“Que la familia humana construya una sola casa común sin excluidos que opaquen la obra de Dios”
Con la
participación de una gran cantidad de fieles y peregrinos que colmaron el Paseo
de la Fe, se llevó a cabo la misa del último día del novenario, en la que
rindieron su homenaje a la Madre del Valle las familias, Pastoral Familiar,
Movimiento Familiar Cristiano, Grupos Eclesiales al servicio de la vida:
Grávida, Renacer, Familiares de Víctimas de Accidentes de Tránsito Catamarca
(Faviatca).
La
ceremonia fue presidida por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, y
concelebrada por sacerdotes del clero diocesano, entre ellos el Vicario General
de la Diócesis, Pbro. Julio Quiroga del Pino; el Rector del Santuario Mariano,
Pbro. José Antonio Díaz; y el Delegado Episcopal para la Pastoral Familiar,
Pbro. Eduardo López Márquez.
En
el transcurso de la celebración eucarística los esposos se tomaron de las manos
y
renovaron las promesas matrimoniales; también hubo bendición de embarazadas.
Durante
su homilía, Mons. Urbanc preguntó “si las familias están siendo
‘discípulas-misioneras’. Si son esa ‘iglesia doméstica’ en salida, como pide
una y otra vez el Papa Francisco; o si están siendo ese ‘hospital de campaña’
para socorrer a tantos heridos en la guerra que libra contra la humanidad la
cruel cultura del descarte, que ataca sin piedad a los niños y ancianos,
esperanza y sabiduría para toda sociedad que quiera dignificar toda vida
humana; o si están cuidando la ‘casa común’ con el cultivo de valores como la
amistad, la fraternidad, la solidaridad, la honestidad, la laboriosidad, el
orden, la limpieza, el ahorro, la responsabilidad, la puntualidad, la
hospitalidad, el respeto, la honorabilidad, el aseo, el diálogo, la unidad, el
perdón, la reconciliación, el pudor, la pureza, la sobriedad, la decencia, la
sencillez, la veracidad, la ecuanimidad, la caridad, el ser virtuosos, la
magnanimidad, etc.”.
Asimismo
aprovechó “para explicarles un tema de actualidad que todavía no lo están encarando
con conocimiento y responsabilidad, como lo pide el Papa Francisco: es la
cuestión de los casos de ‘nulidad matrimonial’, que son muchos más de lo que
creen. Esto responde a la metáfora del ‘hospital de campaña’, a la que antes
aludí”, dijo.
Y explicó
el significado del concepto, indicando que “‘nulidad matrimonial’ significa
“inexistencia del vínculo”, es decir, que tal pareja nunca estuvo casada, que
nunca existió el sacramento entre ellos, a pesar de que hayan concurrido a un
templo con traje y vestido blanco, los haya bendecido el Papa, o el obispo, o
un sacerdote, hayan tenido la fiesta y hayan ido al registro civil. Allí nunca
hubo vínculo porque algo lo excluía: se llaman causales de nulidad, que son
muchas”.
Por
ello dijo que “cuando oigan que la Iglesia ha determinado que fulana y mengano
no son esposos, por medio de un proceso judicial o administrativo, simplemente
está declarando que allí nunca hubo vínculo matrimonial. La Iglesia no tiene el
poder de ‘anular’ un matrimonio: ’lo que Dios a unido no lo separe el hombre’”.
Y
pidió “por favor, quienes tengan problemas o dudas no vengan a pedir que se les
anule el matrimonio, porque piden un imposible. Pero sí, que si sospechan que
en tal caso el acto pudo haber sido inválido por alguna causa, acérquense a
consultar a un sacerdote o algún laico experimentado que pueda hacer un
discernimiento de la situación”.
Por
último rogó a la Madre del Valle: “Tú has sido esposa y madre, sabes lo que es
una familia, te pido que ayudes a todas las familias que te veneran a que
asuman su misión con gran alegría, generosidad y responsabilidad frente a Dios
y la sociedad para que toda la familia humana construya una sola casa común en
donde no haya excluidos ni sobrantes que opaquen la obra de Dios, que Él te ha
confiado que la cuides con amor maternal”.
TEXTO COMPLETO DE LA HOMILÍA
Queridos
devotos y peregrinos:
En
este noveno día de la novena se nos invitó a considerar que la piedad popular
es un ámbito muy propicio para el encuentro con Jesucristo. Por algo, san Bernardo
acuño la feliz expresión: “¡A Cristo por María!”.
Hoy
rinden homenaje a la Virgen del Valle las Familias, miembros de la Pastoral
familiar, el Movimiento Familiar Cristiano, Grávida, Acompañantes de
embarazadas, Renacer y Familiares de Víctimas de Accidentes de Tránsito.
Bienvenidos a esta celebración, que la Virgen Santa derrame copiosas
bendiciones sobre cada uno de ustedes. ¡¡¡Paz y Bien!!!
En
la 1ra. lectura resuena con fuerza la voz de Dios dirigida al hombre: «¿Dónde
estás?» (Gn 3,1). Ésta tiene vigencia hoy para nosotros. No nos pregunta sobre
el lugar físico, sino de nuestra relación con Él. Es decir, lejos o cerca de su
Corazón, de su Plan, de su Amor, de su Vida, de su Misterio de Comunión, del
que es proyección la familia.
La
familia tiene un molde, y éste es la Santa Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu
Santo. Esta Santa Trinidad les pregunta a las familias aquí presentes: ¿Dónde
estás vasija mía? ¿En qué estás? ¿Cuánto te miras en Mí? ¿Qué reflejas de Mí?
¿Me amas? ¿Sigo siendo tu Modelo? ¿Aún te intereso?
Familia
cristiana… ¿Dónde estás? … No sirven las excusas… Se espera una respuesta. No
basta estar aquí, a los pies de María, quizás como un niño que se refugia en la
mamá para que lo apañe frente a la mirada exigente del papá y le consienta sus
caprichos y disimule sus errores. María no está para apañar, sino para
levantarnos y fortalecernos a fin de que lleguemos a Dios, pues sólo en Él está
la Vida y la Felicidad. Jamás olvidemos lo que Ella dice a cada hijo: “Hagan lo
que Él les diga” (Jn 2,5).
¿Dónde
estás? Se refiere a si las familias están siendo ‘discípulas-misioneras’. Si
son esa ‘iglesia doméstica’ en salida, como pide una y otra vez el Papa
Francisco; o si están siendo ese ‘hospital de campaña’ para socorrer a tantos
heridos en la guerra que libra contra la humanidad la cruel cultura del
descarte que ataca sin piedad a los niños y ancianos, esperanza y sabiduría
para toda sociedad que quiera dignificar toda vida humana; o si están cuidando
la ‘casa común’ con el cultivo de valores como la amistad, la fraternidad, la
solidaridad, la honestidad, la laboriosidad, el orden, la limpieza, el ahorro,
la responsabilidad, la puntualidad, la hospitalidad, el respeto, la
honorabilidad, el aseo, el diálogo, la unidad, el perdón, la reconciliación, el
pudor, la pureza, la sobriedad, la decencia, la sencillez, la veracidad, la
ecuanimidad, la caridad, el ser virtuosos, la magnanimidad, etc.
No
respondan, ni actúen como Adán: «Oí tus pasos por el jardín y tuve miedo porque
estaba desnudo. Por eso me escondí» (Gn 3,10). Tenemos que dar la cara y mirar
a los ojos al Buen Padre, Dios. Él no está para condenar, sino para sanar, para
salvar, para restaurar. Por eso, allí mismo asegura que enviará un Salvador que
nacerá de la Mujer, la Virgen María, la Nueva Eva, que aplastará la cabeza del
Maligno y reconciliará a toda la humanidad con su Creador y elevará a la
dignidad de sacramento la unión del varón y la mujer, signo viviente de la
definitiva alianza que sellará con su muerte en Cruz. El que creyó vencer en un
árbol, en un Árbol fue vencido (cf. Jn 3, 14-15; Flp 2,8-9).
Quiero
aprovechar la gran concurrencia de fieles para explicarles un tema de
actualidad que todavía no lo están encarando con conocimiento y
responsabilidad, como lo pide el Papa Francisco: es la cuestión de los casos de
“nulidad matrimonial”, que son muchos más de lo que creen. Esto responde a la
metáfora del ‘hospital de campaña’, a la que antes aludí.
Lo
primero que deben saber es qué significa el concepto, porque lamentablemente el
gran mal que cunde en la cultura es la ignorancia, ya que es muy común decir
una cosa por otra y nos quedamos muy tranquilos. A muchos esto les resbala y
les da todo lo mismo.
Por
tanto, ‘nulidad matrimonial’ significa “inexistencia del vínculo”, es decir, que
tal pareja nunca estuvo casada, que nunca existió el sacramento entre ellos, a
pesar de que hayan concurrido a un templo con traje y vestido blanco, los haya
bendecido el Papa, o el obispo, o un sacerdote, hayan tenido la fiesta y hayan
ido al registro civil. Allí nunca hubo vínculo porque algo lo excluía: se
llaman causales de nulidad, que son muchas. Aquí no viene al caso mencionarlas.
Con toda tranquilidad les puedo decir que no pocos de los que creen que están
bien casados, no lo están, a pesar de que se llevan bien. Tampoco profundizaré
esto.
De
modo que, cuando oigan que la Iglesia ha determinado que fulana y mengano no
son esposos, por medio de un proceso judicial o administrativo, simplemente
está declarando que allí nunca hubo vínculo matrimonial. La Iglesia no tiene el
poder de “anular” un matrimonio: “lo que Dios a unido no lo separe el hombre”
(Mc 10,9).
“Declarar nulo” no es sinónimo de “anular”.
Porque quien anula algo, está reconociendo que eso existe, pero que lo quiere
eliminar, como cuando uno anula un cheque o una cita pactada. En el caso de la
declaración de nulidad, el vínculo nunca existió, a pesar de que en apariencia
sí, porque las partes vivían o viven juntas.
Por
favor, quienes tengan problemas o dudas no vengan a pedir que se les anule el
matrimonio, porque piden un imposible. Pero sí, que si sospechan que en tal
caso el acto pudo haber sido inválido por alguna causa, acérquense a consultar
a un sacerdote o algún laico experimentado que pueda hacer un discernimiento de
la situación.
Querida
Madre del Valle, Tú has sido esposa y madre, sabes lo que es una familia, te
pido que ayudes a todas las familias que te veneran a que asuman su misión con
gran alegría, generosidad y responsabilidad frente a Dios y la sociedad para
que toda la familia humana construya una sola casa común en donde no haya
excluidos ni sobrantes que opaquen la obra de Dios, que Él te ha confiado que
la cuides con amor maternal.
¡¡¡Viva
la Madre de las Familias!!! ¡¡¡Viva la
Virgen del Valle!!!
Procesión con antorchas alrededor
de la plaza 25 de Mayo
Finalizada
la misa de las familias, todos los fieles y peregrinos se encolumnaron detrás
de la Imagen de la Virgen del Valle para dar inicio a la procesión con
antorchas alrededor de la plaza 25 de Mayo, principal paseo público de la
ciudad capital. Detrás de la Madre Morenita se ubicaron el Obispo y los
sacerdotes, quienes junto con el pueblo fiel caminaron rezando el Santo Rosario
y cantando, en las vísperas de la fiesta de la Inmaculada Concepción de María.