“La
paz es posible en nuestro interior y en la sociedad
si estamos dispuestos a perdonar”
En
la mañana del domingo 15 de abril, el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc,
presidió la Misa Solemne de las festividades en honor a Nuestra Madre del
Valle, en el altar mayor de la Catedral Basílica y Santuario Mariano, concelebrada
por sacerdotes de clero catamarqueño, tanto de Capital y como de parroquias del
Interior de la diócesis.
La
ceremonia se llevó a cabo con la participación de fieles devotos y peregrinos,
que colmaron el Santuario Mariano para tributarle honores a la Madre Morena.
En
su homilía, el Obispo expresó:
Traslado de la Imagen. Queridos devotos y peregrinos: Nos
hemos congregado para celebrar solemnemente a Nuestra Celestial protectora, la
Virgen del Valle. Bienvenidos todos a esta Acción de Gracias por todos los
beneficios recibidos en este Septenario: *La hermosa visita de la sagrada
imagen a Valle Viejo, rememorando aquel acontecimiento por el cual, con su paso
a esta banda occidental del río del Valle, Ella, junto con Jesús Sacramentado,
fundaron definitivamente esta ciudad de san Fernando, destinada a ser la
capital de la naciente provincia de Catamarca. ¡Cómo no vamos a conmemorar
agradecidos esta acción sobrenatural para concretar un anhelo no sólo
humano,
sino también previsto por la providencia divina para bendecir esta parte de su
creación, desde donde dispuso, por intercesión de la Virgen Madre, derramar
ubérrimamente su Misericordia en favor de los redimidos por la preciosa Sangre,
entregada por su Amado Hijo!
Encuentro de Sacerdotes
del NOA. *La
realización del Primer Encuentro de Sacerdotes del NOA, en el que participamos
unos 140 presbíteros y 11 obispos, para ahondar sobre nuestra Espiritualidad
sacerdotal en relación con la Piedad popular, de la que fuimos testigos y
partícipes. A muchos les impactó la presencia de tantos sacerdotes, y a
nosotros nos conmovió lo bien que nos llevamos en estos días, tanto con el
diálogo mutuo, como con los temas expuestos y las visitas a los lugares
estrechamente ligados a la devoción de la Virgen del Valle. La temática se
desarrolló bajo el lema: “Madurando la fe de nuestros mayores”.
Homenaje de niños. *El homenaje de los niños fue muy
hermoso y decidor para nuestra sociedad. Muchos padres, abuelos, docentes,
directivos de la secretaría de educación y estudiantes de cursos superiores los
acompañaron, con lo cual han dejado impreso en la memoria de ellos, que este es
un hecho muy importante para sus vidas. Fotografías tomadas dejan ver, por el
colorido de los distintos uniformes, un verdadero jardín florido.
Peregrinos. *Los peregrinos venidos de distintos
lugares a lo largo de estos días han dado, como siempre, esa nota con la que
podemos profundizar en este tesoro, tan relevante en nuestro NOA, como es la
Piedad Popular, temática que estamos trabajando durante este segundo año de
preparación para celebrar los cuatrocientos años del hallazgo de la bendita
imagen de la “Pura y Limpia Concepción del Valle”, tan emparentada con los
pueblos originarios y eficaz puente para el encuentro de diferentes culturas y
razas.
La Palabra, alimento. Y ahora volvamos hacia la Palabra de
Dios que nos ha hablado para iluminar nuestras vidas, alimentar nuestro
compromiso evangelizador y alentarnos en nuestro servicio de caridad para con
las personas más necesitadas. En particular, en este domingo, se nos invita a
encontrar su Presencia, su Palabra, en el tesoro de las Escrituras, íntimamente
unida a la Tradición Apostólica que nos la explica para que la comprendamos
correctamente, provechosamente e integralmente.
Perdón. Hay una idea que recorre las tres
lecturas de este domingo. Es la del perdón de los pecados. Es un perdón que va
más allá de todos los límites y que nos abre a nuevas posibilidades de vida, a
una nueva esperanza. Para los que han convertido su vida en un desastre, Dios
abre nuevos caminos. No está todo perdido porque el Dios que resucitó a Jesús
de entre los muertos es el Dios del perdón misericordioso, no el de la
venganza.
La
primera lectura nos regala parte del segundo discurso de Pedro a los judíos.
Habla a unos sorprendidos israelitas que han sido testigos de una curación
milagrosa. Y les dice que eso no es nada, comparado con la resurrección de
Jesús, al que ellos habían matado. Ése ha sido un verdadero milagro, que pone
el único fundamento válido para que todos nos podamos arrepentir y que nuestros
pecados sean perdonados. En la segunda lectura, san Juan nos enseña que
Jesucristo es el abogado que tenemos ante el Padre para obtenernos el perdón de
los pecados. Él murió no sólo por el perdón de nuestros pecados sino por los
del mundo entero.
Paz. Y en el Evangelio el mensaje del
perdón se combina con otro que también nos llega muy adentro al corazón: el
mensaje de la paz. Jesús resucitado se aparece a sus discípulos y lo primero
que hace es desearles paz. No es un fantasma el que se aparece. Es el verdadero
Jesús. Cuando le reconocen, la alegría llena a los discípulos. Se quedaron
atónitos. No sabían qué decir. Lo habían visto muerto en la cruz y ahora lo ven
vivo en medio de ellos, dispuesto a celebrar este encuentro compartiendo la
comida. Jesús les explica que todo ha sucedido tal y como lo habían anunciado
los profetas. El Mesías debía padecer y resucitar. Y en su nombre se predicará
la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos.
El mensaje del perdón está presente,
pues, en las tres lecturas. Y el Evangelio corona el mensaje con la paz. El
perdón trae la paz a los corazones de las personas y a la sociedad. Quizá Jesús
nos esté diciendo que no hay otra forma de alcanzar la paz, la verdadera paz,
sino a través del perdón y la reconciliación. A la vez, nos indica que la
venganza nunca ha sido camino para alcanzar la paz sino una mayor violencia, porque
la venganza sólo es capaz de crear más violencia y muerte. Eso vale para las
personas y para las naciones. Jesús rompe esa espiral de violencia. Cuando
matamos al autor de la vida, Dios lo resucitó de entre los muertos y nos abrió
el camino que lleva a la verdadera paz. Es el camino del perdón. El perdón que
recibimos generosamente de Dios tiene que ser la razón y la medida del perdón
que debemos dar a nuestros semejantes.
Les
dejo unas preguntas para trabajar en casa y en el trabajo: ¿Tenemos la experiencia
de cómo la violencia sólo engendra violencia? ¿Podríamos compartir algún caso
de cómo el perdón ha podido vencer la espiral de la violencia? ¿A quién tengo
que perdonar hoy, y estoy dispuesto a hacerlo? ¿De quién necesito recibir
perdón?
Imitar a María. Santa Madre de Dios y Madre nuestra,
intercede ante tu amado Hijo, Resucitado, para que seamos dóciles a sus
enseñanzas e imitemos su ejemplo de obediencia filial y cordial a la Voluntad
de su Padre. Que tengamos la firme convicción de que la paz es posible en nuestro
interior y en la sociedad, si es que estamos dispuestos a perdonar como Tú
perdonaste a cuantos te han hecho sufrir, gracias a tu confianza puesta en el
triunfo del amor y en la esperanza de la fuerza transformadora de la Resurrección.
Antes
de la bendición final, toda la asamblea rezó la oración por los 400 años del
hallazgo de la Sagrada Imagen, y alabó a la Madre con el canto, vivas y
aplausos.