El jueves 18 de diciembre, a
las 20.00, la remodelada capilla del antiguo Seminario Diocesano de Catamarca
fue escenario de una particular ceremonia ecuménica rogando por la paz en el
mundo, que fue presidida por el Obispo Diocesano de Catamarca, Monseñor Luis
Urbanč, y el Arzobispo Metropolita y Vicario Patriarcal para la República
Argentina de la Iglesia Siria Ortodoxa de Antioquia, Monseñor Crisóstomo Juan
Ghassali, quien visitó nuestra ciudad durante el pasado fin de semana.
Ambos prelados se ubicaron
delante del altar dando inicio al rito, que fue matizado con momentos de
silencio y de cantos litúrgicos.
En la oportunidad, se
proclamó el pasaje del Evangelio referido a las Bienaventuranzas, primero en
griego, por parte el Arzobispo ortodoxo, y después en castellano, a cargo del Pbro.
Oscar Alfredo Tapia, Coordinador del Centro Educativo y Cultural Virgen del
Valle, quien también participó junto al sacerdote ortodoxo Felipe Issa, Párroco
de la Parroquia San Jorge, con sede en la ciudad de Córdoba, y un novicio
franciscano.
Monseñor Urbanč hizo una breve
reflexión dando lugar a Monseñor Ghassali, quien comentó acerca de la Iglesia
Siria Ortodoxa, el contexto histórico y la realidad que viven los cristianos en
Siria.
Tras las plegarias comunitarias
pidiendo por el don de la paz y una oración ecuménica pronunciada por ambos prelados
en forma intercalada, se rezó el Padrenuestro, primero en español y luego en arameo.
Como corolario de este fuerte
momento de oración, se elevaron alabanzas a la Virgen María, en español y
arameo, después de lo cual,
ambos Obispos bendijeron a los presentes.
Hubo una buena participación
de fieles que se sumaron a esta ceremonia, destacándose la presencia de miembros
de la comunidad sirio libanesa en Catamarca.
En la
Catedral Basílica
Antes de la celebración ecuménica, Monseñor Ghassali visitó
la Catedral
Basílica de Nuestra Señora del Valle. Frente al altar mayor del
templo catedralicio, el prelado sirio rezó y cantó en arameo.
Luego se reunió con el Rector del Santuario Mariano,
Pbro. José Antonio Díaz, quien lo acompañó hasta el Camarín de la Virgen, donde
el visitante se arrodilló para rezar frente a la Sagrada Imagen.