El lunes 26 de mayo a las 20.00, en
el Santuario y Catedral Basílica de Nuestra Señora del Valle, el Obispo
Diocesano, Mons. Luis Urbanc, presidió la misa rogando por el eterno descanso
del alma del Obispo Emérito de Catamarca, Mons. Elmer Osmar Miani, concelebrada
por sacerdotes de Capital y algunos que comenzaron a llegar del interior de la diócesis
catamarqueña, para despedir cristianamente los restos mortales de quien gobernó
esta jurisdicción eclesiástica durante 17 años.
En su homilía, el Obispo reflexionó
con afecto sobre su antecesor resaltando que “Mons. Miani fue con su vida un
testigo, testigo del amor del Padre, testigo de la verdad de Dios, testigo de
la fuerza del Espíritu Santo que guía a la Iglesia. Esa ha sido su vida”.
Luego afirmó que “el Obispo
es el que posee la plenitud del sacerdocio, por tanto, es la misión específica,
central, ser testigo, y un testigo se tiene que esforzar, y no me cabe la menor
duda que eso lo ha hecho él. El testigo no tiene que tener miedo, el testigo
tiene que ser claro, valiente, tiene que estar lleno de amor, tiene que amar la
verdad. Y no me
cabe la menor duda que la presencia de ustedes y de todos los
que han transcurrido en el día de hoy, los que van a transcurrir en esta noche,
mañana, han descubierto en él a un testigo de Dios. Los sacerdotes aquí
presentes, los que han venido, los que vendrán, han descubierto en él a un
testigo”.
Recordó que “hace diez días
estuve con él por última vez cuando volvía de Buenos Aires, y no me dejaba ir.
Era la primera vez que me pasaba esto con él. Intuí que él sentía que se iba.
Estuve larga hora con él, despidiéndome, hablando, porque me confiaba sus cosas
desde lo profundo de su corazón. Y hoy está con nosotros, y será sepultado acá,
como él siempre ha querido, a los pies de Santo Toribio de Mogrovejo. Tenía un
particular cariño por este santo obispo latinoamericano, de origen español, que
ejerció su ministerio en Lima”.
En otra parte de su
predicación pidió que santos como el Cura de Ars, Juan Pablo II, Santo Toribio,
“inspiren siempre la tarea sacerdotal de cada uno de nosotros en esta diócesis,
que imitemos esos modelos sacerdotales de entrega, porque los santos son
testigos del amor de Jesús por la humanidad”.
Finalizando su predicación, manifestó
que “nos llevamos como testamento espiritual de Mons. Miani que él ha querido
ser testigo de Jesús, y que nosotros lo reconocemos como tal, y pedimos al
Señor que lo reciba porque le agradecemos que ha sido testigo fiel del amor del
Padre, del Hijo y del Espíritu, y también del amor de María por su pueblo”.
Antes de finalizar la Santa
Misa, junto al clero concelebrante, Mons. Urbanc bendijo los restos mortales
del Obispo Emérito de
Catamarca, que mañana serán sepultados luego de la
celebración eucarística, que se oficiará a las 11.00 en el altar mayor.