Urbanc lavó los pies a doce niños y adolescentes, repitiendo
el gesto de Jesús con sus apóstoles en la Ultima Cena.
Durante la noche del jueves 17 de
abril, se llevó a cabo la misa de conmemoración de la Ultima Cena, en la que se
instituyó la Eucaristía y el Sacerdocio, dando inicio al Triduo Pascual. Una
celebración llena de significación, ya que también se concretó el lavatorio de
los pies, repitiendo el gesto de Jesús hacia sus Apóstoles, antes de ser
entregado para morir crucificado.
La Santa Misa fue presidida por el
Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, y concelebrada por sacerdotes del clero
local, en el altar mayor de la Catedral Basílica de Nuestra Señora del Valle,
donde se congregó una gran cantidad de fieles, que participó de los distintos
momentos de la ceremonia.
Tras la proclamación de las lecturas,
el Salmo y el Evangelio el día, Mons. Urbanc destacó que esta liturgia tiene
mucha simbología y “una particular significación el gesto de Jesús de lavar los
pies de los apóstoles. Jesús hace este gesto porque El viene como
servidor de
los hombres. El gran servicio de Jesús es entregar su vida en la Cruz por dos
motivos: en primer lugar, en razón de justicia, que es el perdón de nuestros
pecados. Pero también la muerte de Cristo es la expresión máxima del amor de
Dios. El, no solamente paga con su vida, sino que nos da su vida, para que
nosotros tengamos la vida de El”.
Luego agregó que “Cristo instituye la
Eucaristía como memorial de este gesto”, además, “en este día también se recuerda
la institución del Sacerdocio Católico”. Por ello, dijo que como “Jesús llama y
nosotros debemos responder a este llamado, tenemos que alentar y animar en
nuestros niños, adolescentes y jóvenes, la voluntad de ser sacerdotes para
perpetuar el mandato de Jesús.
Cada vez que ustedes se reúnan en el nombre de
Jesús a celebrar el misterio de la Eucaristía harán esto hasta el final de los
tiempos”.
Sin el Sacerdocio no puede haber Eucaristía
Asimismo, remarcó que “Jesús instituye
el Sacerdocio, porque si no tampoco podría haber Eucaristía, es decir que a los
apóstoles, en este día, los ha ordenado sacerdotes. Los ha identificado con su
misión, y la misión de Jesucristo en ser el Sumo y Eterno Sacerdote, que celebra
este pacto, esta Pascua definitiva entre Dios y los hombres, para que podamos
llegar a Dios. Y los hombres de todos los tiempos, y es así que de generación
en generación se va transmitiendo este misterio precioso, que es la Eucaristía.
Y el sacerdocio católico es el que está al servicio de hacer la Eucaristía para
que el mundo no muera de hambre, para que el mundo pueda reconciliarse
permanentemente con Dios, y así no perder este regalo precioso que es la
salvación que Cristo nos ha conseguido con su muerte y resurrección”.
Por último, exhortó a que “entremos en
este Triduo Pascual con buen ánimo y cuando terminada esta celebración deje a
Jesús Sacramentado en el Monumento, que todos podamos tener un prolongado rato
de oración y después a lo largo de la noche para poder orar y agradecer a Jesús
esta locura de amor de querer quedarse con nosotros y de querer alimentarnos
con su mismo cuerpo, con su misma sangre, para que tengamos vida plena y así
podamos llevar esta vida y compartirla con todas las personas que Dios pone en
nuestro camino”.
Finalizada su predicación, el Pastor
Diocesano tomó una toalla entre sus manos y lavó y besó los pies de doce niños
y adolescentes, imitando lo que Jesús hizo con los apóstoles, en señal de
humildad y de servicio. Los elegidos este año para participar de esta ceremonia
fueron niños y adolescentes, ya que la Diócesis de Catamarca los tiene a ellos como
opción preferencial, en el marco de la Misión Diocesana Permanente.
Luego continuó la celebración
eucarística, y una vez culminada la misma, el Obispo llevó el Santísimo
Sacramento en procesión por la nave central hasta uno de los altares laterales del
templo catedralicio, donde se emplazó el Monumento en el cual permanecerá Jesús
para su adoración hasta la celebración de la Pasión, este Viernes Santo a las 17.00.