El Obispo dio apertura al Año de los
Laicos
En la soleada tarde del 8 de diciembre, Día de la Inmaculada Concepción ,
culminó una nueva edición de las fiestas en honor a Nuestra Madre del Valle con
la Solemne Procesión
por calles de la capital catamarqueña, inundadas de peregrinos y de
catamarqueños que se volcaron a participar de este trascendental y siempre
renovado acontecimiento de fe.
El cierre de estas festividades marcó el inicio del Año
de los Laicos como opción pastoral para el 2015, en el marco de la Misión Diocesana Permanente,
que transita la Iglesia particular de Catamarca.
Tras el paso de las delegaciones participantes, la
Sagrada Imagen fue colocada por el Obispo Diocesano, Mons, Luis Urbanc, en la
urna embellecida con flores para dar inicio a la marcha procesional, precedida
por seminaristas, religiosas y sacerdotes del clero local y de otras provincias.
La salida fue acompañada por los acordes de la Banda de Música de Policía de la
Provincia.
Frente a la Casa de Gobierno, se sumaron las principales
autoridades provinciales, encabezadas por la Señora Gobernadora, Dra. Lucía
Corpacci, y el Señor Vicegobernador, Dr.
Dalmacio Mera, y municipales, encabezadas por el Señor Intendente de San
Fernando del Valle de Catamarca, Lic. Raúl Jalil, autoridades de las Fuerzas de
Seguridad Provinciales y Nacionales.
La procesión se encaminó por calle República,
dirigiéndose hasta el Paseo General Navarro o Plaza de la Coronación, donde la Banda de Música de la Municipalidad de la Capital le tributó honores
a su paso con alegres acordes.
Gran cantidad de fieles devotos se apostaron a lo largo
del trayecto con los corazones henchidos de amor, saludando con los pañuelos en
alto. Entre aplausos y vivas, bordeó La Alameda bajando por calle San Martín.
Durante todo el recorrido, se meditaron los misterios del
Santo Rosario a la luz de lecturas bíblicas y reflexionaron especialmente sobre
la misión de los laicos en la Iglesia.
Al llegar a la plaza 25 de Mayo, desbordada de devotos y peregrinos
del interior
catamarqueño y de otras provincias, los vivas y aplausos sonaron
con mayor fuerza y los pañuelos se elevaron para saludar a la llena de gracia.
Las campanadas de
Lanzamiento del
Año de los Laicos
A su arribo al Paseo de la Fe, el Obispo Diocesano, Mons.
Luis Urbanc, colocó la Sagrada Imagen nuevamente en el trono festivo, y una vez
ubicadas las autoridades civiles y eclesiales, el Vicario General de la Diócesis , Pbro. Julio
Quiroga del Pino, leyó el decreto por el cual se dio apertura al Año de los
Laicos, que se extenderá hasta el 8 de diciembre de 2015, en el contexto de la
Misión Diocesana Permanente. Para esta ocasión especial, Mons. Urbanc elaboró
una Carta Pastoral dirigida al Clero, a los Consagrados y a los Fieles
Cristianos Laicos de la Iglesia de Catamarca, que al finalizar la ceremonia fue
entregada a las autoridades.
Palabras del
Obispo
Queridos Peregrinos y Devotos de la Virgen del Valle:
Otra vez nos toca vivir la experiencia de la
despedida, si bien muchas veces nos tocó hacerla por distintos motivos, jamás
podremos decir que ya no nos afecta porque sabemos de qué se trata, sino que
ahora nos vuelve a embargar un dejo de tristeza y que todo lo hermoso que hemos
vivido nos deja un ‘sabor a poco’, pero la vida es así. Vayamos a nuestros
hogares con la certeza que la Virgen María, Nuestra Madre del Valle nos
acompañará. Cada día estará junto a cada uno para ayudarnos en las tareas que
el Señor nos propondrá: arduas,
dolorosas, ingratas o no, pero siempre marcadas
por el signo de la Cruz.
En
nombre de toda la Iglesia de Catamarca agradezco a los miles de peregrinos que
han venido a lo largo del novenario a encontrarse con la Mama Achachita y con
nosotros para edificarnos con su piedad, fervor, cariño, respeto y fidelidad a
la Madre celestial.
Por eso,
ahora me dirijo a Ti, Madre querida de tus devotos hijos, y Madre paciente de
tus innumerables hijos desagradecidos e indiferentes, suplicándote por todos
aquellos de tus hijos que más necesitan de tu poderosa intercesión ante tu
amadísimo Hijo Jesús; son muchísimos los que me han pedido que rece ante Ti y
me comprometí a hacerlo. ¡Escúchalos y Escúchame! ¡Oh Madre del Amor Hermoso!
Pero,
sobre todo, te pido Madre Amantísima, que nos acompañes a lo largo de este Año
dedicado a los Fieles Laicos; ayúdalos a tomar conciencia y a comprometerse con
su
misión en el mundo y en la Iglesia, así como Tú lo hiciste durante tu
peregrinar terreno. Que sean dóciles al Espíritu Santo para anunciar con valor
y claridad el mensaje de Jesús. Que descubran la belleza de formar y ser la
Iglesia de tu amado Hijo Jesús y que atraigan con su santidad de vida a tantos
y tantos que deambulan por la vida sin saber para qué existen y que teniendo
que sufrir como todos no reconocen el valor salvífico de todo dolor humano a
partir del Misterio Pascual de tu Hijo.
Te
imploro, Madre de los sacerdotes, que estés muy cerca de cada uno de los
presbíteros de ésta, tu amada Diócesis de Catamarca, para que nos ocupemos sin
reservas y sin quejas o lamentos a acompañar a los miles y miles de fieles
laicos con generosidad, prontitud, creatividad y alegría, de manera que este
año de gracia, en el marco de la Misión Diocesana Permanente de muchísimos
frutos en todos los ámbitos de la vida donde se desempeñan tus amados hijos,
los fieles laicos.
Te pido
esta gracia también para los numerosísimos laicos venidos de diócesis vecinas;
que también en sus respectivas comunidades sean sal, luz y fermento para que el
mundo que los circunda sea cada vez más de Jesús y como Jesús, que no vino a
ser servido sino a servir y a dar la vida por todos.
Con
atrevimiento te ruego que arranques del Corazón de tu Bendito Hijo la gracia de
que desaparezcan, fruto de una sincera conversión, los mercaderes de la muerte,
los vende-patria, los corruptos, los fabuladores, los violentos y los
deformadores de la naturaleza humana, que Tú sabes muy bien cuánto te necesitan
y cuánto te hacen sufrir.
Mucho
más querría decirte, pero el tiempo no me lo permite. Con todo Tú eres nuestra
Madre, Ama y Señora, por eso dispón lo mejor para cada uno, que si de ti viene,
nos será muy útil para ir a Jesús y, por Él, al Buen Padre, Dios… Y, por favor,
quiero que acompañes a cada uno de los peregrinos que ahora emprenden su
regreso para que lleguen sanos y felices a reencontrarse con sus seres
queridos, especialmente con sus enfermos, niños y ancianos. ¡Así sea!
¡¡¡Viva la
Virgen del Valle!!! ¡¡¡Viva su casto
esposo san José!!!
¡¡¡Viva la Sagrada Familia de Nazaret!!! ¡¡¡Vivan los Devotos y Peregrinos de la Madre
del Valle!!!......Y, ¡hasta pronto, si Dios quiere!
Himno Nacional e
Indulgencia
Después de las palabras del Pastor Diocesano, se
entonaron las estrofas del Himno Nacional Argentino, a cargo de la Banda de Música de la Policía de la Provincia, y
se concretó la ceremonia de arriamiento del Pabellón Nacional.
Seguidamente, el Rector del Santuario y
Catedral Basílica, Pbro. José Antonio Díaz, leyó el texto de la Bendición de Su
Santidad Francisco acompañada de la indulgencia plenaria para quienes reúnen
las condiciones para recibirlas.
Entre lágrimas y pañuelos flameando, vivas y
cantos, los miles de peregrinos y devotos reunidos en torno al Santuario
despidieron a la Madre Morena, cerrando otra emotiva fiesta de fe.