El nuncio apostólico, monseñor
León Kalenga Badikebele, presidió el 29 de junio, solemnidad de San Pedro y San
Pablo, la misa por el Día del Pontífice en la catedral metropolitana de Buenos
Aires, con la que dio inicio a su misión diplomática en el país.
La Eucaristía fue concelebrada
por 30 obispos y 30 sacerdotes, además asistieron unos 40 seminaristas y representantes
de otros credos.
Los concelebrantes principales
fueron el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Aurelio Poli; el obispo de
San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor
Oscar Vicente Ojea; el obispo de Chascomús y secretario general de la CEA,
monseñor Carlos Humberto Malfa, y el obispo auxiliar y vicario general de
Buenos Aires, monseñor Joaquín Sucunza. En tanto, el rector de la catedral,
presbítero Alejandro Russo, hizo de maestro de ceremonias.
Al inicio de la misa el cardenal
Poli le dio la bienvenida a monseñor Kalenga Badikebele, al expresar: "Te
recibimos con alegría y te deseamos una estadía feliz en esta nuestra tierra
argentina". Luego, el primado argentino pidió a los presentes en el templo
un aplauso para el nuevo representante del Papa en el país.
En la homilía, monseñor Kalenga
Badikebele detalló su función diplomática y destacó que “es ante todo un pastor
que muestran su cercanía con las necesidades de cada una de las diócesis y con
el pueblo santo de Dios”.
“Un buen pastor, un padre
educador, no es un frío funcionario administrativo, sino que toma en serio a
cada persona, dedica tiempo a escucharla, porque se interesa por ella”, agregó.
El representante papal aseguró
que en sus cinco años de pontificado, Francisco “ha demostrado que es el Papa
para estos tiempos y sigue llamando la atención de muchos, dentro y fuera de la
Iglesia, por su sencillez, desprendimiento, audacia, cercanía…”.
Asimismo, valoró el impulso que
el pontífice le ha dado al diálogo interreligioso y al ecumenismo y a la
crítica de la “cultura del descarte”.
“Francisco ha sido el primer Papa
latinoamericano y argentino, por lo que lleva en su interior calor humano, amor
por la vida, por todo lo creado y la atención a los pobres”, subrayó.
Al finalizar la misa, el nuncio
impartió, en nombre del Santo Padre, la bendición apostólica.
Participaron de la celebración
eucarística la vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti; el vicejefe de
Gobierno porteño Diego Santilli; y por la Secretaría de Culto de la Nación
estuvieron Santiago de Estrada, Alfredo Abriani, Claudia Russo Bernagozzi, y el
director nacional de Culto Católico Luis Saguier Fonrouge.
Asistieron también el
exsecretario de Culto Norberto Padilla, el diputado nacional Jorge Enrique; el
director general de Cultos porteño, Federico Pugliese; el director de Cultos
bonaerense, Walter Jiménez, y el rector de la Universidad Católica Argentina (UCA),
Miguel Ángel Schiavone.
La catedral metropolitana estaba
colmada de embajadores, otros diplomáticos, representantes de las fuerzas
armadas y de seguridad, además de miembros de congregaciones religiosas
femeninas y masculinas y fieles en general.
Recepción en la Nunciatura
Tras la misa hubo una recepción
en la sede de la Nunciatura Apostólica, en el Barrio Norte porteño, donde
embajadores y representantes del ámbito diplomático, obispos, funcionarios y
periodistas que cubren noticias religiosas, saludaron a monseñor Kalenga
Badikebele.
Allí se cantó el Himno Nacional
Argentino y el himno de la Santa Sede y luego el nuncio dijo unas palabras en
su carácter de decano del cuerpo diplomático.
Monseñor Kalenga Badikebele
detalló cuál será su misión en la Argentina, destacó la figura del papa
Francisco e hizo un resumen de los cinco años del pontificado de Jorge
Bergoglio. A su finalización invitó a realizar un brindis en honor del Santo
Padre.
Fuente: AICA