“El
Valle de Luz nos ha iluminado para
proyectarnos a todo el NOA”
Con la Eucaristía concelebrada
a los pies de Nuestra Madre del Valle, en el Altar Mayor del Santuario Mariano,
durante la fresca mañana del jueves 12 de abril, culminó el Primer Encuentro de
Sacerdotes del NOA, que convocó a cerca de 200 obispos y presbíteros de la
región, en torno a la temática de la Piedad Popular y la Espiritualidad Sacerdotal.
Una convocatoria histórica, que deja una fuerte impronta en el camino hacia el
Jubileo por los 400 años del hallazgo de la Imagen bendita de María en su
advocación del Valle, en la Gruta de Choya
La celebración coincidió con
el 127° aniversario de la Coronación Pontificia de la Imagen de
Nuestra Señora
del Valle, en el quinto día del Septenario en su honor, en que rindieron homenaje
los pueblos originarios y las colectividades extranjeras que echaron raíces en
estas tierras. Cada una de las comunidades brindó un marco colorido portando las
banderas de Italia, España, Irlanda, Siria y El Líbano; mientras sus representantes
dieron un matiz diferente a la celebración leyendo la Palabra de Dios en sus
idiomas de origen, como también las intenciones de la Oración de los Fieles.
La ceremonia litúrgica fue
presidida por el Arzobispo de Salta, Mons. Mario Antonio Cargnello, y concelebrada por los prelados presentes,
entre ellos el Obispo anfitrión, Mons. Luis Urbanc, y sacerdotes de las
distintas jurisdicciones eclesiásticas del NOA, incluyendo a los venidos del
interior de la diócesis local.
Durante su homilía, Mons. Cargnello expresó:
Hijos
de esta tierra. “Queridos hermanos, nosotros, los sacerdotes
del Noroeste Argentino, hijos de esta tierra, como los apóstoles, nos hemos
reunido buscando cumplir la voluntad de Dios. Y lo hemos hecho bajo el lema
“Madurando la fe de nuestros padres”. ¿Y cómo madura la fe? ¿Cómo madura la
vida? Como el pan casero que lo envuelven para que leude, así los brazos de
este valle, que el poeta don Juan Oscar Ponferrada supo llamar Valle de
Luz, nos
ha cobijado”.
En
el lugar del hallazgo. “En la Gruta de la Virgen del Valle,
ayer a la tarde, parece como si nos hubieran querido apretar junto al seno
mismo de María para que volvamos a escuchar el llamado a renacer. A renacer
como cristianos y como sacerdotes desde el altar. Nos lo ha dicho Mons. Carlos,
volvemos al altar para renovar nuestro sacerdocio, para recordar que Jesús
sigue apostando por nosotros”.
Piedad
popular. “Hemos recorrido el camino de la piedad popular, primero
en el rostro de los santos, de los apóstoles. Hemos descubierto la piedad en el
rostro de María, en el rostro de Cristo, que nos muestra al Padre y que nos
abraza en el Espíritu. Es el Señor de la Misericordia y de la Vida, que es
capaz de crear una nueva cultura, paciente pero creativa. Ellos han fraguado la
espiritualidad cordial y misionera de nuestros pueblos. Por eso no hay norteño
que vaya a cualquier parte del país y más allá, que no lleve su devoción”.
Esquiú. “Son
varios los Santos, Beatos, Venerables, Siervos de Dios, de nuestro país.
Déjenme detenerme en Brochero, Mama Antula y Fray Mamerto. Hay como tres notas
que los caracterizan a los tres: son pobres, son promovedores de la gente más
humildes y son gente abierta a todos. Y de ahí quisiéramos alimentar nuestra
espiritualidad, que dé unidad de vida y genere vida”.
Espiritualidad
sacerdotal. “Madurar la fe supone tomar en serio al Señor Jesús.
Nuestra espiritualidad es la del caminante, del que mira y apuesta por Jesucristo
y por los hermanos. Pero también supone saber esperar. No nos amarguemos cuando
no nos va bien, tengámonos paciencia, aceptemos a los demás y a nosotros
mismos. Aprendamos a luchar para superarnos”.
La
gente. “Estemos cerca de la gente, eso es fuente de gozo. Qué
lindo es cuando confía en nosotros. Que desarrolle el sentido de pertenencia a
nuestro pueblo”.
Reenvío.
“Esta
misa nos reenvía a nuestras comunidades, volvamos contentos. El seno de María
nos levanta y nos acompaña. Gracias a la gente de Catamarca porque el Valle de Luz
nos ha iluminado para proyectarnos a todo el NOA. Gracias Señor Jesús por
hacernos parte de esta zona de Argentina que tanto tiene que decir. No nos
callemos”.
Antes de finalizar la Santa
Misa, Mons. Urbanc entregó a cada uno de los Granaderos de la Guardia de Honor
una pequeña imagen de la Virgen del Valle, para que los acompañe y proteja,
como expresión de gratitud por este servicio.
Cuando culminó la
celebración eucarística, todos los obispos y sacerdotes se desplazaron hasta el
Paseo de la Fe, donde se tomaron una fotografía de este gran acontecimiento de
fe, unidos a la Madre del Valle.