Miles de gauchos de todo el
interior provincial y de varias provincias del país desfilaron por la ciudad en
la tradicional “Cabalgata en honor a Nuestra Madre del Valle”, organizada por la Federación
Gaucha Catamarca. A primeras horas de la mañana, las agrupaciones gauchas
partieron desde la plaza 25 de Agosto acompañados de la Imagen réplica de la
Virgen del Valle con su poncho de vicuña y un prendedor de rodocrosita, que llevada
por el Rector del Santuario Mariano, Pbro. José Antonio Díaz, en un sulki. El
recorrido siguió por calle Sarmiento, donde los jinetes pasaron frente al
Santuario y Catedral Basílica y se dirigieron hasta la avenida Belgrano, luego
continuaron hasta la avenida Los Legisladores hasta el parque Adán Quiroga,
donde se ofició la Santa Misa.
La celebración estuvo presidida
por el Pbro. Domingo Chaves, párroco de Santa Rosa, con sede en la localidad de
Bañado de Ovante, y contó con la presencia de la Secretaria de
Turismo de la provincia,
Natalia Ponferrada, el Intendente de Capital, Raúl Jalil, y autoridades
municipales. En su homilía, el sacerdote hizo llegar el cordial saludo del
Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, “a todos los que han cabalgado al
encuentro con nuestra Madre, a renovar este compromiso con Ella”. También destacó
“el hito histórico que vivimos hoy, la canonización de dos Papas, dos sucesores
de los apóstoles que han sido contemporáneos casi a nosotros”, y recordó también “la figura de un sacerdote, el padre
José Gabriel del Rosario Brochero, quien el año pasado ha sido beatificado. Quiero
destacar esta figura de santidad, porque nosotros podemos hacer todos los
kilómetros de queramos, podemos tener las mejores pilchas, pero si no buscamos
la santidad no sirve de nada”.
Para finalizar, el P. Chaves recalcó que “esta experiencia de cabalgata, de andar juntos, es
una experiencia
de Iglesia. Pero tiene que ser con este motivo, de compartir nuestra vida y
nuestra experiencia de fe, de compartir este testimonio de Cristo entre
nosotros, este Dios que es amable y nos muestra su presencia”.
En el Año Diocesano de los
Niños y Adolescentes, que lleva como lema “Dejen que los niños vengan a mí”, la
misa de los gauchos contó la administración del sacramento del Bautismo para
tres pequeños niños, quienes tuvieron una calurosa bienvenida a la gran familia
de la Iglesia.
Desfile
y homenaje
Luego de la bendición final,
se llevó a cabo el tradicional desfile de las agrupaciones gauchas por las
calles del parque, que contó con el servicio de los alumnos de la Escuela de
Cadetes, quienes formaron un cordón humano a lo largo de todo el recorrido.
Miles y miles de gauchos
venidos de todas partes del interior provincial, y de las provincias de
Tucumán, Santiago del Estero, La Rioja, Córdoba y Santa Fe colmaron las calles
de la ciudad capital para rendir su homenaje a la Morena Virgen del Valle. La
cantidad exacta de jinetes no se puede especificar aún, pero los registros policiales
brindados estiman que se superó el del año
anterior, donde se contabilizó más
de 13.000 gauchos. Se destacó la participación de familias completas cabalgando
con sus niños. Padres y abuelos llevando orgullosos a los pequeños de todas las
edades, desde bebés ataviados con vestiduras gauchas hasta niños montando solos
sus pequeños potrillos.
Una
experiencia de fe ya tradicional
En esta edición de la Cabalgata
a la Virgen del Valle, la secretaria de la Federación Gaucha Catamarca,
Graciela Beatriz Dargoltz, elaboró una reseña histórica y sus comienzos, en un
homenaje al Pbro. Juan Orquera, gestor de esta manifestación de fe y devoción
mariana.
“Esta hermosa experiencia,
que es hoy una realidad, nace en el año 1993, cuando el Padre Juan Orquera,
destinado por el Obispado de Catamarca a la parroquia Nuestra Señora de Luján,
Chumbicha, en el departamento Capayán, al observar que es muy escasa la
concurrencia de los hombres a la misa, les propone casa por casa y en cada
pueblo de esa jurisdicción: ‘Vamos a la ciudad a caballo, a visitar a la Virgen
del Valle’. A la gran mayoría en un principio les pareció una locura, pero el
Padre, perseverante, constante, firme, estaba convencido que lograría una
respuesta positiva a su iniciativa y así fue”.
Luego continuó: “El Padre
les hablaba siempre de fe… y cuando llegó el gran día, qué sorpresa cuando a la
hora de partir, en Concepción había más de sesenta caballos con sus
jinetes.
¡Qué emoción! Todos estaban tremendamente felices, se abrió la Iglesia para que
todos pudieran tomar gracia de la imagen de la Inmaculada Concepción. La
familia y los amigos de cada uno estábamos ahí para despedirlos. Luego de un
día de cabalgata, encabezada por el Padre Juan y a la que se fueron sumando
jinetes a lo largo del camino, llegan a la Catedral Basílica, donde los espera
la Morena Virgen del Valle para darles la bienvenida. Cansados, pero
emocionados, participan de la misa de 8.00 y se preparan para el regreso.
Fatigados, pero con el corazón henchido de felicidad, montan de nuevo en sus
caballos para regresar a casa. De esta misma manera se realizan dos cabalgatas
más, pero se suman por comentarios entre familiares jinetes de Pomán y sucesivamente
hasta lo que es hoy”.
Todos los presentes dieron
un caluroso aplauso al sacerdote fundador y hoy párroco de San Antonio de
Padua, en la ciudad capital. Para coronar este momento, representantes de la
Agrupación Gaucha Catamarca le regalaron un poncho de vicuña como
agradecimiento.