En
la ruta nacional N° 38, a la altura de localidad de El Portezuelo, departamento
Valle Viejo, encontramos a peregrinos que recorren los caminos desde sus
pueblos de origen para llegar hasta la ciudad de Catamarca a honrar a la Virgen
Morenita del Valle. Recogimos algunos testimonios que compartimos.
Desde la localidad de Río
Seco, provincia de Tucumán, con la imagen de la Virgen en el pecho.
“Vengo todos los años y éste
también queríamos estar con la Virgen, para pedirle por muchas personas que no
pudieron venir, por nosotros, por los hijos, por sus estudios, para ver si se componen
las cosas un poco más. Salimos el jueves a la noche y desde entonces venimos
caminando bajo el agua, durmiendo poco porque tenemos que regresar a trabajar
mañana (lunes 4) y queremos llegar esta noche (domingo 3).
“Esto lo vengo haciendo
desde hace 15 años. Adelante mío pasaron mis hijos, al más grande lo traía en
un carrito cuando tenía 5 años, ahora ya están grandes y traen a los amigos, de
esa manera vamos sumando gente. Me comprometo todos los años a tratar de traer
un peregrino más; y ahora traje uno nuevo. Somos cinco en total. La Virgen es
la que nos protege siempre, la que nos da esperanza para seguir a pesar de los
malos momentos”.
Héctor, de Río Seco,
Tucumán, distante a unos 150 kilómetros de la localidad de El Portezuelo, es
estudiante de Contaduría y esto nos relató:
“Salimos el jueves a la
noche y Dios mediante estaríamos llegando mañana (lunes 4) por la tarde a la
Catedral. Gracias a Dios nos ayudó el clima, somos un grupo de cinco entre
familiares y amigos. En años anteriores fuimos más, pero por distintos motivos
se redujo el grupo. Ya estamos en el último tirón. Venimos haciendo buen tiempo
porque son tres días y medio. Este es el quinto año, mi tío es quien nos motivó
a esto, él viene desde hace como 15 años, primero lo hacía en bicicleta y ahora
lo hace caminando, nos va sumando los familiares y amigos de sus hijos”.
“Vengo porque son promesas
que uno le hace a la Virgen. Con la facultad, estudio y muchas veces no tengo tiempo
de ir a misa. Personalmente siento más la necesidad de hacer esto que otra
cosa. Este es mi encuentro con Dios y con la Virgen, y lo voy a seguir haciendo.
Hay que seguir, porque la fe mueve montañas y nos hace llegar”.
Juan Jerez y Evangelina son
primos y emprendieron la marcha desde Lules, provincia de Tucumán. Este fue su
testimonio:
“Salimos el miércoles en
esta gran peregrinación, los dos solos, para venir a Catamarca a dar gracias por
las cosas que nos da la Virgen todos los días a toda hora. No se trata sólo de
venir a pedir sino de agradecer también, y si es a base de sacrificio, mejor
para que uno sepa y aprecie lo que Ella hace por nosotros”.
“Desde Monteros para acá hay
grupos que dan agua, frutas, también carpas donde hacen masajes, hay gente que
nos dio sopa. Sería bueno implementar algo así en la ruta hasta La Merced,
porque no podíamos conseguir agua donde comprar. El tiempo ha sido favorable
más allá de un poco de lluvia, que para nosotros es una bendición”.
“Creo que la Virgencita nos
va a ayudar a llegar para cumplir como sea. Si hay que ir en cuatro pies se lo
hará, porque hay que darle gracias a Ella”.
“Nos encontramos en el
camino con un grupito de chicos de Aguilares, con quienes hemos compartido
vivencias en el camino. Ellos hicieron un alto en La Cocha y nosotros seguimos
solos. Es la primera vez que lo hacemos. Yo venía en bicicleta, pero debía
esta. A mí me gusta mucho, a pesar de que voy destrozado, los pies, las rodillas,
el hombro, pero no es nada con lo que uno tiene que agradecer. Todo sacrificio
vale, vamos contentos”.