“Que la
Pascua de Resurrección se traduzca en un mayor
compromiso con la transformación de la realidad”
Queridos Catamarqueños:
Acabamos de culminar la
Semana más grande del año, ya que durante estos días nuestras
mentes y nuestros corazones se posaron, maravillados y agradecidos, sobre la
persona de Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre, quien nos reveló el Amor
que Dios nos tiene por medio de su MUERTE en cruz y su RESURRECCIÓN, en orden a
liberarnos de la esclavitud del pecado y para hacernos partícipes de la misma
vida divina en calidad de hijos e hijas de Dios.
Es por ello que les deseo abundantes
bendiciones del cielo para que internalicen este misterio de nuestra fe que
acabamos de vivir y lo traduzcan en un mayor compromiso con la transformación
de la realidad en base a las autorizadas enseñanzas que nos dejó nuestro
Salvador, tanto en la Biblia ,
como en el depósito de la Fe ,
custodiado, interpretado y enseñado por nuestra Madre la Iglesia , de la que somos
miembros por el bautismo.
El próximo
Sábado iniciaremos el septenario en honor a nuestra celestial Reina, la Virgen del Valle.
Acerquémonos a honrarla y a pedirle que nos ayude a vivir como resucitados,
como nuevas creaturas, para asumir con alegría y responsabilidad la Misión Diocesana
Permanente, especialmente, la prioridad pastoral de este año que son nuestros
Niños y Adolescentes. Puesto que si creemos que Jesucristo Resucitado es
Camino, Verdad y Vida (cf. Jn 14,6), tenemos la razón suficiente para poner lo
mejor de nosotros mismos en la delicadísima e indelegable tarea de cuidar,
educar y formar a nuestros Niños y Adolescentes con los valores evangélicos,
que tienen derecho de conocer, apreciar y disfrutar desde el día del bautismo.
El domingo
27, octava de Pascua y día de la Divina Misericordia , el Papa Francisco canonizará
a Juan Pablo II y Juan XXIII; encomendemos a ellos nuestras preocupaciones y
proyectos, a fin de que seamos fieles a Dios como lo fueron ellos y
fructifiquemos en actitudes y acciones sólidas y duraderas.
De todo
corazón deseo para cada uno de ustedes que vivan de ahora en más como
verdaderos resucitados, ya que Cristo ha vencido a la muerte y al pecado con su
victoriosa Resurrección. ¡Aleluya!
¡Aleluya! ¡Aleluya!
Mons. Luis Urbanc
8° Obispo de Catamarca