En la noche del miércoles 25
de julio, día en que la Iglesia celebra a Santiago Apóstol, el Obispo Diocesano,
Mons. Luis Urbanc, presidió la Misa de acción de gracias a Dios por un año más
de vida, concelebrada por sacerdotes del clero catamarqueño y de la vecina Arquidiócesis
de Tucumán, en la Catedral Basílica y Santuario de Nuestra Señora del Valle.
La ceremonia litúrgica contó
con la presencia de la Sra. Gobernadora de Catamarca, Dra. Lucía Corpacci,
quien junto a una gran cantidad de fieles compartieron esta acción de gracias
del Pastor Diocesano
a los pies de la Madre del Valle.
Durante su homilía, Mons.
Urbanc se refirió a Santiago comentando que “hoy la Iglesia celebra a uno de
los apóstoles, Santiago, hijo de Zebedeo, y hermano de Juan, a quien Herodes lo
toma preso y lo manda decapitar. Es el primer mártir”. Explicó que “la
tradición dice que Santiago evangelizó España, por eso es su patrono. La
provincia de Santiago lleva ese nombre en su honor”, y pidió oraciones por la
salud del Obispo de Añatuya, Mons. Melitón Chávez, quien se encuentra en grave estado
de salud.
Seguidamente dijo que “también
en este día estoy dando gracias a Dios por mis 60 años de vida. Les agradezco a
todos los que han venido a la misa para pedir por mis intenciones, para que
pueda cumplir esto que me han confiado en Catamarca. Y como los obispos
somos
sucesores de los apóstoles, yo digo que soy sucesor de Santiago, porque nací en
su día”.
En una sociedad
“materialista y hedonista”, se percibe “una fobia contra la fe cristiana, que
la sintetizan en la Iglesia, pero es en contra de Cristo, contra los valores
cristianos”, dijo.
Por eso,
invitó a los fieles a “pedir a Santiago que tengamos el valor de defender los
valores que dignifican la vida humana, y no nos dejemos engañar diciendo que
ahora hay nuevos valores. No puede ser un valor nuevo, por ejemplo, matar a una
persona. El valor es la vida, el respeto por el otro, el servicio al otro. Esos
valores hay que asumirlos, respetarlos y vivirlos. Si queremos ser cristianos,
si decimos que somos hijos de María, tenemos que ser coherentes. Que Santiago, con
su ejemplo, nos ayude a tomar en serio nuestra fe, a vivir en clave de
esperanza, sabiendo que nuestra meta es el cielo, no la tierra”.