No tenemos palabras para expresar
el dolor y la tristeza que nos conmueven esta tarde después de lo vivido en
ocasión del comienzo del tratamiento de la reforma previsional.
Ninguna forma de violencia puede
aceptarse. Como pastores de este pueblo, una vez más pedimos el diálogo y la
consiguiente construcción de consensos como el único camino para la convivencia
en la amistad social así como para la aprobación de leyes importantes que
afectan al conjunto de la población, especialmente a los más pobres y frágiles.
En estos momentos los argentinos
esperamos gestos de grandeza y pacificación de parte de los hombres y mujeres
públicos.
Pedimos a nuestra Madre de Luján
que cercano el nacimiento de Jesús en la Navidad, nos ayude a reencontrarnos en
las diferencias, a vernos y a tratarnos como hermanos.
Comisión Ejecutiva
Conferencia Episcopal Argentina
Buenos Aires, 18 de diciembre de
2017